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Buda
no pretendía fundar una religión cuando originalmente
desarrolló su doctrina. De hecho, las
enseñanzas de Buda preceden a la palabra religión en
el sentido que tiene en el mundo contemporáneo, en no menos de cinco
siglos. Por otra parte, puesto que excluye creencias y rituales, dos
componentes fundamentales de cualquier credo, el
budismo pragmático no puede ser considerado como una religión, sino
como una filosofía.
A
veces es complicado explicar estos principios, pero las parábolas
nos ayudan a entender algunos de los más complejos. Dentro de los
textos del Majjhima Nikaya, La
flecha envenenada es
una de las que directamente le atribuye a Buda. Gautama
Buda utilizó
esta enseñanza durante un encuentro con su discípulo. Al verlo tan
impaciente por escuchar sus respuestas sobre las grandes preguntas
sin respuestas,
le contó esta historia: