EROSKI CONSUMER. -Por MONTSE ARBOIX. -
Creencias muy arraigadas en determinados grupos sociedad, algunas sin fundamento científico, condicionan la vida sexual de muchas personas, hombres y mujeres, de todas las edades.
Y, además, no están exentas de peligro. Aunque en la actualidad se habla mucho de sexo, hay mucha desinformación al respecto. Tampoco toda la información que circula por Internet es la más apropiada o correcta, como sucede en muchos foros, portales o blogs sin acreditación.
Desmontando 11 mitos sexuales
De entre la interminable lista de falsas creencias, que se dan en todas las franjas de edad, Cristina Corbella, psicóloga y sexóloga, desgrana algunas y explica qué de realidad se esconde detrás de ellas:
1. "La primera penetración duele y sangra". Falso. Hay dos razones por las que puede doler la primera vez (o la última) que la mujer vive una penetración: no estar suficientemente excitada o estar nerviosa o con miedo. Si a la mujer se le ha contado que la primera vez duele, cuando sienta molestias, en lugar de tomarlo como un aviso de que algo no va bien y hay que parar, la penetración continuará y las molestias pasarán a dolor, y se hará realidad lo esperado. En cambio, si le dijeran que no tiene por qué doler, que ella decide, es seguro que en el momento de sentir las primeras contrariedades se detendría, ya sea para prolongar los preliminares hasta que la excitación sea la adecuada o hasta conseguir un estado más tranquilo y confiado -y saber que si no va bien se para, ayuda mucho- con lo que, al intentarlo de nuevo unos minutos después, el resultado sería muy diferente. Por otra parte, mucho se ha contado sobre que el dolor está asociado con la rotura del himen. Sin embargo, salvo un mínimo porcentaje de mujeres cuyo himen es lo bastante rígido como para notarlo, en la mayoría no tiene ninguna relación con el dolor de la primera vez.
La idea de que solo los demás pueden proporcionar placer, que depende de lo que a uno le hagan, está muy arraigada
2. "El tamaño del pene influye en el placer de la mujer". Falso. El tamaño no importa. Hay una diferencia fundamental entre la sensibilidad del pene y la de la vagina que muchos -hombres y mujeres- ignoran y que da pie a esta idea falsa: así como el pene es todo sensible -algunas zonas más que otras-, el interior de la vagina es insensible, salvo los dos o tres primeros centímetros y algún punto concreto, solo en algunas mujeres. Por lo que la largura del pene no aporta o resta placer. En cuanto a la anchura del pene, cuando la mujer está lo suficientemente excitada, su vagina se adapta al pene como un guante, aparte de su grosor.
3. "Cuando el hombre está excitado, no puede parar y tiene que eyacular. Interrumpir el proceso provoca un dolor terrible de testículos". Falso. Cualquier persona, hombre o mujer, puede detener una relación aunque esté muy excitada. Otra cosa es que quiera.
4. "Tener un gran número de eyaculaciones, por relaciones sexuales o por masturbación, provoca trastorno mental en los hombres". Falso. Cabe recordar que la masturbación se eliminó de la lista de los trastornos mentales pasados los años 50, y se creía que era la causa de convulsiones y locura.
5. "Hay mujeres que no sienten placer nunca". Falso. Todas las personas son sexuadas, es decir, tienen la capacidad de sentir placer. Encontrar cuáles son las condiciones para que una en concreto pueda conectar con esta capacidad puede ser una interesante y apasionante aventura de exploración y conocimiento.