La presión a los países de Asia para que se unan a UPOV —Unión Internacional para la
Protección de las Obtenciones Vegetales— o para que apliquen sus reglas, está
creciendo rápidamente bajo el amparo de varias negociaciones comerciales. Esto
ocurre tanto en negociaciones comerciales bilaterales como la de Unión
Europea-India, o bajo negociaciones regionales como aquellas en torno a la
Asociacion Trans Pacífica o la Asociación Económica Integral Regional o RCEP
por sus siglas en inglés.
Actualmente,
hasta un 80% de todas las semillas usadas en Asia aún provienen de campesinas y
campesinos que guardan semilla de las cosechas anteriores, por lo que unirse a
la UPOV 91 sería catastrófico. Esto pone en peligro la libertad campesina para
decidir sobre sus semillas y consolida aún más a la industria de las semillas.
Defender las semillas campesinas de la privatización y el control monopólico de
las corporaciones es una lucha continua, la que se torna más difícil ante los
numerosos tratados de libre comercio que imponen estrictas normas de propiedad
intelectual.
GRAIN
hace una revisión de la situación actual en el campo, en un momento en que los
países de Asia son presionados para unirse a UPOV y poner fin a la guarda de
semillas en las fincas.