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Bebidas de soja: no todas son iguales

 No todas las bebidas de soja contienen los mismos ingredientes. Analizamos las características nutricionales de esas bebidas, cuyo consumo va en aumento


Hasta hace unos pocos años, las bebidas vegetales eran una rareza. Sin embargo, se han ido haciendo un hueco en la cesta de la compra y hoy en día se pueden encontrar sin problema en cualquier supermercado. De todas, la que presenta más variedad es la bebida de soja. Analizamos las que se ofrecen en la actualidad a los consumidores.

La variedad de este tipo de productos es cada vez más amplia: almendras, avena, trigo… aunque, sin lugar a dudas, la más popular sigue siendo la bebida de soja, que es también la más veterana. Actualmente también podemos encontrar mucha mayor variedad de bebidas de soja que hasta hace unos pocos años: sin azúcares añadidos, con diferentes proporciones de soja, con aromas, enriquecidas con vitaminas y minerales… Por un lado, esto es positivo, porque disponemos de más alternativas para poder elegir, pero por otro lado puede hacer que el momento de la compra sea un poco más complicado. Por eso conviene consultar el etiquetado y tener claros algunos aspectos básicos que nos permitirán hacer una elección más adecuada.

Bebida de soja: lee siempre la etiqueta

Al igual que suele ocurrir con otros productos procesados, los envases de la mayoría de las bebidas de soja están llenos de reclamos que podrían desorientarnos a la hora de elegir: marcas comerciales, imágenes, logotipos… Por eso es importante que nos centremos en localizar y consultar la información relevante, es decir, el etiquetado, y más en concreto tres de sus elementos fundamentales:

  • la denominación del producto.

  • la lista de ingredientes.

  • la información nutricional.

La denominación del producto es especialmente importante cuando estamos ante alimentos en los que existen diferentes categorías comerciales. Por ejemplo, nos permite distinguir el jamón cocido del fiambre de jamón cocido, que es de una categoría comercial inferior. Sin embargo, en las bebidas de soja no hay diferentes categorías comerciales. De hecho, ni siquiera existe una legislación específica ni una definición legal para las bebidas vegetales.

Lo que sí está regulado es la definición de “leche”, que es un término reservado exclusivamente para el líquido producido por la secreción de la glándula mamaria de animales de abasto, como la leche de vaca o de oveja. Esto significa que las bebidas vegetales no pueden venderse bajo el nombre de “leches vegetales”. Solo hay una excepción: la bebida de almendras, que sí puede venderse como “leche de almendras” debido a que es un nombre consagrado por el uso, es decir, que ha sido utilizado tradicionalmente.

En los productos para los que no existe una definición legal específica, como ocurre con la bebida de soja, la denominación legal de venta que se muestra en el etiquetado debe describir el producto de manera lo suficientemente precisa para permitir al comprador conocer su naturaleza real y distinguirlo de otros productos con los que pudiera confundirse. En este aspecto destacan Don Simón, Alpro y Eroski, en los que se indica el producto de que se trata, es decir, “bebida de soja”, así como los minerales y vitaminas añadidos, en los casos en los que está enriquecida. Las dos últimas marcas citadas mencionan incluso el tipo de tratamiento de esterilización aplicado: UHT, que son las iniciales de Ultra High Temperature o “temperatura ultra alta”. Se trata del mismo proceso que se aplica a la leche y que consiste en elevar la temperatura a unos 135 ºC durante unos 2-8 segundos para eliminar los microorganismos patógenos y prolongar la vida útil sin necesidad de emplear conservantes y sin alterar las características organolépticas del producto (aspecto, olor, sabor y textura).

Qué ingredientes tiene la bebida de soja

Lo primero que solemos hacer cuando consultamos la etiqueta de un producto es observar la información nutricional para conocer el aporte de energía, de grasa y de azúcares. Pero leer estos datos de forma aislada puede desorientarnos, porque por sí solos no aportan suficiente información. Por ejemplo, no es igual de saludable la grasa que procede del aceite de palma que la del aceite de oliva. Por eso es fundamental conocer de dónde proceden esos nutrientes, así que lo que deberíamos hacer en primer lugar es consultar la lista de ingredientes.


Imagen: Bigfatcat
Soja, el más importante

Como es obvio, el ingrediente más importante de estas bebidas es precisamente la soja (con permiso del agua, claro está). Se trata de una legumbre que hasta hace pocos años sonaba exótica y era consumida casi exclusivamente por personas vegetarianas o veganas como alternativa a productos de origen animal como la carne o la leche. La elección no es casual. En primer lugar, se debe a que la soja contiene una cantidad importante de proteínas, en concreto un 36 %, superando ampliamente la cantidad que podemos encontrar en otros alimentos proteicos como la carne (con un 26 % de proteínas), el pescado (22 %) y otras legumbres como garbanzos (19 %) o lentejas (9 %).

Pero no solo eso. Además, a diferencia de lo que ocurre con otras legumbres, la proteína de soja es de alto valor biológico porque contiene todos los aminoácidos esenciales. Eso significa que aporta los nueve aminoácidos que nuestro organismo no es capaz de “fabricar” y que tiene que obtener a partir de la dieta: histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina.

Para que el aporte proteico de una bebida de soja sea significativo, este ingrediente debería estar presente en el producto en una proporción de al menos el 8-10 %. Para conocer este dato podemos consultar la lista de ingredientes porque, como la soja forma parte de la denominación del producto, es obligatorio indicar su cantidad concreta. Así, veremos que en las marcas analizadas en nuestra Guía de Compra de septiembre, el promedio es del 10,7 %, aunque existen notables diferencias entre ellas, que van desde el 5,5 % de Alpro Ligera hasta el 14 % de Don Simón y Eroski.

Por otra parte, la soja contiene en torno a un 20 % de grasas, formadas principalmente por ácidos grasos poliinsaturados, como ácido linoleico. Es decir, se trata de grasas saludables. En las bebidas analizadas el contenido medio de grasa es del 1,6 %, con variaciones que van desde el 1,1 % de Vive Soy Ligera y Alpro Ligera, hasta el 1,9 % de Don Simón y Eroski.

Otros ingredientes

En principio, para elaborar una bebida de este tipo bastaría con utilizar agua y soja en las proporciones deseadas. Pero el producto obtenido sería bastante mejorable desde el punto de vista organoléptico y nutricional. Por eso se añaden otros ingredientes para aportarles otras características:

- Sabor. Una bebida elaborada solamente con agua y soja tiene un sabor “a legumbre” que no es del gusto de todo el mundo. Para conseguir que sea más aceptable, es frecuente el uso de sustancias como aromas, especialmente de vainilla (podemos encontrarlos en todas las marcas analizadas, salvo en Yosoy). También se suele añadir una pequeña cantidad de sal para potenciar el sabor (en todas las marcas, excepto en Don Simón) - Azúcares, para aportar sabor dulce (en todos los productos analizados, salvo en Yosoy y Alpro sin azúcar).

- Estabilidad. Cuando se tritura o se licúa la soja y se mezcla con agua para elaborar estas bebidas, ambos ingredientes interactúan de varias formas. Parte de los compuestos de la soja se vuelve insoluble, la grasa se mezcla con el agua formando una emulsión y las proteínas y otras partículas más grandes permanecen en suspensión en el seno del líquido. Con el paso del tiempo se pueden producir cambios de forma espontánea: la grasa se separa y asciende a la superficie, mientras que las proteínas y las partículas más grandes acaban en el fondo. Esto explica la recomendación que se muestra en los envases de “agitar antes de consumir”. De este modo se consigue que la bebida vuelva a ser homogénea.

Sin embargo, con eso no siempre es suficiente. La precipitación de partículas sólidas puede ser aún más acusada de lo habitual si el producto está enriquecido con calcio, especialmente cuando calentamos la bebida y añadimos otros líquidos ligeramente ácidos y muy calientes, como el café. En esos casos parece que la bebida “se corta”. Para evitar todos estos fenómenos o minimizarlos en la medida de lo posible, se añaden sustancias, como goma gellan o celulosa, que actúan como estabilizantes, haciendo que el producto se mantenga homogéneo. Estos aditivos, presentes en todos los productos analizados salvo en el de marca Yosoy, son seguros en las dosis de empleo permitidas, como ocurre con todos los que se utilizan en alimentos, así que no deberían preocuparnos.

- Añadidos nutricionales. La bebida de soja se emplea habitualmente como sustituto de la leche de vaca. Sin embargo, carece de las vitaminas y minerales que contiene esta última, así que es habitual añadir calcio y vitaminas, como A, D, B2 y B12, para tratar de equiparar su composición. Es lo que ocurre en todos los productos analizados, salvo en Yosoy, que no está enriquecida, por lo que no sería una buena alternativa si queremos emplearla como sustituta de la leche.

DESCUBRE SI TU PAREJA ES LA IDEAL APLICANDO EL MÉTODO DE LAS 4 NOBLES DE VERDADES

  Haz el amor ahora, de noche y de día, en invierno y en verano. Estás en el mundo para eso y el resto de la vida no es nada, si no vanidad e ilusión. Existe una única ciencia, una sola riqueza, una sola política. Hacer el amor es única la ley”.    Anatole France 


VALERIA HIRALDO – MUHIMU.- ¿Estamos destinados a cometer los mismos errores por la eternidad? A pesar de todo el progreso que hemos logrado como sociedad, parece que apenas hemos madurado en lo que respecta al amor y saber elegir pareja.

Parece que sufrimos más que nunca de celos, anhelos, aventuras amorosas y angustias. Casi la mitad de todos los matrimonios en terminan en divorcio. ¿Qué esta pasando?

¡Esta es un área en la que podemos aprender un par de cosas de nuestros predecesores! Las claves de este post miran a la antigua filosofía budista para arrojar algo de luz sobre nuestros problemas amorosos.

Ahora, probablemente estés pensando: budismo, ¿de verdad? ¿Qué pueden decirnos los antiguos monjes sobre el amor moderno? ¿No hicieron votos de celibato y le dieron la espalda al mundo material?

Pueden tener miles de años, pero las reflexiones budistas sobre la vida y el amor son sorprendentemente aplicables al romance moderno. Ciertamente, han salvado la relación del autora Susan Piver según desvela en el libro The Four Noble Truths of Love: Buddhist Wisdom for Modern Relationships. Es un libro maravilloso pero no te preocupes, si no quieres o puedes leerlo te lo resumimos aquí.

Diseñados para desafiar su perspectiva sobre el sexo, las citas y el romance, estas claves tienen como objetivo liberarte de los malos hábitos y las falsas expectativas que han impedido que sus relaciones prosperen. También establecen algunas prácticas de atención plena que puede utilizar para conectarse con su pareja, abrazar su relación y lograr una mayor felicidad y satisfacción en su vida amorosa.

Es importante tomar las riendas y la responsabilidad de mi vida amorosa para empoderarme y crear una nueva experiencia, diferente del pasado. Mi meta es tomar consciencia de las actitudes inconscientes que tengo en cuanto al amor. Debo verme como la fuente de mi experiencia, sin culparme ni sentirme mal. Aprender de verdad las lecciones de vida que contienen.   Fuente: LifeBook MindValley

Aprenderás

- cómo saboteamos las buenas relaciones con expectativas imposibles;

- lo que realmente significa estar enamorado;

- cómo las parejas pueden adaptar la meditación a la práctica del amor.

«La vida puede ser muy romántica, pero hay que crear ese romance».  Oliver Wendell Holmes

__ ¿Qué descubrirás en este post? __
Las Cuatro Nobles Verdades aplicadas a tu relación amorosa
La Primera Noble Verdad es: La vida es sufrimiento
La Segunda Noble Verdad: la causa del sufrimiento es el apego
La Tercera Noble Verdad: es posible acabar con el sufrimiento
La Cuarta Noble Verdad: hay un camino para trascender el sufrimiento
Los problemas son parte de las relaciones
- Dañamos las relaciones proyectando miedos y deseos
- El apego es la causa última de insatisfacción en las relaciones
- El verdadero amor es aceptar la inestabilidad como parte del proceso
- La comunicación sincera es la que mantiene viva la intimidad

Las Cuatro Nobles Verdades aplicadas a tu relación amorosa

Las Cuatro Nobles Verdades fueron enseñadas por Buda hace más de 2.500 años. Fueron sus primeras enseñanzas después de alcanzar la iluminación y forman la base de la filosofía budista.

Siddhartha Gautama, el nombre de pila del Buda, nació como príncipe. Su crianza fue tan protegida que no vio a las personas ancianas, enfermas o moribundas hasta que llegó a ser un hombre adulto.

Consternado por estas experiencias reveladoras, renunció a su vida de lujo con la esperanza de encontrar el significado de la existencia y el fin del sufrimiento. Después de varios años de ayuno, mendicidad y otras formas de castidad, Gautama finalmente decidió sentarse debajo de un árbol Bodhi hasta que la verdad se le revelara. Se dice que se sentó debajo de ese árbol durante 49 días antes de alcanzar la iluminación, momento en el que regresó para compartir lo que había aprendido: las cuatro verdades sobre la existencia.

La Primera Noble Verdad es: La vida es sufrimiento

Eso no quiere decir que todo esté mal. El sufrimiento aquí se refiere a un malestar básico del que nunca podemos deshacernos del todo. Esta incomodidad se debe al hecho de que todo en la vida es pasajero. Tratamos de aferrarnos a las cosas: buena apariencia, posesiones, relaciones, pero todo finalmente pasa por nuestros dedos. Como resultado, sufrimos una gran ansiedad por lo que nos espera en el futuro y lamentamos lo que dejamos atrás en el pasado.

La Segunda Noble Verdad: la causa del sufrimiento es el apego

Sin embargo, no es la fugacidad per se lo que causa sufrimiento. Aquí es donde entra la Segunda Noble Verdad: la causa del sufrimiento es el apego. En otras palabras, sufrimos porque no podemos soportar dejar ir las cosas a las que nos hemos apegado.

La Tercera Noble Verdad: es posible acabar con el sufrimiento

Ahora que conocemos la causa del sufrimiento, llegamos a la Tercera Noble Verdad: es posible acabar con el sufrimiento. Para hacer eso, tenemos que aceptar la realidad por lo que es. Sabiendo que todo en la vida va y viene, debemos, en la medida de lo posible, renunciar a nuestros apegos a las cosas.

La Cuarta Noble Verdad: hay un camino para trascender el sufrimiento

Pero, ¿cómo lo logramos exactamente? Bueno, la Cuarta Noble Verdad dice que hay un camino para trascender el sufrimiento. Este camino se conoce en el budismo como el Noble Óctuple Sendero. Ofrece los diversos componentes de la vida moral del budista; si se siguen concienzudamente, estos conducirán a la iluminación.

Entonces, eso es todo: las Cuatro Nobles Verdades del Budismo. Éstas son la base de las Nobles Verdades del Amor, que, como veremos, siguen esta misma estructura.

Los problemas son parte de las relaciones

PREMISA ERRÓNEA: “No existen los hombres buenos, o todos los buenos ya están emparejados. Los hombres siempre me decepcionan. Las relaciones no duran. Si bajo la guardia, el amor es impredecible y peligroso”.

PREMISA POSITIVA: “Creo que nací para amar y ser amada. Creo que hay hombres fiables y maravillosos buscando a alguien como yo. Sé que el tipo de amor que busco no solo es posible, sino que traerlo a mi vida no tiene que ser una lucha como lo fue en el pasado. Creo que estoy lista y merezco un amor extraordinario”. Fuente: LifeBook MindValley

«Para un ser humano, amar a otra persona
es quizás la más difícil de las tareas, la máxima prueba, el trabajo para el que todo lo demás es preparación».  
Rainer Maria Rilke

Muchos de nosotros nos comportamos como si la turbulencia que experimentamos en nuestras relaciones fuera solo temporal. Imaginamos que nuestros problemas son el resultado de algún pequeño problema; si logramos resolverlo, todo será fácil a partir de ese momento.

Todos somos propensos a este tipo de pensamiento de «si tan solo». Si tan solo amasáramos algunos ahorros, entonces tal vez dejaríamos de pelear por las finanzas. Si tan solo nos mudáramos a la ciudad, quizás no nos sentiríamos tan inquietos. Si solo viviéramos más juntos, si tan solo tuviéramos consejería para parejas, si solo tuviéramos hijos, si solo …

Es posible que te hayas sorprendido preguntándote: ¿Cuándo se resolverán estos problemas? Pero, ¿alguna vez ha considerado la posibilidad de que la respuesta sea Nunca?

Los problemas simplemente no son el tipo de cosas que se pueden erradicar de una relación. Una vez que se resuelve un problema, otro ocupará su lugar.

Quizás es la primera cita y estás ansioso por agradarles. O tal vez su pareja a largo plazo no dejará de tararear aunque le haya pedido que no lo haga mil millones de veces. Ya sea que se trate de su primer encuentro o de un matrimonio de 30 años, siempre habrá algún problema en una relación.

No importa cuánto te esfuerces, qué tan bien planeas el futuro o cuán locamente enamorado estés, vas a sufrir dolores de cabeza de vez en cuando.

Vas a enfrentar dificultades, vas a tener dudas sobre la relación, te vas a sentir desconectado, incomprendido, aburrido, irritado, estresado, confundido y triste. ¿Y sabes qué? ¡Eso está absolutamente bien! Eso es normal. Eso es parte integral de cualquier relación amorosa.

Entonces,¿qué significa todo esto exactamente? Significa que nunca te sentirás completamente cómodo o satisfecho en una relación. Cierto nivel de incomodidad es simplemente una realidad siempre presente. Esta es la esencia de la Primera Noble Verdad del Amor, que dice que las relaciones nunca se resuelven por completo.

Esto puede parecer pesimista, como si todos sus intentos de hacer que la relación funcione fueran inútiles. Pero eso no es cierto en absoluto. Las relaciones se basan en estos problemas. Cada problema nos obliga a unirnos, discutir el problema y encontrar una solución. Es a través de la resolución de problemas que profundizamos nuestra intimidad.

El error que cometemos con tanta frecuencia es imaginar que hay algún lugar idílico de felicidad y estabilidad al otro lado de estos problemas. Estas utopías existen solo en la imaginación. Lo que tenemos que hacer es abrazar los pequeños placeres que tenemos aquí, ahora mismo, en medio de todo.

¿Qué resentimientos cargo del pasado? Buscaré resentimientos que aún cargue de mis relaciones pasadas y los motivos de que a veces sea desconfiada, cerrada y no abra mi corazón. Cortaré los lazos tóxicos con mis ex. Me perdono a mí y los perdono a ellos. Reconoceré la diferencia entre el perdón y la reconciliación: para perdonar solo se necesita una persona: yo. Pero para la reconciliación se necesitan dos. El perdón no quiere decir: «Lo que me hiciste estuvo bien». Quiere decir: «No dejaré que lo que me hiciste arruine mi felicidad para siempre».
Fuente: LifeBook MindValley

Dañamos las relaciones proyectando miedos y deseos

Esto puede ser obvio, pero no debes seguir los consejos sobre relaciones de las películas. Cuando las películas abordan el tema del amor, tienden a centrarse en su etapa rudimentaria. Una vez que el protagonista se enamora, la pantalla se oscurece y se da a entender que viven felices para siempre.

Quizás por eso hemos confundido las relaciones con las aventuras amorosas. Como sociedad, hemos equiparado el amor con la pasión y la euforia que viene con el estallido inicial del enamoramiento.

Las aventuras amorosas y las relaciones no son lo mismo, en absoluto. En las aventuras amorosas, los sentimientos lo son todo. Los disfrutamos porque nos hacen sentir muy bien. Las aventuras amorosas son algo que involucran a uno mismo porque el énfasis está en cómo esta otra persona me hace sentir. Las relaciones, por el contrario, tienen más que ver con la conexión genuina y la intimidad con otro ser, y no siempre nos hacen sentir bien.

Debido a que los hemos confundido, hemos llegado a esperar que las aventuras amorosas formen buenas relaciones y que las relaciones sigan siendo relaciones amorosas. Esperamos que el romance, la pasión y el deseo se mantengan constantes. Pero la verdad es que esto simplemente no sucede.

Las relaciones simplemente no pueden estar a la altura de esta expectativa de cuento de hadas. En consecuencia, cuando el romance se apaga y la euforia se calma, pensamos que algo ha ido terriblemente mal.

Pero, por supuesto, no es así. Esto es exactamente lo que hacen las relaciones: fluctúan. Las emociones van y vienen. Nuestros deseos se desvanecen, regresan y luego se desvanecen nuevamente. Podemos adorar absolutamente a nuestra pareja un día y sentirnos exasperados por ella al siguiente.

Por alguna razón, tenemos muchos problemas para aceptar esto. Es por eso que la Segunda Noble Verdad del Amor nos dice que hacemos nuestras relaciones más inestables al esperar que el amor sea estable. Es decir, aumentamos la insatisfacción en nuestras relaciones al imponerles presiones imposibles.

Si esto le suena familiar, hágase un favor y sea un poco más mesurado con sus expectativas. No es razonable esperar sentirse extasiado todo el tiempo. De hecho, es de esperar que a veces se sienta completamente mal. No siempre mirarás a tu pareja con deseo, así que trata de no sentirte culpable por ello. Y no creas que una pelea aquí y allá es un signo de una relación fallida. Significa que hay cosas que mejorar y arreglar en la relación pero también, en tu crecimiento personal.

Cuando suavizas las expectativas que pone en sus relaciones, suelta una válvula de presión y gran parte de su preocupación y tensión se evapora en el aire. Al aceptar que ninguna relación está libre de luchas, podemos deshacernos de la mentalidad de que la hierba es más verde al otro lado y aceptar nuestra relación por lo que es: defectos y todo.

«Para mantener tu matrimonio feliz, Con amor en el cáliz nupcial, Cuando te equivoques, recuerda admitir; Cuando aciertes, no olvides callar». Ogden Nash

El apego es la causa última de insatisfacción en las relaciones

Hemos estado hablando mucho sobre expectativas. Los budistas tienen otra palabra para esto: apego.

El apego es la trampa en la de intoxicación emocional en la que caemos una y otra vez. Por ejemplo, nos apegamos a sentimientos como la euforia y la emoción. Nos apegamos a las experiencias, especialmente a las sexuales. Y, como ya hemos visto, nos apegamos a las etapas del ciclo. Es por eso que la gente gasta tanta energía tratando de prolongar la etapa de enamoramiento de las relaciones, y por qué intentan resucitarlo cuando ya no existe.

¿Pero el apego es realmente tan malo? ¿No es el objetivo de una relación amorosa apegarse a alguien? Si te deshaces del apego, ¿no te deshaces también del amor?

Bueno no exactamente. ¡Por supuesto que estamos apegados a las personas que amamos! Nadie dice que sea malo formar conexiones con la gente; de otra manera no podríamos tener relaciones. El problema es que nos causamos mucho dolor innecesario al no ser capaces de soltarnos cuando las personas siguen adelante, las relaciones cambian o los buenos tiempos finalmente llegan a su fin.

Estar desapegado no es carecer de emociones ni dejar de ser romántico. Simplemente significa que cuando llega el momento de decir adiós a algo, no te resistes. En cambio, lo dejas ir agradecido.

Desafortunadamente, la historia no se detiene ahí. Existe otra forma de apego que también causa estragos en las relaciones. Es decir, nuestro apego a las historias, también conocido como el juego de la culpa.

Tenemos una necesidad persistente de buscar las causas detrás de las cosas, y nuestro estado mental no es una excepción. Cuando nos sentimos mal, buscamos racionalizar la emoción con la esperanza de hacernos sentir mejor. Nunca se nos ocurre que un sentimiento pueda ser solo eso: un sentimiento.

Con frecuencia, son nuestros seres queridos los que reciben la peor parte de este tipo de razonamiento. Tenemos pensamientos como: No estamos trabajando porque él no se está esforzando lo suficiente. O me estoy estancando en la vida porque ella me está reteniendo. Constantemente tejemos pequeñas historias como estas para tratar de justificar por qué nos sentimos de la manera que nos sentimos.

Y claro, a veces nuestros seres queridos nos hacen sentir mal. Pero la mayor parte del tiempo, son solo un objetivo fácil. Es conveniente culpar a la persona de enfrente cuando la verdadera razón puede ser una combinación compleja de experiencias pasadas, caos hormonal o tal vez simplemente estar hambriento.

Si bien indagar en sus sentimientos es saludable y útil, apegarse demasiado a historias infundadas puede terminar provocando una división innecesaria. Entonces, aquí hay algunos consejos: siente el sentimiento, deja la historia. En otras palabras, trate de no encontrar tanto sentido a sus sentimientos. En cambio, solo siente.

El verdadero amor es aceptar la inestabilidad como parte del proceso

A menudo, cuando decimos que buscamos el amor, lo que en realidad buscamos es un guardaespaldas que nos proteja de las luchas que enfrentamos en la vida. Queremos a alguien que lame nuestras heridas, cumpla nuestros deseos y nos traiga una satisfacción duradera.

Pero esto no es amor, es un pensamiento mágico.

Claro, de vez en cuando las relaciones brindan cierto grado de comodidad, seguridad y felicidad. Pero son criaturas volubles, las relaciones también pueden hacerte sentir incómodo, vulnerable y molesto.

Porque si hay algo que una relación no puede ofrecer, es estabilidad.

Ahora me gustas, ahora no. Ahora me siento cerca de ti, ahora me siento rechazado. Ahora quiero pasar mi vida contigo, ahora quiero abandonar el barco lo antes posible.

La forma en que los amantes se sienten el uno por el otro cambia constantemente de manera impredecible. Al igual que el clima, un nuevo frente puede entrar en cualquier momento.

Nada de esto tiene la intención de disuadirlo de tener una relación, solo ayudarlo a comprender en qué se está metiendo. ¡Las relaciones son un viaje de aventuras! Y como hemos visto, la forma incorrecta de responder a este viaje es el apego. Entonces, si no es el apego, ¿cuál es el enfoque correcto para la inestabilidad de las relaciones?

Aquí es donde entra en juego la Tercera Noble Verdad del Amor: el amor es aceptar juntos la inestabilidad.

En otras palabras, el amor es saber muy bien que el viaje va a ser difícil, pero elegir hacerlo de todos modos. El amor es la voluntad de subir a la montaña rusa de la emoción, el deseo y la confusión con otro ser, sin otra razón que el mero beneficio de la compañía.

Por lo tanto, no se comprometa con una relación pensando que será fácil, porque no lo será. Pero no dejes que eso te desanime. La dificultad de las relaciones es en realidad lo que las hace tan profundas y gratificantes. Tan sólo debes saber qué es lo aceptable y lo que JAMÁS lo será.

No puede dejarse llevar por una relación. Son un desafío constante, un juego interminable de comunicación e interpretación. Una y otra vez, se ve obligado a trabajar en la relación, reevaluarla, aprender de ella y experimentar con ella. Nunca se haga la ilusión de que una relación ha agotado todo lo que tiene para ofrecer.

La comunicación sincera es la que mantiene viva la intimidad

Una cosa es aprender las Nobles Verdades del Amor, pero otra es integrarlas en tu vida amorosa, especialmente frente a una verdadera confusión en las relaciones.

Afortunadamente, hay pasos que puede tomar para poner en práctica estos conocimientos y hacer que este viaje que llamamos «amor» sea un poco más cómodo. Este es el quid de la Cuarta Noble Verdad del Amor, que dice que hay un camino para trascender el sufrimiento de la relación.

Este camino se trata de construir intimidad entre usted y su ser querido. Si bien nunca podrá prepararse completamente para todos los desafíos que una relación le planteará, cuanto más cerca esté de su pareja, más fácil será abordarlos.

Una gran técnica de comunicación es la práctica de la conversación meditativa. Esta es una forma de meditación que las parejas pueden practicar juntas. La idea es que al combinar la conversación con un estado mental meditativo, las parejas pueden alinear sus corrientes mentales para lograr una experiencia espiritual unificada.

Para prepararse, busque un lugar tranquilo donde puedan sentarse uno frente al otro y decida quién hablará primero. Asegúrese de apagar sus dispositivos, pero no dude en usar un temporizador. Cada sesión solo tomará unos 15 minutos.

Comience la sesión con dos minutos de meditación en silencio. Después de dos minutos, la persona que va a escuchar primero hace la pregunta: «¿Cómo estás?»

El orador tiene ahora cinco minutos para hablar. En estos cinco minutos, sostienen la palabra. Pueden hablar de prácticamente cualquier cosa que les guste, siempre que esté relacionado con ellos. Por ejemplo, podrían hablar sobre cómo fue su día, mencionar los dolores y molestias que hayan estado experimentando o incluso presentar inquietudes que hayan tenido sobre la relación.

Durante estos cinco minutos, el oyente no puede interrumpirlos. Su función es simplemente prestar atención a las palabras del hablante. Una vez transcurridos los cinco minutos, el oyente agradece al orador. A esto le siguen otros dos minutos de meditación en silencio, y después de esto, es el turno de la otra persona para hablar.

Concluya la sesión con dos minutos más de meditación en silencio seguidos de una invitación para que la relación florezca. Podrías decir algo como «Que yo tenga amor, que mi pareja tenga amor, que todos los seres tengan amor, que esta relación prospere».

Ahí tienes. Ahora posee las herramientas para incorporar la intimidad en su rutina diaria, un enfoque que es más barato que un retiro de spa y menos propenso a conflictos que una noche de juegos de mesa.

Nuestra concepción moderna del amor simplemente lo equipara con la emoción y la pasión positivas. Esta es una idea del amor muy ensimismada, donde el énfasis está en uno mismo. Y, de hecho, podemos empeorar los problemas de relación al interpretar la confusión emocional que causa el amor como una señal de que algo anda mal.

Pero el amor es más que un sentimiento; es una forma de ser. Y el amor verdadero se enfrenta a la confusión emocional del viaje de la vida, todo el malestar, la confusión y el dolor, de la mano de un compañero de viaje. Es dinámico, aterrador y profundo. Una vez que lo aceptamos por lo que es, es posible que podamos disfrutar un poco más de la aventura.

Ya sea que tengan la intención de meditar juntos o solo, conviértalo en un hábito haciéndolo a una hora determinada todos los días. Podría ser tan simple como diez minutos antes de desayunar por la mañana. Como hemos visto, la meditación puede ser una herramienta poderosa para restablecer la conexión con su pareja de forma regular. Ayuda incluso cuando meditas solo. Simplemente permita que las cualidades de su pareja descansen en su mente: vea su sonrisa, escuche su risa y recuerde por qué la ama. Si desea obtener más orientación, consulte la comunidad de meditación en línea de la autora, Open Heart Project, para obtener meditaciones guiadas semanales gratuitas.

TDAH en niños: qué es, quién lo diagnostica y cómo se trata este trastorno.

Eroski-PorE. Sánchez.- Después de semanas de convivencia con menores encerrados, muchos padres han tenido un pensamiento recurrente: ¿por qué serán tan inquietos? ¿Tendrán un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad? El exceso de actividad, la falta de atención o las dificultades para controlar los impulsos son algunos de los síntomas asociados al TDAH que, pese a ser uno de los más diagnosticados en niños y adolescentes, no consigue alcanzar el cuórum científico. En el siguiente artículo explicamos cuáles son las categorías de este trastorno y ofrecemos pistas para detectarlo y tratarlo.


El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se asocia a grandes rasgos con niños que no paran quietos, se distraen con facilidad o tienen dificultades para seguir las normas. Se trata del más diagnosticado del mundo en la infancia y adolescencia y, sin embargo, genera disenso en la comunidad científica, donde cohabitan varias posturas respecto a su conceptualización, origen y tratamiento.

Tres tipos de TDAH
El ‘Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales’ (DSM-5), publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría, marca la pauta mundial para gran parte de los profesionales a la hora de detectar y tratar esta patología. Asegura que el trastorno se da más en niños que en niñas, con una proporción de dos a uno. Aunque a veces se habla coloquialmente de TDA para referirse a personas que presentan déficit de atención pero no hiperactividad, este término no corresponde en realidad a ningún criterio diagnóstico, recuerdan los especialistas. No obstante, esta guía sí contempla tres subtipos para el TDAH: inatento, hiperactivo-impulsivo y combinado. El psicólogo Rafael Guerrero, profesor de Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, explica las tres categorías.

Niños inatentos. Les cuesta concentrarse, focalizar y atender a estímulos concretos, pero no se muestran muy inquietos ni impulsivos. Es más frecuente en niñas.

Niños hiperactivo-impulsivos. No manifiestan la inatención del primer grupo, pero sí una incapacidad para controlar su conducta y su pensamiento. Son muy impulsivos, los típicos niños que se mueven todo el rato en clase, pero se enteran de todo.

Niños de patrón combinado. Viene a ser la suma de los anteriores. Tienen dificultades para concentrarse y también para controlar sus impulsos: no pueden parar.

Los padres suelen pedir ayuda cuando se encuentran ante uno de los dos últimos grupos, pero el primero es más difícil de detectar, porque no tiene síntomas visibles. “Suele ser la típica alumna que no da guerra en clase y que no es retadora, pero que cuando llega la época de exámenes suspende todo porque no se entera de nada y está en su mundo”, aclara Guerrero. “Esta podría ser una de las razones por la que las niñas pasan más desapercibidas en la detección diagnóstica”, añade Juan Vicente Blázquez, psicólogo general sanitario y orientador educativo. No obstante, Guerrero recuerda que no puede emitirse un diagnóstico como tal antes de los seis o siete años, ya que el TDAH se debe a la inmadurez de una parte del cerebro y este no está lo suficientemente desarrollado previamente como para hacerlo.

El TDAH y la tendencia al conflicto
Aunque no conviene generalizar, el TDAH podría estar detrás de una persona que tiene dificultad para acabar tareas, se muestra ausente o sigue una conducta activa que no le permite ser operativa, afirma Blázquez. Advierte de que, en función de su etapa evolutiva, estas características podrían variar. “Un niño podría tener dificultades para esperar su turno en una fila; una adolescente, lanzar continuas llamadas de atención; y un adulto, encontrar problemas para organizar los tiempos y procedimientos de su vida personal y laboral”, resume. Tengan la edad que tengan, las personas con TDAH sufren al percibirse como diferentes. “Hay muchos matices dependiendo del grado, la estructura social y la personalidad de cada uno, pero podría decirse que comparten el hecho de sentirse incomprendidos e infravalorarse a sí mismos”, añade.

Rafael Guerrero asegura que, si no se detecta y trata a tiempo el problema, “las consecuencias pueden ser terribles, ya que a la persona le faltarán las muletas –metafóricas– para andar por la vida”:

“La investigación demuestra que los niños con TDAH no tienen mejores amigos”, prosigue el experto. “Tampoco suelen ser invitados a los cumpleaños porque molestan, son diferentes o disruptivos”, comenta. Se trata, no obstante, de niños muy inteligentes, por lo que se dan cuenta del aislamiento y les provoca sufrimiento.
No saben gestionar la rabia o el miedo, y eso les genera dificultades para relacionarse.
Su incapacidad para concentrarse afecta al ámbito académico, y eso les causa problemas en casa.
En la adolescencia y edad adulta, una persona con dificultades para planificar o controlar sus impulsos tiene, además, más probabilidades de tener rupturas sentimentales, accidentes, conflictos sociales o –incluso– consumir drogas.

TDAH: cómo detectarlo

Niñas jugando-Imagen: Getty Images

Juan Vicente Blázquez, psicólogo general sanitario y orientador educativo, enumera una serie de indicios que pueden inducir a los padres a una primera sospecha: que un niño o niña se muestre descuidado (que no ponga atención en lo que hace), que pierda habitualmente cosas, que le cueste concentrarse, que no respete turnos o que muestre dificultades de aprendizaje. En ese caso, habría que acudir a un profesional sanitario, ya sea un pediatra, psiquiatra infantil, o un psicólogo clínico, ya que muchos de los comportamientos observados podrían no valorarse de forma adecuada. Resulta fundamental buscar consejo profesional en caso de duda, ya que a menudo se patologizan conductas que nada tienen de preocupante, alerta. No incidir en todo esto previamente podría aumentar el número de diagnósticos.

“Un niño o una niña de desarrollo típico corre, juega, chilla, se despista, se cae, se enfada sin control… Cuando todo esto supera de forma significativa lo esperable por edad y se ha dado una verdadera respuesta educativa y familiar de forma constate durante meses, entonces podemos empezar a hablar de TDAH”, advierte Blázquez.

“Tenemos la fea costumbre de transformar rasgos de la personalidad en trastornos”, explica Guerrero, que cita el caso de la timidez, al que se le achaca erróneamente “fobia social” cuando en realidad se trata de algo perfectamente sano. “Si un niño es más movido que los demás en el parque o en clase, no significa nada”, aclara. “Habrá que esperar unos años [a partir de los seis] para ver si se trata de un síntoma de TDAH o comprobar si tiene un desarrollo cerebral más lento. Un diagnóstico requiere un experto, y no puede llevarse a cabo con un simple test”, especifica. Si se intuye que puede haber algún problema, aconseja consultar con un profesional lo antes posible para obtener orientación y poder realizar un trabajo conductual y de hábitos.

TDAH: cómo tratarlo
Aunque –según recuerda Blázquez– el tratamiento que ha demostrado mayor eficacia a partir de los seis años con diagnóstico es la combinación de terapia conductual y farmacológica, enfatiza que “cada caso debe enfocarse según las necesidades específicas de cada niño”. Para Rafael Guerrero, lo esencial a la hora de abordarlo es llevar a cabo una intervención psicológica, tanto con el menor como con sus padres –en la que se trabaje a nivel cognitivo, conductual, emocional y ejecutivo– y explicar bien a la familia en qué consiste el TDAH para que no hagan malas atribuciones a sus hijos; es decir, pensar que los niños son malos, lo hacen a propósito o les toman el pelo.
En este sentido, recurrir a alguna de las asociaciones de ayuda y orientación sobre el TDAH que existen puede resultar útil. “A partir de ahí, existen muchas otras opciones, entre las que se encuentra la farmacológica, aunque ni todos los que tienen este trastorno están medicados ni a todos les funciona bien”, puntualiza. “Quizás haya niños que necesiten un profesor particular, un psicopedagogo o un logopeda”, indica.

Cómo ayudar a un niño con TDAH en casa y en el colegio
Para poder ayudar cada día a un menor con TDAH padres y profesores deben entender bien qué es este trastorno por déficit de atención e hiperactividad, pues solo no puede mejorar su situación

Escolar TDAH-Imagen: khamkhor

Hay quien considera que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad no existe. Pero en realidad, solo entendiendo bien qué es el TDAH y en qué consiste, familiares y profesores serán capaces de ayudar a sus hijos y alumnos. En las siguientes líneas te contamos cómo puedes tratar a los menores con TDAH, un trastorno que también se da en adultos.

Cómo ayudar a un hijo o alumno con TDAH
El TDAH se trata de un problema de autogobierno, de una incapacidad para gestionarse a uno mismo. La sociedad piensa que el niño no hace las cosas porque no le da la gana, cuando la realidad es que desea hacerlas, pero no tiene las herramientas. Un estudiante de primaria con TDAH puede tardar de tres a cinco veces más que sus compañeros en hacer la tarea, y pese a ello ser inteligente.

Qué hacer en casa y en el colegio
Los expertos aconsejan establecer rutinas diarias, apoyar de forma visual las acciones que deben realizarse, conceder más margen de tiempo para la realización de tareas, redundar en las explicaciones o potenciar la relajación y el autocontrol. También, reforzar su atención a través de juegos con personas con las que se sientan vinculadas emocionalmente.

Qué hay que evitar hacer con un niño con TDAH
Los castigos, los gritos y las malas maneras no conducen a ningún aprendizaje, solo al miedo. Nunca se les debe señalar como personas. Se puede decir: “hijo, no has hecho bien esto, pero no eres malo”. Debe llegarles el mensaje de que su familia les quiere, tengan o no TDAH, les hagan la vida complicada o no. Padres y profesores deben hacerse cargo y ayudar al menor, ya que solo no puede salir. Un error básico es pensar que la clave para mejorar la situación está en manos del menor, cuando la realidad es que está en las de los adultos.

¿Soy un adulto con TDAH?
Una persona puede descubrir de mayor que tiene TDAH, aunque no es algo que pueda saber haciendo un simple test ni una conclusión a la que pueda llegar por sí misma. Requiere llevar a cabo una evaluación psicológica en un contexto psicoterapéutico, y se trata de algo que requiere tiempo.

Muchos adultos se dan cuenta cuando llevan a sus hijos a consulta y reparan en que ellos han tenido siempre unos síntomas parecidos. “Hoy en día existe mayor conocimiento del TDAH y mayor capacidad de detección en las etapas infantil y juvenil que hace 20 años”, indica Juan Vicente Blázquez, psicólogo general sanitario y orientador educativo. Aun así, si a alguien es diagnosticado en etapa adulta “seguramente haya adquirido hábitos que le hayan ayudado a adaptarse”. No obstante, recalca que, más allá del diagnóstico en sí, lo importante es centrarse en cómo puede este resultar útil a la persona que lo recibe, ya que su función es que se traduzca en mejorar aspectos concretos y prácticos de su vida

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