El coronavirus provocará el cierre de 2,7 millones de empresas en América Latina.

La pandemia afectará duramente a la región y a su matriz productiva, advirtió la Cepal, que llama a los gobiernos a tomar medidas para evitar una catástrofe mayor.


DW. - La crisis económica generada por el coronavirus provocaría el cierre de más de 2,7 millones de empresas y la pérdida de unos 8,5 millones de puestos de trabajo en América Latina, estimó este jueves (02.07.2020) la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) en un estudio sobre la situación de las empresas en la región durante la pandemia.

"El impacto de la crisis será muy diferente según el sector y el tipo de empresa", indicó la secretaria ejecutiva de la entidad, Alicia Bárcena. Las más afectadas serán las micro y pequeñas empresas, de las que dependen a su vez los sectores más golpeados por las medidas sanitarias para frenar la expansión del virus, como el comercio, los hoteles y los restaurantes, según el organismo de la ONU.

De acuerdo al estudio, el comercio perderá 1,4 millones de empresas y cuatro millones de puestos de trabajo formales, mientras que el turismo perderá por lo menos 290.000 empresas y un millón de puestos de trabajo. "La crisis golpea con mayor intensidad a los sectores industriales potencialmente de mayor dinamismo tecnológico y, por lo tanto, profundizará los problemas estructurales de las economías de la región”, lamentó Bárcena.

Medidas urgentes

La Cepal advirtió que es necesario implementar políticas adecuadas para fortalecer las ramas productivas más afectadas, pues de lo contrario existe una elevada probabilidad de que se genere un cambio estructural regresivo que conduciría a la reprimarización de las economías de la región. Por ello, recomendó adoptar una serie de medidas para apoyar a las empresas, entre las que destacan ampliar los plazos y los alcances de las líneas de intervención en materia de liquidez y financiamiento y cofinanciar la nómina salarial durante seis meses.

Según la Cepal, la pandemia provocará la peor recesión en la historia de Latinoamérica, con una contracción del PIB regional de un 5,3 por ciento este año y un aumento de la tasa de pobreza del 30,3 al 34,7 por ciento de la población. El continente americano es el principal foco mundial del coronavirus, con Estados Unidos, Brasil, México, Perú y Chile como los países más afectados.

DZC (EFE, AFP)

TDAH en niños: qué es, quién lo diagnostica y cómo se trata este trastorno.

Eroski-PorE. Sánchez.- Después de semanas de convivencia con menores encerrados, muchos padres han tenido un pensamiento recurrente: ¿por qué serán tan inquietos? ¿Tendrán un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad? El exceso de actividad, la falta de atención o las dificultades para controlar los impulsos son algunos de los síntomas asociados al TDAH que, pese a ser uno de los más diagnosticados en niños y adolescentes, no consigue alcanzar el cuórum científico. En el siguiente artículo explicamos cuáles son las categorías de este trastorno y ofrecemos pistas para detectarlo y tratarlo.


El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se asocia a grandes rasgos con niños que no paran quietos, se distraen con facilidad o tienen dificultades para seguir las normas. Se trata del más diagnosticado del mundo en la infancia y adolescencia y, sin embargo, genera disenso en la comunidad científica, donde cohabitan varias posturas respecto a su conceptualización, origen y tratamiento.

Tres tipos de TDAH
El ‘Manual de Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales’ (DSM-5), publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría, marca la pauta mundial para gran parte de los profesionales a la hora de detectar y tratar esta patología. Asegura que el trastorno se da más en niños que en niñas, con una proporción de dos a uno. Aunque a veces se habla coloquialmente de TDA para referirse a personas que presentan déficit de atención pero no hiperactividad, este término no corresponde en realidad a ningún criterio diagnóstico, recuerdan los especialistas. No obstante, esta guía sí contempla tres subtipos para el TDAH: inatento, hiperactivo-impulsivo y combinado. El psicólogo Rafael Guerrero, profesor de Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, explica las tres categorías.

Niños inatentos. Les cuesta concentrarse, focalizar y atender a estímulos concretos, pero no se muestran muy inquietos ni impulsivos. Es más frecuente en niñas.

Niños hiperactivo-impulsivos. No manifiestan la inatención del primer grupo, pero sí una incapacidad para controlar su conducta y su pensamiento. Son muy impulsivos, los típicos niños que se mueven todo el rato en clase, pero se enteran de todo.

Niños de patrón combinado. Viene a ser la suma de los anteriores. Tienen dificultades para concentrarse y también para controlar sus impulsos: no pueden parar.

Los padres suelen pedir ayuda cuando se encuentran ante uno de los dos últimos grupos, pero el primero es más difícil de detectar, porque no tiene síntomas visibles. “Suele ser la típica alumna que no da guerra en clase y que no es retadora, pero que cuando llega la época de exámenes suspende todo porque no se entera de nada y está en su mundo”, aclara Guerrero. “Esta podría ser una de las razones por la que las niñas pasan más desapercibidas en la detección diagnóstica”, añade Juan Vicente Blázquez, psicólogo general sanitario y orientador educativo. No obstante, Guerrero recuerda que no puede emitirse un diagnóstico como tal antes de los seis o siete años, ya que el TDAH se debe a la inmadurez de una parte del cerebro y este no está lo suficientemente desarrollado previamente como para hacerlo.

El TDAH y la tendencia al conflicto
Aunque no conviene generalizar, el TDAH podría estar detrás de una persona que tiene dificultad para acabar tareas, se muestra ausente o sigue una conducta activa que no le permite ser operativa, afirma Blázquez. Advierte de que, en función de su etapa evolutiva, estas características podrían variar. “Un niño podría tener dificultades para esperar su turno en una fila; una adolescente, lanzar continuas llamadas de atención; y un adulto, encontrar problemas para organizar los tiempos y procedimientos de su vida personal y laboral”, resume. Tengan la edad que tengan, las personas con TDAH sufren al percibirse como diferentes. “Hay muchos matices dependiendo del grado, la estructura social y la personalidad de cada uno, pero podría decirse que comparten el hecho de sentirse incomprendidos e infravalorarse a sí mismos”, añade.

Rafael Guerrero asegura que, si no se detecta y trata a tiempo el problema, “las consecuencias pueden ser terribles, ya que a la persona le faltarán las muletas –metafóricas– para andar por la vida”:

“La investigación demuestra que los niños con TDAH no tienen mejores amigos”, prosigue el experto. “Tampoco suelen ser invitados a los cumpleaños porque molestan, son diferentes o disruptivos”, comenta. Se trata, no obstante, de niños muy inteligentes, por lo que se dan cuenta del aislamiento y les provoca sufrimiento.
No saben gestionar la rabia o el miedo, y eso les genera dificultades para relacionarse.
Su incapacidad para concentrarse afecta al ámbito académico, y eso les causa problemas en casa.
En la adolescencia y edad adulta, una persona con dificultades para planificar o controlar sus impulsos tiene, además, más probabilidades de tener rupturas sentimentales, accidentes, conflictos sociales o –incluso– consumir drogas.

TDAH: cómo detectarlo

Niñas jugando-Imagen: Getty Images

Juan Vicente Blázquez, psicólogo general sanitario y orientador educativo, enumera una serie de indicios que pueden inducir a los padres a una primera sospecha: que un niño o niña se muestre descuidado (que no ponga atención en lo que hace), que pierda habitualmente cosas, que le cueste concentrarse, que no respete turnos o que muestre dificultades de aprendizaje. En ese caso, habría que acudir a un profesional sanitario, ya sea un pediatra, psiquiatra infantil, o un psicólogo clínico, ya que muchos de los comportamientos observados podrían no valorarse de forma adecuada. Resulta fundamental buscar consejo profesional en caso de duda, ya que a menudo se patologizan conductas que nada tienen de preocupante, alerta. No incidir en todo esto previamente podría aumentar el número de diagnósticos.

“Un niño o una niña de desarrollo típico corre, juega, chilla, se despista, se cae, se enfada sin control… Cuando todo esto supera de forma significativa lo esperable por edad y se ha dado una verdadera respuesta educativa y familiar de forma constate durante meses, entonces podemos empezar a hablar de TDAH”, advierte Blázquez.

“Tenemos la fea costumbre de transformar rasgos de la personalidad en trastornos”, explica Guerrero, que cita el caso de la timidez, al que se le achaca erróneamente “fobia social” cuando en realidad se trata de algo perfectamente sano. “Si un niño es más movido que los demás en el parque o en clase, no significa nada”, aclara. “Habrá que esperar unos años [a partir de los seis] para ver si se trata de un síntoma de TDAH o comprobar si tiene un desarrollo cerebral más lento. Un diagnóstico requiere un experto, y no puede llevarse a cabo con un simple test”, especifica. Si se intuye que puede haber algún problema, aconseja consultar con un profesional lo antes posible para obtener orientación y poder realizar un trabajo conductual y de hábitos.

TDAH: cómo tratarlo
Aunque –según recuerda Blázquez– el tratamiento que ha demostrado mayor eficacia a partir de los seis años con diagnóstico es la combinación de terapia conductual y farmacológica, enfatiza que “cada caso debe enfocarse según las necesidades específicas de cada niño”. Para Rafael Guerrero, lo esencial a la hora de abordarlo es llevar a cabo una intervención psicológica, tanto con el menor como con sus padres –en la que se trabaje a nivel cognitivo, conductual, emocional y ejecutivo– y explicar bien a la familia en qué consiste el TDAH para que no hagan malas atribuciones a sus hijos; es decir, pensar que los niños son malos, lo hacen a propósito o les toman el pelo.
En este sentido, recurrir a alguna de las asociaciones de ayuda y orientación sobre el TDAH que existen puede resultar útil. “A partir de ahí, existen muchas otras opciones, entre las que se encuentra la farmacológica, aunque ni todos los que tienen este trastorno están medicados ni a todos les funciona bien”, puntualiza. “Quizás haya niños que necesiten un profesor particular, un psicopedagogo o un logopeda”, indica.

Cómo ayudar a un niño con TDAH en casa y en el colegio
Para poder ayudar cada día a un menor con TDAH padres y profesores deben entender bien qué es este trastorno por déficit de atención e hiperactividad, pues solo no puede mejorar su situación

Escolar TDAH-Imagen: khamkhor

Hay quien considera que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad no existe. Pero en realidad, solo entendiendo bien qué es el TDAH y en qué consiste, familiares y profesores serán capaces de ayudar a sus hijos y alumnos. En las siguientes líneas te contamos cómo puedes tratar a los menores con TDAH, un trastorno que también se da en adultos.

Cómo ayudar a un hijo o alumno con TDAH
El TDAH se trata de un problema de autogobierno, de una incapacidad para gestionarse a uno mismo. La sociedad piensa que el niño no hace las cosas porque no le da la gana, cuando la realidad es que desea hacerlas, pero no tiene las herramientas. Un estudiante de primaria con TDAH puede tardar de tres a cinco veces más que sus compañeros en hacer la tarea, y pese a ello ser inteligente.

Qué hacer en casa y en el colegio
Los expertos aconsejan establecer rutinas diarias, apoyar de forma visual las acciones que deben realizarse, conceder más margen de tiempo para la realización de tareas, redundar en las explicaciones o potenciar la relajación y el autocontrol. También, reforzar su atención a través de juegos con personas con las que se sientan vinculadas emocionalmente.

Qué hay que evitar hacer con un niño con TDAH
Los castigos, los gritos y las malas maneras no conducen a ningún aprendizaje, solo al miedo. Nunca se les debe señalar como personas. Se puede decir: “hijo, no has hecho bien esto, pero no eres malo”. Debe llegarles el mensaje de que su familia les quiere, tengan o no TDAH, les hagan la vida complicada o no. Padres y profesores deben hacerse cargo y ayudar al menor, ya que solo no puede salir. Un error básico es pensar que la clave para mejorar la situación está en manos del menor, cuando la realidad es que está en las de los adultos.

¿Soy un adulto con TDAH?
Una persona puede descubrir de mayor que tiene TDAH, aunque no es algo que pueda saber haciendo un simple test ni una conclusión a la que pueda llegar por sí misma. Requiere llevar a cabo una evaluación psicológica en un contexto psicoterapéutico, y se trata de algo que requiere tiempo.

Muchos adultos se dan cuenta cuando llevan a sus hijos a consulta y reparan en que ellos han tenido siempre unos síntomas parecidos. “Hoy en día existe mayor conocimiento del TDAH y mayor capacidad de detección en las etapas infantil y juvenil que hace 20 años”, indica Juan Vicente Blázquez, psicólogo general sanitario y orientador educativo. Aun así, si a alguien es diagnosticado en etapa adulta “seguramente haya adquirido hábitos que le hayan ayudado a adaptarse”. No obstante, recalca que, más allá del diagnóstico en sí, lo importante es centrarse en cómo puede este resultar útil a la persona que lo recibe, ya que su función es que se traduzca en mejorar aspectos concretos y prácticos de su vida

Las nuevas tecnologías no pueden servir para rastrear y atacar a quienes protestan pacíficamente.

Internet y las nuevas herramientas digitales están siendo manipuladas como nunca para infringir el derecho de las personas a la libertad de reunión, aseguró la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos este jueves, en un llamado a una moratoria sobre el uso de la tecnología de reconocimiento facial durante manifestaciones pacíficas.


En medio de las protestas mundiales contra el racismo sistémico, la corrupción y los problemas económicos exacerbados por la crisis COVID-19, Michelle Bachelet también expresó su preocupación por el uso de armas no letales contra los manifestantes.

Los dispositivos emergentes incluyen lanzadores de bolas de pimienta, armas acústicas, drones y otros "sistemas autónomos" que liberan gases lacrimógenos, explicó Bachelet en un informe ordenado por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

“Estas armas, supuestamente menos letales, han causado daños terribles cuando se han empleado contra manifestantes pacíficos en el mundo entero. Aunque puedan ser necesarias en determinados contextos para mantener el orden, su uso debe ser vigilado cuidadosamente y debe estar sujeto a una aplicación rigurosa de los criterios de necesidad y proporcionalidad”, dijo Bachelet.

La Alta Comisionada instó a los Estados y las empresas a garantizar que estas y otras tecnologías de rápido desarrollo se utilicen de manera que no interrumpan y eviten la participación de las personas en los asuntos públicos.

“Las nuevas tecnologías pueden usarse para movilizar y organizar protestas pacíficas, para formar redes y coaliciones, y para informar mejor a la gente acerca de las manifestaciones y los motivos de su celebración, con lo que contribuyen a impulsar el cambio social”, afirmó la Alta Comisionada. “Pero, como ya hemos visto, también pueden usarse -como es el caso ahora mismo- para limitar y vulnerar los derechos de los manifestantes, vigilarlos, localizar su ubicación e invadir su privacidad”.

Las protestas por la muerte de George Floyd
a manos de la policía de Mineápolis
se han sucedidio en diversas ciudades de Estados Unidos,
como la de Nueva York.Noticias ONU/Shirin Yaseer

Protestas y rendición de cuentas

Bachelet hizo un llamado a la capacitación obligatoria para el personal de las fuerzas del orden público sobre el uso de armas de control de multitudes, y la rendición de cuentas por las violaciones de derechos relacionadas con su mal uso: " Estas pueden matar si se usan de manera incorrecta, ya sea de manera deliberada o accidental".

El informe menciona las protestas de todo el mundo en 2019, motivadas por una amplia y compleja gama de razones, como respuesta a la discriminación racial y estructural y el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas, y que el descontento ha proseguido en el año en curso.

Este año, personas en miles de ciudades de todo el mundo salieron a las calles a raíz del asesinato en Estados Unidos de George Floyd, cuya muerte el 25 de mayo en Minneapolis fue capturada en video, mientras que un oficial de policía se arrodilló en su cuello durante más de ocho minutos.

Protestas en Chile. OHCHR
Acceso para todos

“Teniendo en cuenta la importancia que reviste para las democracias el ejercicio del derecho a la reunión pacífica y la función que pueden desempeñar las tecnologías aplicadas a través de Internet, es esencial que los Estados cierren la brecha digital y garanticen que el mayor número posible de personas disponga de acceso seguro y económico a la red”, dijo la Alta Comisionada.

Bachelet explicó que los Estados deberían abstenerse de usar los cortes de Internet, también conocidos como “caídas de las redes”, “interrupciones de seguridad” o “apagones”, que el informe califica de “maneras especialmente dañinas de obstruir el funcionamiento de las tecnologías de la información y la comunicación y, por ende, de interferir en las asambleas”.

Al menos 65 de esos apagones se registraron durante las protestas de 2019, con lo que se puso en peligro el derecho de reunión pacífica, tanto en la red como fuera de ella. Además, según los informes, esos cortes de Internet tuvieron una considerable repercusión económica.

Vigilancia que atenta contra los derechos humanos

Según la Alta Comisionada la vigilancia por medios tecnológicos ha sido un factor importante en la reducción del espacio cívico en numerosos países por dos razones: la primera es que los Estados recurren a la injerencia en línea y el hackeo de las cuentas de redes sociales que los organizadores de las manifestaciones suelen utilizar en su planificación, y, la segunda, porque las autoridades usan esos medios para vigilar directamente a quienes participan en las protestas.

Además, en un desarrollo preocupante, cada vez más estados utilizan cada vez más la tecnología de reconocimiento facial para identificar a los manifestantes, "a veces en tiempo real", dijo Peggy Hicks, directora de compromiso temático de la Oficina.

Esto sucede a pesar del hecho de que la tecnología supuestamente es "propensa a errores", dijo Hicks, instando a su uso proporcional.

“Eso significa en este contexto que la identificación errónea podría conducir a un arresto ilícito, por ejemplo, o un enjuiciamiento. Estos riesgos que conocemos son sustancialmente mayores para las mujeres y las personas de color, lo que aumenta la probabilidad de que la tecnología de reconocimiento facial pueda perpetuar y amplificar la discriminación”.

En el informe se señala que mucha gente pierde las ganas de manifestarse en público y expresar libremente sus ideas por temor a ser identificado y sufrir luego consecuencias adversas.

El informe urge a los Estados que se abstengan de utilizar la tecnología de reconocimiento facial para identificar a quienes participan en reuniones pacíficas y que no realicen grabaciones de los manifestantes, a menos de que existan indicios fiables de que estos llevan a cabo actividades delictivas o se disponen a hacerlo.

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