Si fuera un avión, ya estarían sonando todas las alarmas: el euro cayó al nivel más bajo de los últimos 20 años y, si continúa el desplome, pronto podría alcanzar la paridad frente al dólar.
Imagen de billetes de euros
DW-Brigitte Scholtes. - La última vez que la moneda de la eurozona costó un dólar fue a comienzos de diciembre de 2002. Este miércoles (6.07.2022), el euro rondó la marca de 1,02 USD, dos centavos de dólar por debajo del curso del día anterior. Hace un año, se cotizaba a 1,18 USD.
Los expertos ya no descartan la posibilidad de que el euro vuelva a alcanzar pronto la paridad con el dólar. El euro tocó su punto más bajo el 5 de julio de 2001, cuando se negoció a 0,8380 USD.
Son las preocupaciones sobre la recesión las que están causando la caída de la moneda común europea. Sobre todo, preocupa a los mercados financieros el riesgo de un cierre de gas, ya que eso estancaría la economía en Alemania y Europa. "La situación sigue siendo buena, pero es frágil", dijo Ulrich Leuchtmann, experto en divisas de Commerzbank, a la emisora alemana Deutschlandfunk.
La paridad, ¿una ventaja?
Una moneda débil también puede tener ventajas para la exportación, ya que los productos nacionales se venden más baratos en el extranjero, y así aumentan las ventas. Eso, al mismo tiempo, hace que se exporte el poder adquisitivo de quienes entonces pueden comprar productos alemanes y europeos más baratos.
En cualquier caso, las compañías exportadoras locales solo tienen una ventaja si los empresarios alemanes fabrican sus productos íntegramente en Alemania, o en la eurozona, explica Sonja Marten, experta en divisas del DZ-Bank. "Tan pronto se deban comprar productos primarios de países extracomunitarios, o cuya fabricación demande grandes cantidades de energía, ese cálculo ya no cierra", dice, señalando que los productos energéticos, en particular, se facturan en dólares.
La inflación pone al euro bajo presión
El alza de los precios de la energía fueron la causa fundamental del balance negativo del comercio exterior de Alemania en junio, algo que no sucedía desde hace tiempo: se importó más de lo que se exportó, y aquí cuentan también el petróleo y el gas.
Sobre todo los precios de la energía impulsan el incremento de la inflación. Por eso, el Banco Central Europeo (BCE) elevó las tasas de interés, a fin de contrarrestar ese fuerte aumento. Pero no quiere hacerlo de golpe, porque eso podría asfixiar a la economía de la eurozona.
Miedo a una recesión en EE. UU.
Que el euro sea tan débil frente al dólar siempre tiene que ver también con la política monetaria estadounidense. "La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) vuelve a marcar el ritmo", aclara el ex economista jefe de Allianz.
La Fed está tomando medidas contra la inflación y ya ha empezado a subir las tasas de interés. Eso ha asustado en ocasiones a los corredores de bolsa, que, en ese caso, temen una recesión en EE. UU., dice Marten. Y, si la economía en los EE. UU. se derrumba, la recesión también golpearía a Europa.
El euro se deprecia
Ahora los mercados financieros esperan que la Reserva Federal adopte una postura más cautelosa, observa Michael Heise, economista jefe de HQ Trust.