El extraño comportamiento de una estrella revela la presencia de un solitario agujero negro oculto en un cúmulo gigante de estrellas
ESO.- Utilizando el instrumento MUSE de ESO, instalado en el
Very Large Telescope, en Chile, un equipo de astrónomos ha descubierto una
estrella en el cúmulo NGC 3201 que se comporta de un modo muy extraño. Parece
estar orbitando un agujero negro invisible con cerca de cuatro veces la masa
del Sol. Se trataría del primer agujero negro con masa estelar inactivo de este
tipo detectado en un cúmulo globular y el primero encontrado por la detección
directa de su fuerza gravitacional. Este importante descubrimiento tiene una
gran repercusión en nuestra comprensión de la formación de estos cúmulos de
estrellas, agujeros negros y de los orígenes de eventos de ondas
gravitacionales.
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Imagen del Hubble del cúmulo globular de estrellas NGC 3201
Esta imagen del Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA
muestra la región central del rico cúmulo globular de estrellas
NGC 3201 en la constelación austral de la Vela.
Se ha descubierto una estrella que orbita a un agujero negro
con cuatro veces la masa de nuestro Sol.
La estrella se ha indicado con un círculo azul.
Crédito: ESA/NASA |
Los cúmulos globulares de
estrellas son enormes esferas de decenas de miles de estrellas que orbitan a la
mayoría de las galaxias. Se encuentran entre los sistemas estelares más viejos
conocidos en el universo y datan de momentos muy cercanos al comienzo del
crecimiento y evolución de la galaxia. Actualmente se sabe que más de 150
pertenecen a la Vía Láctea.
Utilizando el instrumento MUSE, instalado en
el Very Large Telescope de ESO, en
Chile, se ha estudiado un cúmulo en particular, llamado NGC 3201 y situado
en la constelación meridional de Vela. Un equipo
dirigido por Benjamín Giesers (Universidad Georgia Augusta de Gotinga, Alemania)
descubrió que una de las estrellas [1] de NGC 3201 se
comporta de un modo muy extraño: se mueve hacia atrás y hacia delante a
velocidades de varios cientos de miles de kilómetros por hora, con un patrón
que se repite cada 167 días [2].
Benjamin Giesers estaba intrigado por el comportamiento de la
estrella: "Orbitaba
alrededor de algo totalmente invisible que tenía una masa de más de
cuatro veces la del Sol, ¡solo podía tratarse de un agujero negro! El primero
de ellos encontrado en un cúmulo globular observando directamente su fuerza
gravitacional".
La relación entre los agujeros negros y los cúmulos globulares es un
asunto importante pero misterioso. Debido a sus enormes masas y a su gran edad,
se cree que estos cúmulos han producido un gran número de agujeros negros de masa
estelar, creados a medida que las estrellas masivas del cúmulo
explotaban y colapsaban a lo largo de la extensa vida del cúmulo [3][4].
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Esta imagen de amplio campo muestra el cielo que rodea al cúmulo globular NGC 3201, en la constelación meridional de Vela. En esta imagen, además del rico cúmulo, que aparece en el centro, también vemos un gran número de estrellas de la Vía Láctea junto con unas pocas galaxias mucho más lejanas. Esta fotografía fue creada a partir de imágenes que forman parte del sondeo Digitized Sky Survey 2. Crédito: Digitized Sky Survey 2. Acknowledgement: Davide De Martin |
El instrumento MUSE de ESO proporciona a los astrónomos una
capacidad única para medir los movimientos de miles de estrellas lejanas al
mismo tiempo. Con este nuevo hallazgo, Giesers y su equipo han podido detectar,
por primera vez, un agujero negro inactivo en el corazón de un cúmulo globular,
uno que, actualmente, no está tragando materia y no está rodeado por un disco
brillante de gas. Han podido estimar la masa del agujero negro masivo a través
de los movimientos de una estrella capturada por su enorme fuerza
gravitacional [5].
De las propiedades de la estrella observadas se ha determinado
que tiene 0,8 veces la masa de nuestro Sol, y la masa de su misteriosa
contraparte se ha calculado en alrededor de 4,36 veces masa del Sol, por lo
que, seguramente, se trate de un agujero negro [6].
Las recientes detecciones de fuentes de radio y de rayos X en
cúmulos globulares, así como la detección en 2016 de señales de ondas
gravitacionales producidas por la fusión de dos agujeros negros de masa
estelar, sugiere que estos agujeros negros, relativamente pequeños, puede ser
más comunes de lo que se pensaba en cúmulos globulares.