ALAI AMLATINA, .-Oscar Ugarteche - En el film "El Rebelde sin Causa", un muchacho de la escuela reta a otro a una carrera de autos que termina en un abismo. El juego se llama Gallina. El piloto debe de llevar el auto a la mayor velocidad al abismo y saltar justo antes. El que salta primero es el que pierde. Huelga decir que uno de los muchachos muere. Muy macho, cuando quiere saltar se le atora la manga en la manija de la puerta y ya sobre el abismo no hay nada que hacer.
A cuatro días de la fecha límite para resolver si el techo de la deuda pública sube o no por encima de 100% del PIB, los congresistas en Estados Unidos están jugando a Gallina. Los del bando republicano tienen una cosa segura: quieren deshacerse de lo que hay del estado de bienestar. La apuesta republicana por la concentración del ingreso es coherente con la financiarización de la economía y con la forma como se hace ahora la política exterior en la economía más grande del mundo.
Si los demócratas ganaran el argumento y se mantuviera el seguro social, considerado por los republicanos como un rasgo “comunista” que interfiere con la libertad de empresa en el negocio de la salud, entonces se podría decir con tranquilidad que los 90 millones de estadounidenses que se benefician del plan nacional de salud de Obama podrán enfermarse en paz.
Si los republicanos ganaran el argumento, por un lado, habría menos gasto público con lo que el PIB seguirá estancado, pero más serio, se llegará a la temida cesación de pagos del deudor más grande del mundo. Aquello que decía Triffin en 1961 sobre el dilema de ser moneda de reserva se hace verdad: Si tienes mucho déficit externo, inyectas tu moneda al resto del mundo que debe de retenerlo porque se convierte en moneda de curso forzoso. Al ocurrir esto, la economía se debilita con lo que la moneda de reserva se debilita lo que fuerza al banco central a tomar medidas monetarias para fortalecerla. Los republicanos quieren debilitar aún más al dólar como moneda de reserva.