Los actores de Hollywood y los estudios llegaron a un acuerdo tentativo este miércoles (08.11.2023) para poner fin a una huelga de meses que paralizó la industria del entretenimiento, atrasó cientos de programas y películas y costó miles de millones de dólares a la economía estadounidense.
El Sindicato de los Actores de la Pantalla (SAG-AFTRA) anunció que acabará a la medianoche (0800 GMT del jueves) con su paralización de 118 días tras llegar a un acuerdo con estudios como Netflix y Disney sobre demandas contractuales que incluían aumentos salariales y protecciones contra el uso de inteligencia artificial.
Los miembros de SAG-AFTRA abandonaron el trabajo a mediados de julio pidiendo un aumento de salarios mínimos, una cuota por los ingresos de los servicios de streaming y protección para que no ser reemplazados por "réplicas digitales" generadas por inteligencia artificial (IA).
El anuncio pavimenta el camino para que los artistas, desde estrellas hasta extras, puedan regresar a los sets de rodaje y abandonar los piquetes a las afueras de los estudios, y para activar miles de otros empleos ligados a la industria del entretenimiento.
"En un voto unánime esta tarde, el Comité de Cine y Televisión del SAG-AFTRA aprobó un acuerdo tentativo con la Asociación de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) para poner fin a los 118 días de huelga", informó el gremio en un corto comunicado.
Acuerdo tentativo debe ser ratificado
El sindicato informó que someterán el acuerdo tentativo ante su dirección nacional este viernes para "su revisión y consideración". La ratificación del acuerdo puede durar meses, pero debe ser concretada.
Las conversaciones entre ambas partes ocurrieron casi a diario durante las últimas dos semanas. A veces, los directores ejecutivos de los estudios como Disney, Netflix, Warner Bros. y Universal fueron en persona a medida que el clamor por un acuerdo aumentaba.
Dada la duración de la huelga, los estudios enfrentaron fallas en sus calendarios de lanzamientos para los próximos años, mientras que muchos actores se vieron forzados a buscar otros empleos para pagar las cuentas, e incluso abandonar la profesión.