Amina
Mohamed, que intervino en la Cumbre One Planet y en la reunión de alto nivel de
la Asamblea
General sobre el Medio Ambiente,
donde se encontraban distintos jefes de Estado y de Gobierno, expuso la
gravedad de la situación que afronta La Tierra debido a las actividades del ser
humano.
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PNUMA-Cyril Villemain - La vicesecretaria general, Amina Mohammed, se dirige a la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente en Nairobi, en Kenya. |
Recordó, por ejemplo, que 2018, el cuarto año
más cálido registrado, fue uno en el que se batieron lamentables marcas: “Ni
una sola región del mundo se salvó de los efectos de la alteración del clima,
desde los super tifones en Filipinas y el sur de China hasta las sequías
extremas en Argentina y Ciudad del Cabo, en Sudáfrica”.
“Estamos ante un punto de inflexión para
nuestro planeta”, declaró antes de indicar que el foco de la Asamblea General
sobre el Medio Ambiente se centra en buscar soluciones
innovadoras para los tres retos ambientales más acuciantes: el
consumo insostenible, la pérdida de biodiversidad y el impacto del cambio climático.
Producción y consumo sostenible
En 2017, los recursos extraídos
de la tierra alcanzaron 90.000 millones de toneladas métricas y
menos del 10 por ciento de esos recursos fueron reciclados nuevamente a la
economía. Además, millones de toneladas de plástico fluyen hacia nuestros
océanos, con consecuencias devastadoras para la vida marina.
“Todos los días vivimos con las deficiencias
de un modelo económico lineal basado en ‘Tomar, hacer y
disponer’”, explicó que la número dos de las Naciones Unidas, quien señaló que
todas esas deficiencias se plasman “en la forma en que producimos, usamos y
descartamos los teléfonos móviles”.
Estos teléfonos que todos usamos se construyen
normalmente con al menos 60 metales diferentes,
desde el grafito hasta el silicio y el oro. La extracción de muchos de
estos metales es extremadamente dañina para el medio
ambiente y para las personas y comunidades involucradas en la extracción.
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Noticias ONU/Antonio Lafuente- Vista de las montañas rocosas en la localidad de Telluride, Colorado, Estados Unidos.
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Mientras tanto, en el otro extremo de la cadena
de producción y consumo, cada año se generan alrededor de 45 millones de
toneladas de desechos electrónicos,
por un valor aproximado de 55.000 millones de dólares. Y esta cifra está
creciendo, mientras se recicla o reutiliza menos del 20% de esa basura.
Los niveles crecientes de desechos
electrónicos desechados representan riesgos para la salud
humana, el cambio climático y el desarrollo:
filtran las toxinas en los suelos y las capas acuáticas, afectan la calidad del
agua que bebemos y emiten metano, que contribuye al aumento
de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Frente a esos retos, Mohamed indicó que existen
distintos ejemplos de medidas que reducen la sobreexplotación de recursos
naturales o eliminan la contaminación, como por ejemplo la decisión de la
cadena de hoteles Hilton de reducir en un 50% el consumo y desperdicio de agua
o la de Costa Rica y la India de prohibir los plásticos de
un solo uso.
“Nuestra solución para salir de estos ciclos
insostenibles de consumo y producción es clara: debemos cambiar
nuestra percepción de que el progreso económico requiere un agotamiento de los
recursos naturales. Debemos centrarnos en crear productos con
pocos componentes y productos que duren, en lugar de lanzarlos después de un
solo uso. Debemos asegurarnos de que cada producto roto, desechado o agotado se
pueda reciclar o reutilizar, en lugar de terminar en un vertedero o en un lado
de una carretera. Y debemos apoyar el recrecimiento de todos los recursos
renovables, para garantizar que estén disponibles para las generaciones
futuras. Debemos, en efecto, crear una economía
circular”.
Pérdida de la biodiversidad
También vinculada a nuestros hábitos de consumo
y producción insostenibles está la pérdida de la biodiversidad.
“Nuestro uso de la tierra y los recursos para
alimentar nuestra economía conduce a la destrucción de
ecosistemas y hábitats vitales”, aseguró la vicesecretaria
general de la ONU.
En un informe publicado
recientemente , se observa que la extracción y el
procesamiento de los recursos amenaza gravemente la biodiversidad. Además,
desde 1970, la extensión de los humedales en Europa y Asia Central ha
disminuido en un 50%. Alrededor del 40% de la tierra en Asia occidental está en
riesgo de desertificación.
El impacto potencial en la salud, la economía y
la sociedad de la pérdida continua de biodiversidad es tremendo. Por ejemplo,
el valor económico que genera la naturaleza en las Américas se estima en
aproximadamente 24,3 billones de dólares anuales.
Cambio Climático
Otro de los grandes enemigos es el
cambio climático que amenaza nuestra salud, nuestros
ecosistemas naturales, nuestra agricultura, nuestras economías, nuestra salud y
nuestra seguridad.
“El cambio climático también está vinculado a
nuestros hábitos insostenibles de consumo y producción. Supimos esta semana que
el 53% de las emisiones son causadas por la extracción y el procesamiento de
recursos. El año pasado, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático
dijo que solo tenemos 12 años para cambiar de rumbo. De lo
contrario soportaremos consecuencias irreversibles”, afirmó
Mohamed.
Y añadió: “Un plan para reducir las emisiones
en un 45% durante la próxima década y alcanzar la meta de cero emisiones netas
en 2050. Un plan para descarbonizar la electricidad y finalmente construir
infraestructuras y ciudades más sostenibles. Un plan para crear no solo empleos
verdes, sino empleos verdes decentes. Un plan lo
suficientemente ambicioso y lo suficientemente creíble para convencer a todas
las personas que salen a las calles de que se los toma en serio”.
También aquí y en todo el mundo ya se están
desarrollando muchas soluciones innovadoras. En Nigeria, las nuevas mini redes
eléctricas piloto en cinco estados están permitiendo que las aldeas se conecten
a electricidad confiable y sin carbono.
“La Cumbre será un momento de ambición
global y multilateralismo inclusivo”, prometió la
vicesecretaria general.
Miles de millones para reforestar África
En la Cumbre One Planet, la comunidad
internacional ha ofrecido miles de millones de dólares para ayudar a reforestar
y conservar los bosques de África. En total, 27 países africanos se han
comprometido a recuperar 100 millones de hectáreas de ecosistemas degradados,
en un área del tamaño de Egipto.
África se lleva la peor parte del cambio
climático, pero es el continente que menos contribuye a este fenómeno.
“De lo que se trata hoy es de asegurarnos de
que a medida que crecemos en África no terminemos contribuyendo al cambio
climático, que tenemos la oportunidad de crecer hacia el verde y
no hacia el marrón”, declaró Mohamed, que agradeció el anuncio
del Banco
Mundial que destinará 22.500 millones de dólares
a adaptación y mitigación del cambio climático en África.