Próxima Centauri es
la estrella más cercana al Sol. Es una débil enana
roja que se encuentra a tan solo
cuatro años luz, en la constelación meridional de Centaurus (el centauro). Es orbitada por Próxima b, un
planeta templado del tamaño de la Tierra descubierto en el año 2016 que es, además, el planeta más
cercano al Sistema Solar. Pero en este sistema hay algo más que un solo
planeta. Nuevas observaciones de ALMA revelan la emisión de nubes de frío polvo
cósmico que rodean a la estrella.
El autor principal del nuevo estudio, Guillem Anglada [1], del Instituto
de Astrofísica de Andalucía (CSIC), Granada (España), explica la importancia de
este hallazgo: "El
polvo alrededor de Próxima es importante porque, tras el descubrimiento del
planeta terrestre Próxima b, es el primer indicio de la presencia de un
complejo sistema planetario (formado por más de un único planeta) alrededor de
la estrella más cercana a nuestro Sol".
Los cinturones de polvo son los restos del material que no se
incorporó a cuerpos de mayor tamaño, como pueden ser los planetas. Las
partículas de roca y hielo en estos cinturones varían en tamaño: desde el más
diminuto grano de polvo, más pequeño que un milímetro, hasta cuerpos tipo
asteroide con muchos kilómetros de diámetro [2].
El polvo parece encontrarse en un cinturón que se extiende a
unos pocos cientos de millones de kilómetros de Próxima Centauri y tiene una
masa total de, aproximadamente, una centésima parte de la masa de la Tierra. Se
estima que este cinturón tiene una temperatura de unos –230 grados centígrados,
la misma que la del Cinturón de Kuiper en el
Sistema Solar exterior.
También hay pistas, en los datos de ALMA, que apuntan a la
presencia de otro posible cinturón de polvo incluso más frío unas diez veces
más lejos. De confirmarse, la naturaleza de un cinturón exterior resultaría
intrigante, dado su entorno muy frío lejos de una estrella que es más fría y
más débil que el Sol. Ambos cinturones están mucho más lejos de Próxima
Centauri que el planeta Próxima b, que orbita a sólo 4 millones de kilómetros
de su estrella [3].
Guillem Anglada explica las implicaciones del descubrimiento: "Este resultado sugiere que
Próxima Centauri puede tener un sistema múltiple del planetas con una rica
historia de interacciones que dieron lugar a la formación de un cinturón de
polvo. Estudios más profundos podrían proporcionar información para localizar
la ubicación de planetas adicionales que todavía no han sido
identificados".
El sistema planetario de Próxima Centauri también es
especialmente interesante porque hay planes para una futura exploración directa
del sistema con microsondas conectadas a velas impulsadas por láser (el proyecto Starshot). Conocer el
entorno polvoriento que rodea a la estrella es esencial para la planificación
de este tipo de misión.
El coautor Pedro Amado, desde el Instituto de Astrofísica de
Andalucía, explica también que esta observación es sólo el comienzo: "Estos primeros resultados
muestran que ALMA puede detectar estructuras de polvo en órbita alrededor de
Próxima, y más observaciones nos darán más detalles del sistema planetario de
esta estrella. Combinándolas con el estudio de discos protoplanetarios
alrededor de estrellas jóvenes, podremos desvelar muchos de los detalles
de los procesos que condujeron a la formación de la Tierra y del Sistema Solar
hace unos 4600 millones años. ¡Lo que estamos viendo ahora es sólo una pequeña
parte de lo que está por venir!".
Notas
[1] En una coincidencia cósmica, el autor principal del estudio,
Guillem Anglada, comparte su nombre con el astrónomo que dirigió el equipo que
descubrió Próxima Centauri b, Guillem Anglada-Escudé, coautor del artículo
científico en el que se publica esta investigación (aunque no son parientes).
[2] Próxima Centauri es una estrella vieja, de edad similar a la
del Sistema Solar. Probablemente, los cinturones de polvo a su alrededor son
similares al polvo residual del cinturón de Kuiper y el cinturón de asteroides
del Sistema Solar y al polvo que crea la luz Zodiacal. Las imágenes
obtenidas por ALMA de los espectaculares discos que rodean a estrellas mucho
más jóvenes, como HL Tauri, contienen mucho más
material que está en proceso de formación de planetas.
[3] De confirmarse, la forma aparente del débil cinturón externo
daría a los astrónomos una forma de calcular la inclinación del sistema
planetario de Próxima Centauri. Parece elíptica debido a la inclinación de lo
que se supone que es en realidad un anillo circular. Esto, a su vez, permitiría
una mejor determinación de la masa del planeta Próxima b, del cual actualmente
solo se conoce su límite inferior.