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Soldados del Ejército pakistaní examinan un edificio dañado cerca de Muzaffarabad, el 7 de mayo de 2025.M.D. Mughal / AP |
La India lanzó ataques de precisión contra nueve blancos en Pakistán y en la parte de la región disputada de Cachemira que permanece bajo control pakistaní, y anunció el inicio de la Operación Sindoor contra "infraestructura terrorista".
Las Fuerzas Armadas de la India lanzaron 24 misiles en un lapso de 25 minutos y reportan haber eliminado a "70 terroristas" en el marco de la operación, según
medios nacionales.
"Nuestras acciones han sido centradas, mesuradas y de naturaleza no escalatoria. Ninguna instalación militar pakistaní ha sido atacada", indicó el comunicado oficial de las Fuerzas Armadas del país. "La India ha demostrado una considerable moderación en la selección de los objetivos y en el método de ejecución", agregó.
Poco después, el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, tachó la reciente escalada de "acto de guerra impuesto por la India" y declaró que su país goza de pleno derecho a responder a ella. "El enemigo ha lanzado un ataque cobarde en cinco lugares de Pakistán. Pakistán tiene todo el derecho de responder enérgicamente a este acto de guerra impuesto por la India, y está siendo respondido enérgicamente", aseveró.
Desde Islamabad denunciaron que los ataques indios fueron dirigidos específicamente contra civiles. En ese contexto, medios han reportado que hasta el momento han muerto ocho pakistaníes, 35 han resultado heridos y dos siguen desaparecidos como resultado de la ofensiva. A su vez, desde Nueva Delhi comunicaron que tres civiles indios murieron en un ataque pakistaní en Cachemira.
Por otra parte, según comunicó el director general de Relaciones Públicas de las Fuerzas Armadas de Pakistán, teniente general Ahmed Sharif Chaudhry, Islamabad derribó cinco cazas indios en respuesta a los ataques transfronterizos con misiles.
"Estábamos plenamente preparados, por lo que India recibió una respuesta inmediata y firme", esclareció a su vez el ministro pakistaní de Información, Attaullah Tarar, reiterando la afirmación de que Pakistán tiene "pleno derecho" a defenderse de cualquier agresión.
En paralelo,
se reportó que las FF.AA. paquistaníes habrían destruido un puesto indio en uno de los sectores de la Línea de Control, la frontera militar establecida entre las dos naciones.
Además, Nueva Delhi acusó a Islamabad de volver a "violar" un acuerdo de alto el fuego al disparar artillería contra una localidad, y señalaron que su Ejército "está respondiendo de forma adecuada y calibrada". De ahí que en las redes sociales se hayan difundido grabaciones que muestran intercambios de artillería entre la India y Pakistán en la Línea de Control.
El ministro de Defensa pakistaní, Khawaja Asif, había dicho ya antes que un enfrentamiento con la India podía "ocurrir en cualquier momento". Luego, tras el intercambio de ataques, desde la Cancillería del país reiteraron que "Pakistán se reserva el derecho a responder adecuadamente en el momento y lugar que elija, de conformidad con
el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y con el derecho internacional".
Por su parte, el 29 de abril, el primer ministro indio, Narendra Modi, dio carta blanca operativa a las Fuerzas Armadas para decidir "el modo, el momento y el objetivo" de la respuesta al ataque terrorista en Cachemira.
¿Qué condujo a la escalada?
El conflicto entre Nueva Delhi e Islamabad empezó a escalar después de un ataque ocurrido el 22 de abril en Pahalgam, un concurrido destino turístico ubicado a unos 90 kilómetros de Srinagar, en la parte de Cachemira que permanece bajo control indio. El atentado dejó 26 personas fallecidas: 25 ciudadanos indios y uno nepalí, más decenas de heridos.
Desde el día del atentado, las dos naciones han tomado medidas radicales para rebajar aún más los lazos diplomáticos y comerciales. Las relaciones ya estaban profundamente congeladas desde 2019, cuando el Gobierno del primer ministro indio Narendra Modi derogó el artículo 370 de la Constitución, que había concedido cierto grado de autonomía al estado de Jammu y Cachemira.
India ha sido la primera en actuar, expulsando a diplomáticos pakistaníes y cerrando su frontera terrestre.
Además, el Gobierno indio decidió suspender "con efecto inmediato" el Tratado de Aguas del Indo con Pakistán, un pacto histórico negociado por el Banco Mundial en 1960 que dividió el río Indo y sus afluentes entre ambos países y reguló el reparto del agua. Si bien el tratado no preveía ninguna disposición que permitiera a alguno de los países suspender o terminar unilateralmente el pacto, desde Nueva Delhi justificaron la decisión con "las consiguientes incertidumbres en materia de seguridad".
Pakistán emitió una respuesta recíproca, suspendiendo acuerdos bilaterales clave y rutas transfronterizas y declarando 'persona non grata' a los asesores de defensa, navales y aéreos de la India en Islamabad. Jammu y Cachemira, región del noroeste del Indostán, era antiguamente un principado independiente y es objeto de disputa entre India y Pakistán desde la independencia del Reino Unido en 1947. Ambos países asiáticos se la disputaron ya tres veces en el siglo pasado.
En 2003, las partes firmaron un acuerdo de cese de hostilidades que, no obstante, no definió el estatus de esta región.
La India y Pakistán son potencias nucleares. Según recalcaron desde el Ministerio de Exteriores pakistaní, las acciones de Nueva Delhi han acercado a los dos Estados, poseedores de armamento nuclear, a "un conflicto mayor".
Los objetivos que la India asegura haber alcanzado:
Campamento de Markaz Taiba
Nueva Delhi afirma que este campamento situado a 25 kilómetros de la frontera de facto era el cuartel general del grupo Lashkar-e-Taiba, vinculado al atentado del mes pasado que hizo escalar las tensiones entre las dos potencias nucleares. Ajmal Kasab, el único autor del atentado en Bombay de 2008 que ha sido capturado con vida, también recibió adiestramiento en estas instalaciones.
Campamento de Markaz Subhan
El objetivo más profundo en Pakistán, a unos 100 kilómetros de la frontera, sería sede del grupo Jaish-e-Mohammad y habría sido utilizado para reclutar, entrenar y adoctrinar, según la India.
Campamento de Mehmoona Joya
La India señala que los ataques planeados y ejecutados desde este campamento, un centro de entrenamiento del grupo Hijbul Mujahideen a 12 kilómetros de la frontera, incluyen un ataque en 2016 contra una base aérea india en el que murieron siete personas.
Campamento de Gulpur
Desde Nueva Delhi indican que este campamento, situado a 30 kilómetros de la frontera, era una base del Lashkar-e-Taiba, en cuyas instalaciones se habrían entrenado "terroristas" que perpetraron en junio un atentado contra peregrinos en la región cachemira de Poonch que costó la vida a nueve personas.
Campamento de Sarjal
La India denuncia que los autores del atentado perpetrado en marzo en la región india de Jammu y Cachemira, en el que murieron cuatro policías, recibieron entrenamiento en este campamento situado a 6 kilómetros en el interior de Pakistán.
Campamento de Abbas
Situado a 13 kilómetros de la frontera, era un "centro neurálgico" para el entrenamiento de suicidas del Lashkar-e-Taiba, según la India.
Campamento de Syedna Belal
La India señala que este campo, zona de concentración del grupo Jaish-e-Mohammad, era utilizado para proporcionar adiestramiento en el uso de armas y explosivos, así como técnicas de supervivencia para "actividades terroristas" en la Cachemira india.
Campamento de Sawai Nala
Situado a unos 30 kilómetros de la frontera de facto, este campo sería una instalación de entrenamiento clave para el Lashkar-e-Taiba, según Nueva Delhi.
Campamento de Barnala
La India sostiene que estas instalaciones se utilizaban para entrenar en el manejo de armas, la fabricación de artefactos explosivos improvisados y técnicas de supervivencia en la selva.