El instrumento MUSE de ESO, instalado en el VLT, descubre una nueva
forma de alimentar agujeros negros
Un equipo liderado por
astrónomos italianos ha utilizado el instrumento MUSE (Multi-Unit Spectroscopic Explorer), instalado en el VeryLargeTelescope (VLT) en el Observatorio Paranal de ESO, en Chile, para estudiar cómo las galaxias pueden ser
despojadas de su gas. Se centraron en ejemplos extremos de galaxias medusa en cúmulos de galaxias cercanos, llamadas así por los largos
"tentáculos" de material que se extienden decenas de miles de años
luz más allá de sus discos galácticos [1][2].
Los tentáculos de las
galaxias medusa se producen en los cúmulos de galaxias por un proceso llamado “desgarro por presión
dinámica” (en inglés, rampressurestripping).
Su mutua atracción gravitatoria hace que las galaxias caigan a gran velocidad
en los cúmulos de galaxias, donde se encuentran con un gas caliente y denso que
actúa como un potente viento, expulsando colas de gas fuera del disco de la
galaxia y desencadenando brotes de formación
estelar en su interior.
Se ha descubierto que
seis de las siete galaxias medusa estudiadas albergan un agujero negro
supermasivo en el centro que
se alimenta del gas circundante [3]. Esta
proporción es inesperadamente alta (en general, entre las galaxias la
proporción es inferior a una de cada diez).
"Nunca antes se
había predicho ni se había dado a conocer este fuerte vínculo entre el desgarro
por presión dinámica y los agujeros negros activos", afirma la
responsable del equipo, Bianca Poggianti (INAF-Observatorio Astronómico de
Padua, Italia). "Parece que el agujero negro
central está siendo alimentado porque, parte del gas, en lugar de ser
eliminado, alcanza el centro de la galaxia".
Una pregunta que lleva
mucho tiempo sin respuesta es por qué sólo una pequeña fracción de los agujeros
negros supermasivos situados en los centros de las galaxias están activos. Los
agujeros negros supermasivos están presentes en casi todas las galaxias, así
que ¿por qué sólo unos pocos acretan materia y brillan intensamente? Estos
resultados revelan un mecanismo previamente desconocido por el que se pueden
alimentar los agujeros negros.