Greenpeace.- Incendios devastadores y olas de calor, desde Suecia hasta Japón, han
causado la muerte de decenas de personas en todo el mundo en las últimas
semanas. Solo en Grecia, el número de víctimas por los incendios forestales
asciende a 91 y se teme que aumente, mientras que en Japón una ola de calor se
cobró la vida de al menos 90 personas.
Las temperaturas superaron los 30 grados
en el círculo polar ártico: Noruega registró el récord de 33,5 grados y Kevo,
en Finlandia, alcanzó los 33,4 grados. Mientras tanto, las llamas se han
disparado desde el Oriente ruso hasta las ciudades canadienses de Quebec y
Ontario, pasando por California, y convirtieron a esta situación en un fenómeno
global.
Este clima extremo será lo habitual en el futuro, según las predicciones
de la Organización Mundial de la Meteorología (OMM), que vincula el cambio
climático con estos fenómenos de olas de calor, temperaturas récord y sequía o
lluvias por debajo de la media. “Si bien hay muchos factores complejos en
juego con los fenómenos meteorológicos extremos, lo que estamos experimentando
es consistente con las predicciones de un mundo afectado por el cambio
climático”, dijo Bunny Mcdiarmid, directora ejecutiva de Greenpeace
Internacional.
"La propagación de estas olas de calor apunta al cambio climático
como un factor claro, aún cuando tenemos 1 grado de calentamiento desde la era
preindustrial. La perspectiva de lo que podría suceder si las temperaturas
suben más allá de los objetivos de 1,5 grados establecidos en el acuerdo
climático de París es impensada. Necesitamos controlar el cambio climático de
manera urgente para prevenir eventos meteorológicos extremos en el futuro y
salvar vidas", agregó Mcdiarmid.
A
nivel local, el panorama no mejora. “El cambio climático está aquí, está
sucediendo ahora, y tiene grandes efectos en toda Latinoamérica”, aseguró
Ingo Boltz, coordinador de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace Andino.
“Acelerar la transición hacia energías limpias y renovables es más urgente que
nunca. Deforestar y abrir más reservas de petróleo, gas y carbón es condenar al
mundo a impactos climáticos devastadores”, concluyó.