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- Conseguir la
eterna juventud, vencer el envejecimiento, y quizás –quién
sabe– incluso desafiar la muerte. Todo esto suena a una
historia de ciencia ficción, una historia increíblemente tentadora.
Mientras tanto, profesionales muy serios –médicos, físicos,
biólogos– dedican sus vidas a este problema: la lucha contra el
envejecimiento del cuerpo humano.
A
principios del siglo XXI este antiguo sueño de la humanidad empezó
a adquirir formas reales. Ahora, los científicos no hablan de un
futuro lejano e incierto, sino que discuten y hacen pronósticos
sobre la base de los avances tecnológicos reales en los campos de la
biología, la medicina y la TI (tecnología de la información). Los
investigadores sugieren que en los próximos años, las prótesis
robóticas se convertirán en un fenómeno de masas, y la esperanza
de vida se acercará a la marca de 150 años. Las personas que
vivirán esa cantidad de años pueden haber nacido ya.
A
lo largo de la historia, el ser humano siempre se ha sentido atraído
por la idea de la vida eterna, o por lo menos, mucho más larga de la
que le estaba predestinada. Desde las leyendas ancestrales hasta
los investigadores de hoy en día, pasando por los
caballeros medievales que buscaban el Santo Grial, el hombre no ha
dejado sus intentos de encontrar un elixir de la juventud, y en los
últimos años, varios estudios han reportado avances en
este campo.
Por citar uno
de los últimos ejemplos, el pasado mes de febrero científicos
estadounidenses informaron haber desarrollado un fármaco
que destruye las células viejas y aplaza el proceso de
envejecimiento.
Según
los investigadores, el secreto consiste en eliminar las células
desgastadas con la edad que tienen un efecto destructivo en el
cuerpo. Aunque el sistema inmune las barre con regularidad, este
proceso se vuelve menos eficaz con el tiempo y deja que estas células
senescentes se acumulen.
"Es
posible bloquear o interferir en determinado gen. Se está
interviniendo en el proceso natural de envejecimiento, y hay que
hacerlo. Creo que en los próximos años veremos buenos
resultadosr"
Olga Tkachiova, médico geriatra del Departamento de Salud de Moscú
Olga Tkachiova, médico geriatra del Departamento de Salud de Moscú
El
estudio utilizó una raza especial de ratones transgénicos a los
cuales se les inyectaba un fármaco dos veces a la semana. El
experimento demostró que una sola aplicación de un agente sintético
experimental (cuyo nombre en código es AP20187) destruía hasta el
70% de las células viejas. Como resultado, la esperanza de vida de
los animales aumentó del 25 al 35%. Al mismo tiempo, los roedores se
hicieron menos propensos a desarrollar enfermedades del corazón
y los riñones, así como a la formación de tumores.
En
abril del 2015, los especialistas del Instituto de Investigación
Biomédica de la Universidad Estatal de Altái, Rusia, también
anunciaron haber creado un fármaco orientado a detener el proceso
del envejecimiento humano.
El
medicamento, según los especialistas, tiene por objetivo
activar los procesos de producción de células madre en el
propio organismo y los de renovación de los tejidos. Además,
de lograrse, los tejidos se mantendrían como los de un organismo
biológicamente joven.
"Muchos
médicos consideran la vejez como una enfermedad que se puede curar.
Estamos elaborando varias medicinas rejuvenecedoras: para
regeneración de la médula ósea después de la quimioterapia, para
mantener el hígado, para la salud femenina y otras", explicó
el director del Instituto de Investigación Biomédica de la
Universidad Estatal de Altái, Iván Smirnov, citado por 'Rossíiskaya
Gazeta'.
Mientras
tanto, el destacado neurólogo estadounidense Tony Wyss-Coray,
del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Stanford,
considera que la fuente de la juventud no hay que buscarla fuera,
sino en nuestro interior. En una entrevista con el diario
español 'ABC' este
científico sugirió que la fuente de la juventud podría estar en la
sangre joven, en la que algún factor es capaz de revertir el
envejecimiento, y viceversa, la sangre procedente de ratones viejos
perjudica a los más jóvenes.
"Seguimos
trabajando en tratar de entender cómo la sangre joven, y en concreto
la fracción soluble de la misma, llamada 'plasma', es beneficiosa
para el cerebro envejecido. Mientras tanto, nuestra investigación
continúa para demostrar no solo que el plasma de ratones jóvenes es
bueno para los cerebros de los ratones más viejos, sino también que
el plasma humano joven puede mejorar la función cognitiva en los
ratones viejos. Si esto se puede traducir a los seres humanos, se
podría decir que la fuente de la juventud puede estar dentro de
nosotros, y que se seca a medida que envejecemos", dijo el
científico.
Además
considera que las personas centenarias viven tantos años gracias a
una combinación de la genética, la interacción social, la dieta y
la actividad física. "Creemos que hay factores en el plasma que
pueden afectar a la longevidad y que los centenarios tienen una mejor
combinación de estos factores que las personas que mueren más
jóvenes", agregó Wyss-Coray.
"Muchos
médicos consideran la vejez como una enfermedad que se puede
curar"
Iván Smirnov, director del Instituto de Investigación Biomédica de la Universidad Estatal de Altái (Rusia)
Iván Smirnov, director del Instituto de Investigación Biomédica de la Universidad Estatal de Altái (Rusia)
No
obstante, otros investigadores, como la médico geriatra del
Departamento de Salud de Moscú, Olga Tkachiova, opinan que la vida
eterna o la eterna juventud son imposibles de lograr, aunque sí es
posible influir en el envejecimiento alcanzando lo antes posible en
la senectud insignificante (ausencia de signos de envejecimiento).
"Lo
que sí podemos hacer es influir en la velocidad del envejecimiento
si alcanzáramos la senectud insignificante (bloqueo de la
acumulación constante de daños de las células). Por ejemplo, es
muy difícil por la apariencia y estado de los órganos determinar la
edad biológica de una persona mayor de 90 años. Es decir, en
adelante el proceso de envejecimiento de la persona ya no avanza",
explicó la especialista en tratamiento de pacientes de edad avanzada
a la agencia RIA
Novosti.
Mientras
más pronto se encuentre la forma de alcanzar la senectud
insignificante, por ejemplo a los 60 años y no a los 90, más
personas podrán acelerar su esperanza de vida, comentó. "Por
ejemplo, hay moluscos que no envejecen. Continúan creciendo,
reproduciéndose durante toda su vida y no mueren de vejez, sino
debido a su gran tamaño, que les impide trasladarse y alimentarse",
explicó la geriatra.
"Es
posible bloquear o interferir en determinado gen. Se está
interviniendo en el proceso natural de envejecimiento, y hay que
hacerlo. Creo que en los próximos años veremos buenos resultados",
consideró la doctora.
Más
allá de la búsqueda de un fármaco 'mágico', doblegar a la
muerte es objeto de estudios en otros campos, como la clonación,
la inteligencia artificial o la criónica.
Por
ejemplo, el físico británico Stephen Hawking considera que
es teóricamente posible 'copiar' el cerebro humano a una computadora
para permitirle seguir funcionando después de la muerte, según él
mismo afirmó en el estreno de un documental sobre su vida en el
2013.
Es
más, en el 2015, Martine Rothblatt, la ejecutiva pionera en el
ámbito de la inteligencia artificial, creó un prototipo robótico
de 'cabeza inteligente' como paso previo al desarrollo de la
extrapolación de recuerdos, pensamientos y sentimientos humanos a
una computadora que actuará como 'clon mental'.
Y
mientras esperamos los resultados de estos estudios...
Un
estilo de vida más saludable puede reducir el riesgo de una
enfermedad mortal, pero también puede servir para incrementar sus
posibilidades de vivir una vida larga y activa, según varias
investigaciones. Estas son algunas de las reglas más
sencillas para mantenernos en forma, conservar la salud mental y
física e incluso retrasar el proceso de envejecimiento.
- Regla número uno: Con menos azúcar la vida será más dulce
Se
ha encontrado que el consumo excesivo de azúcar repercute
en la salud de la piel, contribuyendo a su envejecimiento. El azúcar
en grandes cantidades en la sangre puede provocar diabetes, así como
también dañar de forma progresiva los vasos sanguíneos. Lesiona la
pared de las arterias, lo que facilita que se deposite el colesterol
y se acelere el proceso de arteriosclerosis.
La
OMS sugiere el consumo diario de no más de 25 gramos de azúcar
(seis cucharadas de café aproximadamente), y se ha determinado que
al disminuir su cantidad durante 72 horas, contribuye a mejorar los
receptores de gusto en la boca.
- Regla número dos: Dormir bien
Dormir
es una actividad que hacemos a diario, no solo porque nos guste sino
también porque nuestro cuerpo lo pide, y a cambio, obtenemos
resultados positivos para nuestra salud. No dormir lo suficiente
puede debilitar el sistema inmunológico, lo que aumenta el riesgo de
contraer enfermedades. La falta de sueño, entre otras cosas, puede
provocar también estrés, que a su vez puede conducir a la
hipertensión arterial.
- Regla número tres: Realizar una actividad física con regularidad
Además
de ser una de las maneras más sencillas de mejorar su salud y
mantenerse en forma, el ejercicio físico ayuda a rejuvenecer la
piel, según un estudio de la Universidad McMaster de Canadá. Los
investigadores concluyeron que las personas que se ejercitan con
frecuencia tienen las capas exteriores de la piel más suaves, las
capas internas más duras, y el estrato córneo más saludable; e
incluso, la composición dérmica era más joven.
- Regla número cuatro: Un poco de estrés
Aunque
siempre relacionamos el estrés con una consecuencia negativa,
una pequeña dosis puede ayudarnos a vivir de manera más saludable,
así como mejorar el desempeño en pruebas cognitivas, el trabajo y
actividades atléticas, según investigadores de la Universidad de
California.
- Regla número cinco: Realizar una actividad que le guste
La
mayoría de las personas longevas comparten un rasgo en
común: son entusiastas, optimistas, y por lo general también son
tranquilas, amables y alegres. Realizar una actividad preferida, ya
sea un pasatiempo emocionante como dibujar, coser, tejer o un trabajo
que de verdad le guste y que le provoque satisfacción, es un factor
serio que ayuda a prolongar una vida sana y activa, señalan los
gerontólogos.
Según
un mapa, desarrollado por 'The
Telegraph',
actualmente el campeón mundial en longevidad es Japón, donde
la esperanza de vida media se estima en 84 años. El periódico
sitúa a otros siete países cerca de Japón, todos ellos con una
esperanza de vida de 83 años. Se trata de Alemania, Andorra,
Australia, Suiza, Italia, Singapur y San Marino.
Por
otro lado, donde menos se vive es en Sierra Leona. Los habitantes de
este país de África Occidental de media no viven más de 46
años. El continente africano tiene los índices de esperanza de vida
más bajos del mundo, aunque también hay notables
excepciones como Egipto (71), Argelia (72), Libia (75) y Túnez (76).
El
periódico comenta que entre los países de América del Sur hay
diferencias notables en cuanto a la longevidad. Los chilenos, por
ejemplo, son los 'campeones' regionales, ya que viven unos 80
años de promedio, pero en la vecina Bolivia esta media es de
solo 68 años. El segundo país sudamericano más longevo es Colombia
(79) y el tercero, Perú (77). En el último puesto de la región se
encuentra Guyana, con 63 años.
La
idea de vencer al envejecimiento o incluso lograr la inmortalidad
está condenada a convertirse tarde o temprano en una prioridad para
los países desarrollados, donde la longevidad y la calidad de vida
están registrando niveles cada vez más altos. Pero ¿qué pasará
con la humanidad cuando ese sueño se haga realidad?
Esto
es lo que opinan sobre este tema algunos destacados
investigadores, consultados por el portal Furfur.
Acceso privilegiado a la inmortalidad
Antes
que nada, cabe destacar que el desarrollo de una 'cura para el
envejecimiento' es un proceso caro, por lo que es de suponer que los
primeros grandes avances y las primeras tecnologías eficaces en este
ámbito van a pertenecer a las poderosas empresas farmacéuticas con
planes de negocio correspondientes.
Según
el economista de la Universidad de Harvard, David M. Cutler, es poco
probable que la terapia contra el envejecimiento ingrese en los
programas básicos de la medicina social.
"El
acceso privilegiado a tales tecnologías hará que el problema de la
desigualdad económica alcance un nivel cualitativamente nuevo",
reza el artículo de Furfur.
Adiós a las pensiones
Hoy
en día, los economistas ya se enfrentan a un grave problema: la
esperanza de vida en los países desarrollados está creciendo y con
ella aumenta dramáticamente la carga de los gastos sociales en los
presupuestos estatales, debido al aumento de la necesidad de atención
médica y de las pensiones.
Por
lo tanto, si nos imaginamos un escenario más o menos realista de los
gerontólogos —una sociedad en la que la mayoría de las personas
pueda vivir hasta por lo menos 150 años— el sistema de pensiones
en esa sociedad simplemente desaparecerá como concepto, sostiene el
artículo.
Cambios en la familia
Metamorfosis
radicales le esperan también a la institución de la familia, ya
que con el aumento de la esperanza de vida, aumentará también la
edad de la herencia.
"Con
la duplicación de la esperanza de vida, los jóvenes tendrán que
olvidarse de tener su propio apartamento hasta que cumplan 100 años,
a menos que los padres se lo puedan regalar", indica el portal.
Además,
crecerá el número de segundos matrimonios y por lo tanto, el número
de herederos.
La gerontocracia
Si
las pensiones y la jubilación son canceladas, es poco probable que
las personas de 100 años, intelectualmente aptas para trabajar, den
paso a las de 50 años, sin hablar de los treintañeros, cuya
'juventud' será mucho más prolongada.
La
concentración del capital y el trabajo en manos de los 'ancianos' y
la marginalidad social y económica de los 'nuevos jóvenes' llevarán
a una gerontocracia.
Entonces..
Ante todas estas perspectivas, la gente "tiene que reestructurar su conciencia y cambiar sus estándares", opina el futurólogo Serguéi Moskalyov, agregando que se crearán las condiciones económicas correspondientes.
Ante todas estas perspectivas, la gente "tiene que reestructurar su conciencia y cambiar sus estándares", opina el futurólogo Serguéi Moskalyov, agregando que se crearán las condiciones económicas correspondientes.
Así,
"para un jubilado no será rentable vivir solo en un apartamento
de dos pisos y de 100 metros cuadrados", explica el experto.
Además,
prosigue el futurólogo, se desarrollará la 'gerontosofía': el arte
de vivir con una avanzada edad.
"
Es poco probable que un mundo que sea capaz de inventar un
medicamento que controle el envejecimiento, aparte de esto, no sea
nada diferente al mundo de hoy"
Aubrey de Grey, gerontólogo británico
Aubrey de Grey, gerontólogo británico
A
su vez, el reconocido gerontólogo británico Aubrey de Grey
enfatiza que "lo más importante que debemos tener en mente
cuando hablamos de un futuro no muy cercano es que van a cambiar
muchas cosas, no solo una".
"Por
ejemplo, cuando hablamos del mundo que ha superado el envejecimiento,
cabe pensar que es poco probable que un mundo que sea capaz de
inventar un medicamento que controle el envejecimiento, aparte de
esto, no sea nada diferente al mundo de hoy", argumenta Grey.
Además,
indica, "hay que tener en cuenta la respuesta social a estos
cambios globales, que no se dan solo después sino también
antes, en el período de espera".
En
este sentido, el experto considera muy probable que para el año
2025, o incluso para el 2020, la comunidad científica anuncie un
inminente avance en el área del envejecimiento.
"Cuando
esto suceda, la sociedad responderá de inmediato, comenzando a
trabajar en las posibles consecuencias antes de que ocurran",
asegura el gerontólogo.
"Tendremos
tiempo suficiente, porque no creo que sea posible superar el
envejecimiento antes de 2035", concluye Grey.
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En
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Preparado por María Lekant, Iván Sérbinov
Preparado por María Lekant, Iván Sérbinov