
Los suicidios están devastando a las comunidades jóvenes descendientes de Toro Sentado que aún siguen siendo tratados como “bestias”, de acuerdo a la doctrina papal que trajo España en tiempos de la Conquista.

activista dejó un legado que lo consagró dentro de su pueblo.
Originariamente el pueblo lakota, de la tribu de los sioux, habitaba en las orillas del río Missouri. Tras la llegada de los europeos se vieron obligados a abandonar sus formas semisedentarias de vida y a volverse nómadas, ocupando de forma sucesiva los territorios situados en los estados de Minnesota, Dakota del norte y del sur, Nebraska y Wyoming. Esto no fue lo único que los condenó, se sumó el exterminio de los bisontes, el alcohol, las enfermedades y el Séptimo de Caballería. Ellos no olvidan aquella batalla de Little Big Horn (1876), en la que Sioux, el jefe indio, derrotó y mató al general Custer y a 210 de sus hombres. Jamás rindieron su libertad sin plantarle cara al enemigo.

Pero, Hollywood tampoco dedicó jamás una película a la política de asimilación de su comunidad, institucionalmente promovida por el Gobierno norteamericano.

Tras esto comenzaron los movimientos activistas en defensa de los derechos de los indígenas. La raíz de los movimientos de protesta fue posterior a la guerra de Vietnam en los sesenta, hispanos y negros articularon movimientos de defensa de sus derechos básicos. Así que a esto se sumaron los indios. Lo fundaron en Minneapolis para protestar por la brutalidad policial contra los indios. Después, se crearon oficinas en otros lugares como Oklahoma, Cleveland o Canadá. El colonialismo trajo consigo problemas terribles para las tribus.

Era cierto que el “democrático” gobierno de los Estados Unidos no garantizaba la libertad de credo de los nativos americanos. En 1978 el Congreso aprobó un acta que garantizaba por primera vez nuestra libertad religiosa y el derecho a la vida, pues ese es el sentido ritual de la danza del sol: vivir.
Después de todo esto todavía algunos se preguntaran por que el suicidio se esta convirtiendo en una epidemia.
Hoy los Lakota tienen una tasa de suicidio semejante a la de Lituania o Rusia, los dos países con los índices más altos de Europa. El fenómeno comenzó a mediados de los noventa en la tribu, y aunque tienen algunos programas de prevención del suicidio desde entonces, no ha impedido que muchos adolescentes nativos sigan quitándose la vida.
Teniendo en cuenta que son una pequeña comunidad en términos numéricos, esto está devastando a su gente. Obviamente, el suicidio es el resultado directo de estar viviendo bajo condiciones de colonialismo, por la imposición de una cultura ajena, por el dolor intergeneracional transmitido a través de la memoria colectiva y originado por el expolio de sus tierras y la destrucción de su cultura y su lenguaje. Y aunque en otras culturas, como la japonesa, el suicidio puede ser algo honorable, en su cultura es contrario a su espiritualidad.
Sin duda la lucha sigue en pie, para poder refutar aquellas leyes aplicadas a través de los reyes de España, quienes enviaron sus conquistadores amparados por la idea de que los indios eran unas “bestias vagabundas”. De acuerdo a esa filosofía, las tierras de los indios podían ser tomadas libremente.
Pero el foco ahora mismo está puesto en los canales de hidrocarburos que quieren instalar en la zona. Se enfrentan a 55 proyectos de gasoducto que violan los derechos al agua de los lakota. Sus trazados discurren bajo el río Missouri y violan abiertamente la legislación vigente. Hay algo que está claro: los lakotas están dispuestos a morir para detener todo este macroproyecto del oleoducto Keystone, vetado por el propio presidente Obama. Según lo vemos, lo que están intentando sacar adelante es un crimen contra la humanidad y la Madre Tierra.