Innumerables
galaxias compiten por llamar la atención en esta deslumbrante imagen del cúmulo
de Fornax: algunas aparecen sólo como puntos de luz mientras que otras dominan
el primer plano. Una de ellas es la galaxia lenticular NGC 1316.
El turbulento
pasado de esta galaxia, ampliamente estudiada, ha dejado su huella en forma de
delicada estructura de bucles, arcos y anillos que, ahora, los astrónomos han
fotografiado con un detalle sin precedentes con el telescopio de rastreo del
VLT.
Esta imagen asombrosamente profunda revela también una miríada de objetos
tenues junto con una débil luz intracumular.
Esta imagen profunda,
captada usando las excepcionales capacidades del VST (VLT Survey Telescope, telescopio de
rastreo del VLT) en el Observatorio Paranal de ESO, en
Chile, revela los secretos de los luminosos miembros del cúmulo de Fornax, uno de los cúmulos de galaxias más ricos y
cercanos a la Vía Láctea.
Quizás, el miembro más
fascinante del cúmulo sea NGC 1316, una galaxia que ha experimentado una historia muy movida tras nacer por la fusión de varias galaxias más
pequeñas. Las distorsiones gravitatorias del pasado aventurero de la galaxia
han dejado su huella en la estructura lenticular [1].
En la década de 1970 se
observaron por primera vez las grandes ondas, bucles y arcos embebidos en la
envoltura exterior cargada de estrellas, y hoy sigue siendo un campo activo de
estudio para los astrónomos, que utilizan la última tecnología de los
telescopios para observar los detalles más finos de la inusual estructura
de NGC 1316 mediante una combinación de imagen y modelos.
Las fusiones que formaron
NGC 1316 generaron un flujo de gas que alimenta a un exótico objeto astrofísico
en su centro: un agujero negro supermasivo con una masa
de aproximadamente 150 millones de veces la del Sol. A medida que acreta la
masa de su entorno, este monstruo cósmico genera chorros de partículas de alta
energía inmensamente potentes, que a su vez dan origen a los característicos
lóbulos de emisión que se ven en longitudes de onda de radio, haciendo que NGC
1316 sea la cuarta fuente de radio más brillante del cielo.
NGC 1316 también ha
albergado a cuatro supernovas de tipo Ia registradas,
que son eventos astrofísicos de vital importancia para los astrónomos. Dado que
las supernovas de tipo Ia tienen un brillo muy definido [2], pueden utilizarse
para medir la distancia a la galaxia anfitriona, en este caso, 60 millones de
años luz. Estas "candelas estándar" son muy buscadas por los
astrónomos, ya que son una excelente herramienta para medir de manera fiable la
distancia a objetos remotos. De hecho, desempeñaron un papel clave en el
revolucionario descubrimiento de la expansión acelerada de nuestro universo.
Esta imagen fue tomada por
el VST, en el Observatorio Paranal de ESO, como parte del Sondeo Profundo de Fornax, un proyecto que
quiere proporcionar un estudio profundo y multi-imagen del cúmulo de Fornax. El
equipo, liderado por Enrichetta Iodice (INAF-Observatorio de Capodimonte,
Nápoles, Italia), ha observado previamente esta zona con el VST, revelando un
débil puente de luz entre NGC 1399 y la galaxia de menor tamaño NGC 1387 (eso1612). El VST fue
diseñado específicamente para realizar sondeos del cielo a gran escala.
Con OmegaCAM, una cámara especialmente diseñada que
cuenta con 256 megapíxeles y un gran campo de visión corregido, VST puede obtener,
con gran rapidez, imágenes profundas de grandes áreas del cielo, dejando a los
telescopios de mayor tamaño —como el VLT (Very Large Telescope) de ESO— la tarea de explorar
los detalles de objetos individuales.
Notas
[1] Las galaxias lenticulares o "en
forma de lente" son una forma intermedia entre las galaxias elípticas
difusas y las archiconocidas galaxias espirales, como la Vía Láctea.
[2] El tipo de
supernovas Ia se producen cuando una enana blanca que forma parte de un sistema
binario de estrellas acreta lentamente la masa de su estrella compañera hasta
que llega un límite que provoca la fusión nuclear del carbono. En un breve
periodo de tiempo, se inicia una reacción en cadena que finalmente termina en
una enorme liberación de energía: una explosión de supernova. La supernova
siempre se produce cuando alcanza una masa determinada, conocida como el límite de Chandrasekhar y produce
una explosión casi idéntica en cada ocasión. La semejanza en las supernovas de
tipo Ia permite a los
astrónomos utilizar estos eventos cataclísmicos para medir distancias.