greenpeace.org.- Hace un tiempo te mostramos el basural de ropa que hay en medio del desierto de Atacama. Ahora tenemos que actualizar esta triste noticia y decir que se suman a este panorama montañas de neumáticos y autos descartados que se apilan en el horizonte de este ecosistema único y frágil.
©Martín Bernetti para AFP |
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Así, Alto Hospicio, Antofagasta e Iquique son los nombres propios de los lugares que se convierten en el patio trasero del mundo, adonde va a parar todo lo que nadie más quiere recibir.
Cuando tirar ropa es parte de la moda
©Martín Bernetti para AFP |
¿El resultado?
El fast fashion derivó a Chile solo en 2021, 46.287 toneladas de ropa usada, según el Servicio Nacional de Aduanas. El ingreso creció más de 50% desde 2018.
El destino final de esta “basura”: el desierto de Atacama. En Alto Hospicio, a unos 1.800 km al norte de Santiago, toneladas de ropa usada se convierten en parte del paisaje de la contaminación.
No hay que olvidar que para “disimular” este accionar se suele quemar y enterrar la ropa descartada, generando un problema ambiental adicional por las emanaciones tóxicas.
Las imágenes de estos basurales en medio del desierto más árido del mundo parecen escenas de un mundo postapocalíptico pero son tan actuales que duelen.
Hagamos circular esta noticia para defender a este ambiente delicado y singular que desde hace al menos ocho millones de años atesora formas de vida que no se repiten en ninguna otra parte del planeta.