"La crisis energética es una amenaza existencial para nuestra economía y tejido social", afirmó el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa.
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"La crisis energética es una amenaza existencial para nuestra economía y tejido social", declaró el mandatario, citado por medios locales, en su discurso anual sobre el estado de la nación en el Parlamento, subrayando que no se debe "escatimar esfuerzos" ni "permitir demoras" en la implementación de medidas.
"El estado de desastre [...] nos permitirá proporcionar medidas prácticas que debemos tomar para apoyar a las empresas en la producción de alimentos, el almacenamiento y la cadena de suministro minorista, incluido el despliegue de generadores, paneles solares y suministro de energía ininterrumpido", detalló.
Asimismo, Ramaphosa anunció que nombrará un ministro de Electricidad para supervisar la respuesta del Gobierno al problema energético.
Según Reuters, la mencionada crisis habría tardado años en gestarse, producto de los retrasos en la construcción de nuevas centrales eléctricas de carbón, la corrupción en los contratos de suministro de carbón, el sabotaje y la falta de flexibilización de la regulación para permitir que los proveedores privados pongan rápidamente a disposición la energía renovable.
La empresa estatal de electricidad Eskom es responsable de los peores apagones continuos registrados en años, dejando a oscuras a los hogares del país, interrumpiendo la producción en fábricas y perjudicando a empresas de todos los tamaños.
En ese contexto, el Banco de la Reserva de Sudáfrica pronosticó el mes pasado que la economía del país crecería solo un 0,3% en el 2023.