No hay posibilidades de que esta
molécula sea un marcador biológico
En la Tierra, los organohalógenos se forman
por procesos orgánicos, pero esta es la primera vez que se detectan en el
espacio interestelar.
Este descubrimiento sugiere que los
organohalógenos pueden no ser, tal y como se había especulado, buenos
marcadores de la vida, pero sí pueden ser importantes componentes del material
a partir del cual se forman los planetas.
Este
resultado, que aparece en la revista Nature Astronomy, pone de relieve el
desafío de encontrar moléculas que puedan indicar la presencia de vida más allá
de la Tierra.
ESO.-
Utilizando datos captados por ALMA, en Chile, y por el instrumento
de ROSINA de la misión Rosetta de la ESA, un equipo de
astrónomos ha detectado rastros débiles del compuesto químico freón 40 (CH3Cl,
también conocido como cloruro de metilo y clorometano) alrededor del sistema
estelar infantil IRAS 16293-2422 [1] -a unos 400 años luz de
distancia- y del famoso cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko (67P/C-G), en nuestro
propio Sistema Solar. La nueva observación de ALMA es la primera detección de
un organohalogenado en el espacio
interestelar [2].
Los
organohalógenos son halógenos, como el cloro y el flúor, enlazados con carbono
y, a veces, otros elementos. En la Tierra, estos compuestos se crean por
algunos procesos biológicos —en organismos que van desde los seres humanos a
los hongos— así como por procesos industriales como la producción de tintes y
medicamentos [3].
Este
nuevo descubrimiento de uno de estos compuestos, el freón 40, en lugares que
deben ser anteriores al origen de la vida, puede interpretarse como una
decepción, ya que investigaciones anteriores habían sugerido que estas
moléculas podrían indicar la presencia de vida.
"Encontrar el organohalogenado freón 40
cerca de estas estrellas jóvenes de tipo solar fue sorprendente",
afirma Edith Fayolle, investigadora del centro Harvard-Smithsoniano de
Astrofísica, en Cambridge (Massachusetts, EE.UU.) y autora principal del nuevo
trabajo. "Simplemente,
no predijimos su formación y nos sorprendió encontrarlo en tales
concentraciones. Ahora está claro que estas moléculas se forman fácilmente en
los viveros estelares, proporcionando importante información sobre la evolución
química de los sistemas planetarios, incluyendo el nuestro propio".
Hasta ahora se conocen más de 3000
exoplanetas,
pero la investigación en este campo ha ido más allá de la detección de
planetas, extendiéndose a la búsqueda de marcadores químicos que indiquen la
posible presencia de vida. Un paso fundamental es determinar qué moléculas
podrían indicar esa presencia de vida, pero establecer marcadores fiables sigue
siendo un proceso complicado.