Para cuidar la mente, además de
ejercitarla, también hay que mirar por el cuerpo, comer bien y perder los kilos
de más
Imagen- olly18 |
El cerebro, como los músculos y el
resto de órganos del cuerpo, también necesita estar en forma. Y los expertos dicen que para
cuidarlo hay que mantenerlo activo y alimentar la llamada "reserva
cognitiva", ese capital mental acumulado como resultado de la experiencia
vital (lo vivido) y la estimulación de las capacidades mentales (el
aprendizaje, retos mentales, etc.) a lo largo de la vida. Esta reserva
cognitiva es esencial cuando nos hacemos mayores, "ya que nos
ayudará a compensar los efectos del envejecimiento",
apunta la Fundación Pasqual Maragall, que fomenta la investigación contra
la enfermedad de Alzheimer. ¿Por dónde
empezar? Los especialistas insisten en que la clave está
en proponer a la mente retos diarios que nos obliguen a pensar y realizar un
cierto esfuerzo cognitivo. Pero también, como veremos a continuación, es
importante dormir bien e incluso alimentarse de forma saludable.
1. Vigilar el peso
Mens sana in corpore sano es una locución avalada por
decenas de estudios que confirman que un cuerpo sano y una mente sana están
interrelacionados. No es casualidad que uno de los mayores riesgos de sufrir
demencia sea, precisamente, padecer enfermedades como la diabetes o la
obesidad, dos dolencias que pueden duplicar los
riesgos de demencia cuando nos hacemos mayores.
Los científicos también han encontrado
vínculos entre unos niveles de presión arterial elevados, e incluso tener el
colesterol alto, con un aumento de las posibilidades de padecer demencia. El
consejo, por tanto, es claro: vigilar el peso y cuidar el corazón,
ya que también así se está ayudando al cerebro.
2. Entrenar la mente
Imagen- monkeybusiness |
Los estudios afirman que acudir al
colegio o tener una educación universitaria son factores que reducen el riesgo
de tener demencia. Pero también existen evidencias de que todos podemos
trabajar nuestra mente y
mantener nuestra capacidad cognitiva estimulada.
Para estimular la memoria, e incluso
disminuir el riesgo de sufrir una demencia cuando seamos mayores, los expertos
recomiendan probar nuevos retos mentales diarios. Empezar
una afición nueva (como la talla o la restauración de
muebles), aprender una habilidad (desde
idiomas o tocar un instrumento hasta una nueva receta) y hasta hacer
sopas de letras o crucigramas son gestos sencillos que
podemos hacer cada día para entrenar la mente.