POR CARLES RULL. -
20MINUTOS. - Brockes le había preguntado al veterano actor, por ejemplo, “qué
pensaba acerca de los banqueros”, los que en los últimos tiempos se habían
hecho los amos y señores del barrio de Tribeca, lugar que acoge y da nombre al
Festival de Cine neoyorquino y que él mismo había ayudado a cofundar; o “si le
costaba no actuar con el piloto automático puesto en el set de rodaje”. Pero De
Niro, como es sabido, hombre de pocas palabras en actos públicos y entrevistas,
se mantuvo firme en su respuesta. Todo se trataba de “Inferencias negativas”.
Así que le solicitó que apagara la grabadora y se levantó de la silla. El actor
estaba sumido, según la entrevistadora, en una especie de episodio de “locura”
mirando a la puerta de salida, como deseando que apareciera algún responsable
de comunicación para que le sacara inmediatamente de allí. Sí, pero “¿qué hay
de los banqueros?” y del “piloto automático”, intentó proseguir Brockes. Ya no
hubo manera. “No voy a seguir, querida. Probablemente ni te estés dando cuenta
de lo que estás haciendo, de tu negatividad” le contestó De Niro.