Anastasia Voronkova |
DW: ¿Cuáles son los principales fenómenos bélicos en el mundo, según las cifras contenidas en el informe “Armed Conflict Survey”?
Anastasia Voronkova: En la primera edición de este informe habíamos observado una disminución en el número de conflictos en el mundo, y al mismo tiempo, un incremento en el número de víctimas mortales. Este año observamos que se interrumpió este aumento del saldo mortal: de cerca de 180.000 en 2014 pasamos a 167.000 el año pasado. Pero hay un indicador importante: la mitad de las víctimas corresponde a conflictos en Oriente Medio, Oriente Próximo y África del Norte. Tan solo el conflicto en Siria dejó un tercio de las víctimas mortales globales por conflictos. También en Turquía subió el número de muertos, lo mismo que en Yemen y Egipto. En cuanto al Oriente Próximo, desgraciadamente vemos que la solución no aparece por ninguna parte, y en algunos casos, la perspectiva de lograr la paz ha empeorado.
En cuanto al llamado Estado Islámico (EI), hemos observado un desplazamiento. La milicia ha perdido territorio en Siria e Irak, pero lo ha ganado y consolidado en Libia, a pesar de que allí no puede sacar provecho de una división de tipo religioso, y de que sus integrantes son vistos como intrusos. El éxito del EI al conquistar territorio y fortalecer su presencia –por ejemplo, en Sirte- es una prueba de su firmeza de propósitos y de su estabilidad.
El informe anterior incluía un total de 42 conflictos armados en todo el mundo. El de este año contempla 37. A partir de esta cifra, ¿puede decirse que vivimos en un mundo más pacífico?
Realmente no. Los conflictos en África del Norte y en el Oriente Próximo están muy lejos de una solución. La situación en México y en América Central representa un panorama especialmente sombrío. En ambos casos, las cifras de muertos crecieron en comparación con las de 2014. Una de las contadas esperanzas está quizá en Colombia. El conflicto entre el gobierno, las FARC y el ELN presenta una distensión notable. Hubo grandes avances en la solución de estos conflictos. Pero para una verdadera paz en Colombia hay aún un camino muy largo, lleno de retos.
Si analizamos la situación a largo plazo: en noviembre pasado se firmó un acuerdo climático global en París. El cambio climático fuerza a muchas personas a abandonar sus lugares de origen. En los próximos 10 ó 15 años, la cifra de desplazados por el clima se incrementará masivamente, y quizá llegará a 10 millones. ¿Qué significa esto para la seguridad internacional?
El desplazamiento de personas a causa de conflictos armados o catástrofes de todo tipo es un reto de dimensiones globales. Si uno toma en cuenta a los refugiados y a aquellos que han tenido que abandonar sus lugares de origen, llegamos a una cifra global de 60 millones de personas, según nuestros conteos para 2015. Este número se ha incrementado dramáticamente, y sigue creciendo. En combinación con los efectos de los conflictos no resueltos, las catástrofes globales repercutirán grandemente en la población mundial. Intentaremos seguir observando estos fenómenos.
En el nuevo informe se hace énfasis en el papel que juegan las ciudades en los conflictos armados. ¿Qué hay detrás de todo esto?
Investigamos en qué medida los conflictos armados se desplazan con mayor frecuencia a las ciudades. Las megaurbes, por ejemplo, sirven cada vez más como centro de grupos terroristas. También se ha incrementado notablemente la cifra de refugiados en las ciudades, en comparación con las áreas rurales. En muchas partes del mundo, las batallas se han desplazado hacia las ciudades, en especial en Turquía y Ucrania.
¿En dónde están las ciudades más afectadas por esta violencia?
La gran mayoría de las ciudades azotadas por la violencia están en América Latina. Esta región sufre masivamente por los efectos de la criminalidad organizada y los conflictos permanentes.
Anastasia Voronkova es investigadora de conflictos armados. Es la editora responsable del informe Armed Conflict Survey, elaborado por el Instituto de Estudios Estratégicos Internacionales, con sede en Londres.
Entrevista de Matthias von Hein.