La idea ya estaba tardando en ponerse en práctica. Se llama Livia y consiste en un pequeño dispositivo portátil que se parece a un reproductor de música, y que estará disponible en varios colores. Debe colocarse en la cintura. Posee unos electrodos que se adhieren gracias a un gel al área en la que el dolor sea más agudo. Sus creadores afirman que una vez activado, la sensación de paz es instantánea. Con Livia, el sufrimiento de quienes padecen dolores severos se aliviaría en un 80%.
El truco está en que el flujo del dolor se corta antes de que llegue al cerebro. El mecanismo aplica unas descargas a través de los electrodos que engañan al sistema nervioso para que no acuse el dolor menstrual. Estas descargas se sienten apenas como una vibración. Los ensayos del artilugio se realizaron con 163 mujeres y las conclusiones resultaron esperanzadoras.
La prueba de que el invento es más que necesario se encuentra en su campaña de recogida de fondos. La marca se propuso recaudar 50.000 dólares, pero actualmente lleva 226.000, un 450% por encima de los objetivos planteados. Tras este éxito, Livia saldrá al mercado en el próximo octubre.