El
instrumento VISIR, del Very Large Telescope de ESO, ha captado esta
impresionante imagen de un sistema estelar triple masivo recién descubierto.
Apodado Apep por una antigua deidad egipcia, puede tratarse de la primera
detección de una fuente de estallidos de rayos gamma.
A esta serpentina
arremolinada, captada por el instrumento VISIR, instalado en
el VLT (Very Large Telescope) de ESO, le espera un
futuro explosivo, ya que se trata de un sistema de estrellas Wolf-Rayet y una
probable fuente de uno de los fenómenos más energéticos del universo: un estallido de rayos
gamma de larga duración (GRB).
"Este es el
primer sistema de este tipo descubierto en nuestra galaxia", explica
Joseph Callingham, del Instituto de Radioastronomía de los Países Bajos (ASTRON), autor principal del estudio que ha dado a conocer este
sistema. "No
esperábamos encontrar este sistema en nuestro propio vecindario" [1].
El sistema, que
comprende un nido de estrellas masivas rodeado por un "remolino" de
polvo, se conoce oficialmente como 2XMM J160050.7-514245, una referencia de
catálogo poco manejable, por lo que los astrónomos decidieron dar otro apodo a
este fascinante objeto: "Apep".
Apep obtiene su apodo
por su forma sinuosa, que recuerdan a una serpiente enrollada alrededor de la
estrella central. Su nombre es el de una antigua deidad egipcia, una
serpiente gigantesca que encarna el caos (lo cual encaja en un sistema tan
violento). Se creía que Ra, el Dios Sol, luchaba con Apep cada noche; la
oración y adoración aseguraban la victoria de Ra y el regreso del sol.
Los GRB son unas de
las explosiones más poderosas del universo. Duran entre unas pocas milésimas de
segundo y unas pocas horas, y pueden liberar tanta energía como la que
producirá el Sol durante toda su vida. Se cree que los GRB de larga duración,
los que duran más de 2 segundos, pueden ser causados por explosiones de
supernova o por estrellas Wolf-Rayet de rotación rápida.
Hacia el final de sus
vidas, algunas de las estrellas más masivas evolucionan a
estrellas Wolf-Rayet. Esta fase es de corta duración, y las Wolf-Rayets
sobreviven en este estado durante apenas unos cientos de miles de años (un
abrir y cerrar de ojos en términos cosmológicos). En ese momento, lanzan
enormes cantidades de material en forma de un poderoso viento estelar, expulsando
materia hacia el exterior a millones de kilómetros por hora; se han medido los
vientos de estelares de Apep y viajan a la asombrosa velocidad de 12 millones
de kilómetros por hora.
Estos vientos
estelares han creado los elaborados penachos que rodean al sistema estelar triple, que consiste
en una estrella binaria y una
compañera solitaria unidas por gravedad. Aunque en la imagen solo se aprecian
dos objetos parecidos a estrellas, el objeto de abajo es, de hecho, una
estrella binaria Wolf-Rayet no resuelta. Esta binaria es la responsable de
esculpir las serpentinas en remolino que rodean a Apep, que se forman a raíz de
la colisión de los vientos estelares de las dos estrellas Wolf-Rayet.
En comparación con la
extraordinaria velocidad de los vientos de Apep, el propio remolino de polvo
que las rodea gira a un ritmo “pausado”, serpenteando a menos de 2 millones de
kilómetros por hora. Se cree que la salvaje discrepancia entre la velocidad de
los vientos estelares rápidos de Apep y el tranquilo remolino de polvo es la
consecuencia de la acción de una de las estrellas del sistema binario, que
lanzaría tanto un viento rápido como uno lento en diferentes direcciones.
Esto implicaría que la
estrella se encuentra en rotación casi crítica, es decir, gira tan rápidamente
que casi se está autodestruyendo. Se cree que una estrella Wolf-Rayet con una
rotación tan rápida puede producir un GRB de larga duración cuando su núcleo
colapsa al final de su vida.
Notas
[1]
Callingham, actualmente en el Instituto de Radioastronomía de los Países Bajos
(ASTRON), llevó a cabo parte
de esta investigación en la Universidad de Sydney mientras trabajaba con el
jefe del equipo de investigación Peter Tuthill. Además de observaciones con los
telescopios de ESO, el equipo también usó el telescopio
anglo-australiano en el Observatorio de Siding
Spring, Australia.