El fraude del falso príncipe quedó
al descubierto cuando un promotor inmobiliario con el que estaba negociando una
gran inversión lo vio comiendo alegremente carne de cerdo.
Actualidad.rt.- Durante décadas
Anthony Gignac, que se presentaba a sí mismo como 'príncipe saudita', vivió una
vida glamurosa, una vida casi a cuerpo de rey, mientras entregaba tarjetas de
visita en las que refería a sí mismo como 'su alteza
real' y 'sultán'. En su cuenta de Instagram colgaba con frecuencia
fotos de su jet privado, yates, hoteles de cinco estrellas, restaurantes de
lujo, joyas y todo tipo de productos de Louis Vuitton, Gucci, Chanel, Hermès
y Rolex.
Su tren de vida frenó en seco este
viernes, cuando fue sentenciado en Miami (EE.UU.) —ciudad donde residía—
a 18 años y medio de cárcel por robo de
identidad con agravantes y fraude electrónico, entre otros cargos. También ha
sido condenado por hacerse pasar por un diplomático o funcionario gubernamental
extranjero, valiéndose para ello de placas de licencias diplomáticas falsas
para él, así como de insignias falsas de Servicio de Seguridad Diplomática para
sus guardaespaldas, que llevaban atuendos tradicionales sauditas.
"Gignac se ha presentado a sí mismo como un príncipe saudí [Khalid bin Al-Saud] para manipular, victimizar y estafar a innumerables inversores de todo el mundo", afirmó en un comunicado el fiscal federal del Distrito Sur del estado de Florida, Fajardo Orshan.Florida man, Anthony Gignac,48, who posed as Saudi royal, jailed for 18 years for cheating people out of USD 8 million pic.twitter.com/vZLSzqA2Id— BBMohanty(Former Journalist)Odisha,India (@BBMohanty7) 1 de junio de 2019
"Como resultado de ello,
decenas de inversores confiados [de EE.UU., Canadá, el Reino Unido, Suiza y
Hong Kong] fueron despojados de sus inversiones, perdiendo más
de 8 millones de dólares", recoge el comunicado.
Desenmascarado gracias a la carne
Gignac, estadounidense de 48 años,
nació en Bogotá, Colombia, de donde se mudó con 7 años al estado
de Michigan tras ser adoptado por una familia estadounidense, según Miami Herald. Los primeros fraudes que cometió haciéndose pasar por el
príncipe Khalid bin Al-Saud se remotan a cuando
tenía 17 años. Desde entonces ha sido arrestado o
condenado en 11 ocasiones.
Curiosamente, lo que puso fin a su
gran estafa fue la carne. Gignac se preparaba para invertir en un hotel de
lujo en Miami, pero en el transcurso de las negociaciones, su socio potencial
lo vio comiendo alegremente jamón, tocino y otros productos de cerdo, cuyo
consumo proscribe la religión musulmana y que, ciertamente,
habría sido rechazado por un devoto príncipe musulmán.
Fue entonces cuando el propietario
del hotel pidió a su equipo de seguridad que investigaran a
Gignac, reportando sus sospechas a los oficiales, lo que finalmente derivó
en una investigación federal. El 'sultán' fue arrestado bajo 18
cargos, entre ellos robo de identidad con agravantes,
fraude electrónico y usurpación de un diplomático o funcionario gubernamental
extranjero.