Israel aleja la posibilidad de un alto el fuego en Gaza tras ordenar la evacuación de Rafah ante una inminente ofensiva
En la madrugada de este lunes miles de teléfonos comenzaron a sonar a la vez en los barrios de la ciudad gazatí de Rafah. Al tiempo, una lluvia de panfletos sobrevolaba los cielos de la localidad fronteriza con Egipto. En ellos se podía leer un mensaje en árabe que confirmaba lo que desde hace semanas era un secreto a voces: el Ejército israelí ordenaba evacuar la zona. Más de 200.000 residentes, junto con el resto de cientos de miles de desplazados internos que habían escapado de la ofensiva en el norte meses atrás, deben abandonar la zona y dirigirse hacia la "zona humanitaria" de Al Mawasi. La ofensiva terrestre sobre la última localidad del enclave palestino que todavía no ha sido atacada por tierra podría ser inminente.
"(El Ejército israelí) está a punto de operar con fuerza contra las organizaciones terroristas en el área donde usted reside actualmente, como lo han hecho hasta ahora. Cualquiera que permanezca en la zona se pone en peligro a sí mismo y a sus familiares. Por su seguridad, evacúe inmediatamente a la zona humanitaria ampliada en Al Mawasi", se podía leer en una de las octavillas. Al tiempo, un comunicado de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), afirmaba que "una evaluación de la situación en curso guiará el movimiento gradual de civiles" en lo que aseguran que es una "evacuación temporal".
En el comunicado se detalla también que la zona humanitaria que se ha ampliado está próxima a Jan Yunis y está recibiendo más ayuda como "hospitales de campaña, tiendas, mayor cantidad de alimentos, agua, medicamentos y suministros adicionales". Así mismo, durante la rueda de prensa diaria del Ejército, se ha especificado que la evacuación busca dejar fuera de peligro a los civiles antes de "desmantelar a Hamás" y "traer de vuelta a los rehenes". No obstante, en las últimas horas se han producido intensos bombardeos en Rafah, provocando la muerte de al menos 21 palestinos, entre ellos ocho niños.
Las autoridades israelíes no han detallado cuánto tiempo tiene la población para salir de la zona, pegada al paso de Kerem Shalom, un punto fronterizo con el Estado hebreo por donde podrían acceder los militares israelíes en la ofensiva sobre Rafah. Esta orden de evacuación se ha enviado menos de un día después de que una ataque con cohetes realizado por Hamás matara a cuatro soldados cerca de este paso.
El presidente israelí, Benjamín Netanyahu, insistió este fin de semana que la decisión de entrar o no en esta localidad la tomaría él sin tener en cuenta las presiones del ala ultraderechista de su Gobierno, que ha pedido públicamente que se entre cuanto antes.
Los aliados israelís (especialmente Estado Unidos), han pedido que no se lleva a cabo esta invasión porque las condiciones de hacinamiento de la población hacen imposible que no resulte afectada; presionando, por tanto, para que se llegue a un alto el fuego. En la última semana parecía que la tregua estaba cerca, pero la condición de Hamás de terminar definitivamente con la ofensiva israelí para aceptar el alto el fuego ha sido rechazada por Netanyahu, que este domingo aseguró que no pondrá fin a la guerra sin acabar con los batallones del grupo islamista que siguen operativos en Rafah.
Situación humanitaria límite
El empeoramiento de la situación humanitaria (y, por supuesto, el alto número de civiles muertos en estos meses: cerca de 35.000) se ha convertido en la principal crítica a Israel por parte de los países occidentales. Este lunes, tras conocerse la orden israelí, UNICEF (El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) ha advertido a través de un comunicado que un asedio militar y una incursión terrestre en Rafah supondrían riesgos catastróficos para los 600.000 niños y niñas que actualmente se refugian allí.
Según esta organización, en Rafah habría alrededor de 1,2 millones de personas refugiadas donde antes vivían unas 250.000 personas. "Con 20.000 personas por kilómetro cuadrado, tiene casi el doble de densidad de población que la ciudad de Nueva York (11.300 personas por kilómetro cuadrado); aproximadamente la mitad de la población son niños y niñas, muchos de los cuales se han visto desplazados varias veces y se refugian en tiendas de campaña o en viviendas informales e inestables", explican.
Desde UNICEF advierten de "una nueva catástrofe", ya que "las operaciones militares provocarán un número muy elevado de víctimas civiles y los pocos servicios básicos e infraestructuras que les quedan para sobrevivir quedarán totalmente destruidos".
Otra organización de las Naciones Unidas que trabaja sobre el terreno ya ha confirmado que se quedará en Rafah y que "no participará en la evacuación forzosa". Así lo ha hecho saber en una nota de prensa la UNRWA (la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo).
La agencia afirma que "se compromete a permanecer y prestar ayuda en toda la Franja de Gaza" y que "seguirá proporcionando asistencia vital a las personas necesitadas". En este sentido, el propio director, Philippe Lazzarini, denunció en la noche del domingo que Israel le había negado dos veces en la última semana la entrada a Gaza, así como un aumento de los ataques contra los convoyes humanitarios y su personal. "Sólo en las últimas dos semanas hemos registrado 10 incidentes que involucraron disparos contra convoyes, arrestos de personal de la ONU, incluido acoso, desnudarlos, amenazas con armas y largas demoras en los puestos de control que obligaron a los convoyes a moverse durante la oscuridad o abortar", denunció Lazzarini.