El terremoto en Nepal no sólo se ha cobrado la vida de más
de 7.500 personas, ha dejado a más de 14.000 personas heridas y ha destruido
ciudades enteras, sino que ha influido en la atmósfera de todo nuestro planeta,
afirma la NASA.
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Reuters / Adnan Abidi |
Datos de un 'software' desarrollado por el Laboratorio de
Propulsión a Chorro de la NASA, revelan que el terremoto que sacudió a Nepal el
25 de abril creó ondas de energía que penetraron en la atmósfera superior de la
Tierra, perturbando la distribución de los electrones en la ionósfera, la
región de la atmósfera situada entre unos 60 a 1.000 kilómetros sobre la
superficie de la Tierra. Dichas perturbaciones han sido detectadas gracias a
las señales trasmitidas por el sistema GPS y han sido recibidas por un receptor
situado cerca de Nepal.
Como resultado, han sido registrados ciertos cambios en la
ionósfera que están siendo investigados por el momento, del mismo modo que se
examinan otros riesgos naturales, tales como erupciones volcánicas o tsunamis.
Los científicos consideran que los datos que poseen, les pueden ayudar a
desarrollar modelos nuevos de propagación de ondas, que podrían formar parte de
futuros sistemas de alerta temprana contra los tsunamis y otros desastres
naturales, difíciles de detectar o predecir.