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EROSKI CONSUMER-Por MONTSE ARBOIX.- A la paraparesia espástica hereditaria también se la conoce con otros nombres como paraplejía espástica familiar o síndrome de Strumpell-Lorrain. De hecho, no es una sola dolencia, sino un grupo heterogéneo de trastornos neurodegenerativos hereditarios con una característica en común: una espasticidad progresiva (tensión y rigidez) de los músculos de las extremidades inferiores a la pelvis.
Qué provoca la paraparesia espástica hereditaria
La persona afectada por paraparesia espástica hereditaria debe realizar una actividad física regular que le ayude a mantener la potencia muscular.
Por su presentación, las paraplejias espásticas hereditarias se han reconocido en dos grupos: las formas puras o las formas complejas.
Las primeras se caracterizan por más espasticidad progresiva de las extremidades inferiores que debilitamiento.
Es habitual que el afectado tenga tendencia a tropezar en superficies irregulares y/o dificultad para correr.
Si la dolencia aparece en edades tempranas, puede manifestarse como un retraso motor, pero si surge más tarde, la persona incluso puede haber andado normalmente antes de presentar la marcha rígida característica.
Es más habitual que esta afectación sea bilateral. A menudo, hay asociadas otras alteraciones, como trastornos de esfínteres, una leve reducción de la sensibilidad a las vibraciones y, en algunas ocasiones, una alteración de percepción de la posición de las articulaciones.