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El
presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, han
acordado reanudar las negociaciones económicas y comerciales entre ambos países
sobre la base de la igualdad y el respeto mutuo, así como posponer la
imposición de nuevos aranceles, según lo expresaron tras reunirse en
el marco de la segunda jornada de la cumbre del G20 de Osaka (Japón),
informa Xinhua.
Según la agencia china, el inquilino de la
Casa Blanca se comprometió,
"al menos por el momento", a no introducir nuevos
aranceles a las exportaciones chinas, y adelantó que los
equipos de negociación de ambas potencias debatirán temas específicos.
En el arranque de la reunión, el mandatario
chino dijo a su homólogo estadounidense que, pese a los grandes cambios
ocurridos en el panorama internacional y entre sus dos países a lo largo de los
últimos 40 años, "un hecho básico permanece sin cambios: China y EE.UU. se
benefician de la cooperación y pierden en la confrontación". En este
sentido, hizo hincapié en que "la cooperación y el diálogo son mejores que
la fricción y la confrontación".
La "diplomacia del ping-pong"
Por otro lado, Xi valoró el
contacto telefónico y por correo mantenido con Trump en los últimos meses, y
dijo estar preparado para intercambiar puntos de vista con su contraparte
estadounidense sobre cuestiones fundamentales relacionadas con el desarrollo de
ambos países a fin de "establecer una dirección […] en un periodo venidero
y hacer avanzar la relación China-EE.UU. basada
en la coordinación, la cooperación y
la estabilidad".
Durante los 80 minutos que duró el encuentro,
ambos líderes destacaron la
importancia que supone mejorar las relaciones. En particular, Trump elogió
"la excelente relación" personal que mantiene con su homólogo chino y
aseguró que pueden hacer algo "verdaderamente monumental", subrayando
el carácter "histórico" que tendría un "acuerdo de comercio
justo" entre EE.UU. y China.
Corea del Norte y Taiwán
Los presidentes también hablaron de Corea del
Norte y de Taiwán. Xi dijo que apoya los esfuerzos de Trump y del líder
norcoreano, Kim Jong-un, por mantener abiertas las vías de comunicación entre
Washington y Pionyang. Sobre Taiwán, el mandatario estadounidense dijo que se
tomaba muy en serio las preocupaciones de Pekín sobre la isla y que EE.UU. se
adheriría a la política de "una sola China".
Tras el encuentro, que duró diez minutos menos
de lo previsto, Trump dijo que la
reunión no solo fue "buena", sino "mejor de lo esperado".
"Hemos vuelto al camino", dijo el presidente estadounidense. Por su
parte, Pekín confirmó que EE.UU. aceptó no imponer arancel adicional alguno a
sus productos.