"La desigualdad es un obstáculo clave
para la salud mental a nivel mundial", advierte un informe presentado este
lunes por el relator especial de la ONU en materia de Salud, Dainius Puras. El
experto también destaca "el impacto corrosivo de ver la vida como
algo injusto" y la austeridad y la inseguridad laboral como factores que
propician distintos trastornos mentales.
Combatir las desigualdades y la exclusión
social, mejorar los programas educativos y de bienestar y una mayor
sindicalización laboral son algunas de las medidas sugeridas para prevenir o
tratar enfermedades psiquiátricas, una misión que podrían
cumplir con mejor eficacia que la medicación tradicional, considera Puras.
Es más, las medidas para abordar la
desigualdad y la discriminación "serían la
mejor 'vacuna' contra las enfermedades mentales", y su
aplicación resultaría más eficaz que "el uso excesivo de medicamentos
psicotrópicos que se está produciendo" actualmente, afirmó el relator en
una entrevista exclusiva con el periódico The Guardian.
La inseguridad y un remedio
Puras denuncia que las políticas desarrolladas
desde la crisis financiera mundial del 2008 solo han acentuado la división, la
desigualdad y el aislamiento social, por lo que han sido negativas para el
equilibrio mental. "Las medidas de austeridad no contribuyeron a una buena
salud mental", criticó. "Las personas se
sienten inseguras, ansiosas, no disfrutan de un buen estado emocional debido
a esta situación de inseguridad".
Las medidas de austeridad no contribuyeron a
una buena salud mental.
"La mejor manera de invertir en la salud
mental de las personas —opinó— es crear un ambiente compasivo en todos los
entornos, en la familia y el lugar de trabajo. Luego, por supuesto, son
necesarios los servicios [terapéuticos], pero no deberían basarse en un modelo
biomédico excesivo".
Engaño de las empresas farmacéuticas
El experto de la ONU criticó la "enorme
influencia" de las compañías farmacéuticas, que difunden una
"información parcial sobre temas de salud mental". A su juicio, los
Estados deberían oponerse a esta tendencia en
lugar de fomentar las curas biomédicas. Si los gobiernos "tomaran en
serio" cuestiones como la desigualdad, la pobreza y la discriminación,
"entonces se podría esperar que mejore la salud mental", reiteró.
Las últimas cifras difundidas por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren que hasta 970 millones de
personas en todo el mundo sufren algún tipo de trastorno mental. Prevalecen
la depresión y la ansiedad, que han experimentado un aumento en
más del 40 % en los últimos 30 años.
A medida que ha ido creciendo la aceptación de
las enfermedades mentales en la sociedad, el número de personas
que buscan tratamiento ha aumentado de manera exponencial.
Todos esos factores han hecho que la demanda de servicios psiquiátricos
esté saturada en muchos países, pero que los médicos prescriban medicamentos
cada vez que se los pidan "es una respuesta inadecuada", según Puras.