Para evitar la muerte de 39.000 mujeres cada año presentan nueva guía sobre atención del aborto.

ONU.- Unas 39.000 mujeres mueren cada año como resultado de los más de dos millones de abortos inseguros que se practican en el mundo, la mayoría de ellos en países de renta baja, informó este miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS) al presentar una nueva guía, que tiene el objetivo de ayudar a los países a ofrecer ese tipo de atención crucial a las mujeres y las niñas.

 Los países donde las mujeres tienen derecho a interrumpir un embarazo no deseado
y a todos los métodos anticonceptivos tienen las tasas más bajas de aborto
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UNICEF-Giuseppe Imperato-
El organismo de la ONU asistirá a los Estados interesados en la implementación de las directrices y el fortalecimiento de las políticas y programas nacionales de anticoncepción, planificación familiar y servicios de interrupción del embarazo.

La OMS afirmó que el acceso al aborto seguro es fundamental para proteger la salud de las mujeres y las niñas y para prevenir miles de muertes evitables.

“Casi todas las muertes y lesiones que resultan del aborto inseguro son totalmente prevenibles. Por eso recomendamos que las mujeres y las niñas puedan acceder a los servicios de aborto y planificación familiar cuando los necesiten”, dijo el director interino de Salud e Investigación Sexual y Reproductiva de la Organización.

Craig Lissner añadió que obtener un aborto seguro “es una parte crucial de la atención sanitaria”.

Procedimiento sencillo y seguro

La OMS explicó que el aborto es un procedimiento sencillo y seguro cuando se realiza con un método adecuado para la etapa del embarazo y por una persona con las información y capacitación necesarias.

Lamentablemente, sólo la mitad de las intervenciones de este tipo practicadas en el planeta cumplen con estas condiciones, provocando así decenas de miles de muertes y millones de mujeres hospitalizadas por complicaciones.

Los datos desagregados de la OMS muestran que más del 60% de los fallecimientos sucede en África y el 30% en Asia, siempre entre las mujeres más vulnerables.

Con el fin de acabar con los procedimientos inseguros, las nuevas directrices incluyen la práctica clínica, la prestación de servicios de salud y las intervenciones legales y políticas para respaldar la atención del aborto de calidad.

Manifestaciones a favor de la legalización
del aborto en Buenos Aires, Argentina
Unsplash-Matias Hernan Becerrica- 

Servicios centrados en la persona que los solicita

Las más de 50 recomendaciones que componen la guía se basan en evidencia científica y centran los servicios en las necesidades de la persona atendida.

Entre esas pautas destacan las intervenciones simples a nivel de atención primaria que mejoran la calidad de la atención del aborto, como son garantizar el acceso a las píldoras abortivas y ofrecer información precisa sobre la atención disponible para las mujeres que la requieran.

Incluyen también recomendaciones para el uso de la telemedicina, una herramienta que ha ayudado a respaldar el acceso a los servicios de aborto y planificación familiar durante la pandemia de COVID-19.
Obstáculos políticos y legales

Junto con las directrices clínicas y de prestación de servicios, la OMS recomienda eliminar las barreras políticas médicamente innecesarias para el aborto seguro, como la penalización, los tiempos de espera obligatorios, el requisito de que terceras personas o instituciones den la aprobación, y los límites de tiempo para realizar un aborto.

El organismo de la ONU argumentó que dichas barreras causan retrasos críticos en el acceso al tratamiento y colocan a las mujeres y niñas en mayor riesgo de sufrir abortos inseguros, estigmatización y complicaciones de salud, además de que aumentan las interrupciones en la educación y en la capacidad para trabajar.

Aunque la mayoría de los países permiten la interrupción voluntaria del embarazo en circunstancias específicas, unas 20 naciones lo consideran ilegal en cualquier caso. Asimismo, más del 75% de los países imponen sanciones legales que pueden incluir largas penas de prisión o multas muy altas para las personas que se someten o ayuden con el procedimiento.

Según la responsable de la Unidad de Prevención del Aborto Inseguro de la OMS, Bela Ganatra, es imperativo que este procedimiento sea médicamente seguro, pero también debe respetar las decisiones y necesidades de las mujeres y las niñas y garantizar que se les trate con dignidad y sin estigmas ni juicios.

“Nadie debe estar expuesto a abusos o daños como ser denunciado a la policía o encarcelado por haber buscado o proporcionado servicios de aborto”, subrayó Ganatra.

Restringir el acceso no reduce el número de abortos

La experta enfatizó que las pruebas han mostrado que restringir el acceso no reduce el número de abortos que se practican sino al contrario, cuando existen restricciones, las mujeres y niñas recurren a procedimientos inseguros con resultados a menudo trágicos.

Especificó que en los países con más restricciones, sólo el 25% de los abortos se practica en condiciones seguras, mientras que en los lugares donde el procedimiento es legal, los abortos seguros alcanzan el 90%.

“La evidencia es clara: si desea prevenir embarazos no deseados y abortos inseguros, se debe ofrecer a las mujeres y niñas un paquete integral de educación sexual, información y servicios precisos de planificación familiar y acceso a servicios de aborto de calidad”, puntualizó Ganatra.

Universidades Latinoamericanas pedirán a la UNESCO que la  educación superior sea un derecho.

Agencia de noticias UNAL.- UDUAL planteará ante la Unesco proyecto de acción latinoamericana - Construir una política de Estado que entienda la educación superior como un derecho, y garantizar así una adecuada financiación y autonomía universitaria como condición para una gestión del conocimiento orientado al bien común, será una de las propuestas que llevará la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL) a la próxima conferencia de la Unesco, que tendrá lugar en Barcelona del 18 al 20 de mayo.

Así lo anunció la presidenta de la UDUAL, profesora Dolly Montoya Castaño, rectora de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien dio a conocer otra serie de propuestas incluidas en el documento preparado por la organización universitaria para presentarlo ante la conferencia de la Unesco.

La Rectora, quien junto con el secretario Ejecutivo de la UDUAL, profesor Roberto Escalante, y otros directivos de este organismo, ofrecieron una rueda de prensa en la Hemeroteca Nacional de la UNAL, señaló que “debe existir una política de Estado para la educación superior, de manera que esta no dependa del gobierno de turno, sino que responda a un proyecto de nación”.

Cuando dependemos de los gobiernos, la educación superior aparece en primera página, pero las prioridades se definen con recursos, no con discursos”, enfatizó la Rectora de la UNAL.

Un aparte del documento que será presentado ante la Unesco señala que “desde un diálogo de saberes podemos construir conocimiento propio útil para generar nuestros modelos de desarrollo, los cuales deben ser amigables con la casa común –la Tierra– y corresponderse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

El documento, preparado por el Consejo Ejecutivo de la UDUAL, recoge las propuestas de estudiantes, docentes y comunidad en general, frente a los grandes desafíos que tienen las instituciones de educación superior de esta subregión, entre ellos el de avanzar hacia la consolidación de las identidades nacionales y también de una identidad latinoamericana y caribeña.

De igual manera, la organización considera que las universidades deben estar a la vanguardia a la hora de abordar los problemas y encontrar las soluciones: “nuestra tarea es construir conocimiento que sirva para el bien común y no esté condicionado por agendas empresariales, políticas o religiosas, entre otras”.

Grandes desafíos

Según el profesor Escalante, “el primer objetivo de este pronunciamiento de la UDUAL es posicionar a esta organización en el escenario académico internacional, y en segundo lugar enriquecer la agenda de la educación superior en América Latina y el Caribe, planteando los grandes desafíos, y a la vez ofreciendo soluciones o estrategias para enfrentarlos”.

Para directivos de la UDUAL, como el profesor Rodrigo Arim, rector de la Universidad de la República (Paraguay), “los Gobiernos latinoamericanos deben asegurar la democratización de la educación superior, sin ningún tipo de estratificación, porque todos los jóvenes tienen derecho a una educación de calidad”.

En ese sentido, el profesor Escalante destacó la tarea que vienen cumpliendo las universidades de la UDUAL para ampliar la inclusión educativa a través de programas de posgrado a los que cualquier institución tiene acceso para ampliar su oferta educativa, y también para atender temas de salud y otras prioridades sociales.

Por otra parte, la Rectora de la UNAL recordó que “la autonomía universitaria, entendida como la posibilidad de trabajar de manera integrada por el bien común, se debe entender como un derecho de la sociedad”.

La directiva cerró su intervención cuestionando la agresión de Rusia al pueblo ucraniano, y en ese sentido señaló que “las universidades son templos de diálogo”.

Si alguien tiene que levantar la voz por la paz somos las universidades”, concluyó la Rectora. 

El barbasco y el desarrollo de la píldora anticonceptiva

Así se convirtió México en una potencia en la producción de hormonas esteroides

José Beltrán.- En las primeras décadas del siglo XX, los campesinos mexicanos recogían un tubérculo silvestre que terminaría por modificar la historia de la ciencia moderna.

Imagen ilustrativa del barbasco - Shutterstock

En las primeras décadas del siglo XX, en las selvas del sur de México los campesinos encontraron en abundancia el barbasco, un tubérculo que cambió la historia global de las hormonas esteroides sintéticas y que marcó el inicio de la fabricación de la píldora anticonceptiva oral.

Entre los campesinos mexicanos que recogían esta dioscorea siempre existieron mitos sobre el uso que podría tener. Algunos aseguraban que era utilizado para la fabricación del jabón Fab. Pero para los trabajadores del campo era muy pronto para saber que esta planta cambiaría el curso de la medicina moderna.

Inicios

A principios del siglo XX, se buscaban extraer sustancias de vegetales o animales para reproducir las hormonas que, hasta ese momento, se hallaban solo fuera del cuerpo humano.

Las compañías farmacéuticas comenzaron a trabajar en el colesterol de la médula espinal del ganado para sintetizar las hormonas sexuales. Para 1929, los científicos aislaron las hormonas sexuales femeninas a partir de la orina de mujeres embarazadas, y para 1931, extrajeron las hormonas masculinas con la orina de los hombres, según explica la historiadora de Harvard, la mexicana Gabriela Soto Laveaga, en su libro 'Laboratorios en la selva: Campesinos mexicanos, proyectos nacionales y la creación de la píldora anticonceptiva'.

Producción de hormonas

Poco después, las hormonas comenzaron a ser utilizadas para los trastornos premenstruales, mientras que para finales de 1920, se anunciaron como remedio para la menopausia, infertilidad y problemas en los órganos genitales. En los primeros años de la década de 1930, los médicos afirmaban que la insuficiencia de progesterona (la hormona sexual que segrega el ovario femenino) podría tener como desenlace los "abortos habituales".

Trabajadores extienden con rastrillo la raíz de barbasco
triturada que será utilizada por SyntexMediateca.
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)

Con esto en mente, el químico estadounidense Russell Marker intentó "replicar las hormonas animales a partir de materiales vegetales", porque deducía que los esteroles que estaban presentes en las liliales (como el lirio o el espárrago) o dioscoreas (yuca, maguey o barbasco) "eran la solución a la escasez en la producción de hormonas", según explica Soto Laveaga en su libro.

Así, el científico puso todos sus esfuerzos en trabajar en el compuesto orgánico conocido como sapogenina, presente en la raíz de la zarzaparrilla. A partir de la separación de la cadena lateral de la sapogenina —en un proceso que después sería conocido como "degradación de Marker"—, el químico llegó a obtener progesterona.

Con este logro, otras hormonas podrían obtenerse a partir del proceso químico de la mencionada raíz. Pero Marker continuó su investigación en EE.UU. y en México con la intención de encontrar otras plantas que tuviesen mayores cantidades de sapogenina. En particular, el químico estadounidense buscaba extraer diosgenina y ahí es cuando se enteró de un gran tubérculo (dioscorea) que crecía en el sur de México.

A su regreso a EE.UU., Marker llevó su ejemplar del tubérculo toreta, cortó la raíz y aisló la diosgenina. Así, el químico logró "sintetizar más progesterona de la que se había sintetizado antes". Después, se acercó a varios laboratorios en busca de financiamiento y finalmente fue aceptado en una nueva compañía mexicana, Syntex, que estaría dedicada a la industrialización y producción de progesterona teniendo como principal materia prima el barbasco.

Primera píldora anticonceptiva

Tras la salida de Marker, el joven científico mexicano Luis Ernesto Miramontes comenzó a hacer investigación en Syntex.

Luis Ernesto Miramontes -derecha- le muestra la planta
barbasco a un empresario de SyntexMediateca.
Instituto Nacional de Antropología e Historia -INAH-

La historiadora Soto Laveaga apunta que Miramontes era "muy bueno para encontrar soluciones". "Es decir, le podían dar una sustancia y le decían: '¿qué es lo qué se encuentra aquí o cómo podemos derivar equis de esta sustancia?'", explica la académica de Harvard en entrevista con RT.

Con esta particularidad, a Miramontes se le encargó una complicada misión: encontrar la manera de parar los abortos naturales que sufrían muchas mujeres. A sus 26 años, Miramontes logró sintetizar la noretindrona, que terminó por convertirse en el ingrediente activo (antiovulatorio) de la primer píldora anticonceptiva oral.

De acuerdo con Soto Laveaga, el descubrimiento de Miramontes impulsó "a la compañía Syntex realmente a un nivel estratosférico en cuestión de ganancias, de lucro, de conocimiento". Además, convirtió a México durante varias décadas en un importante "centro de conocimiento de hormonas esteroides".

"Venían de todo el mundo a hacer Congresos, simposios, para aprender, porque aquí es donde estaba el barbasco. Si tienes la materia, el recurso, puedes hacer un sinfín de experimentos, y es por eso que Syntex lograba hacer tantos", explica la académica a este medio.

Hacia finales de la década de 1950, México producía casi 90 % de las hormonas esteroides del mundo y monopolizó esta producción hasta 1960.

Raíz de barbasco o cabeza de negro en el almacén de
los Laboratorios Syntex S. A.
Mediateca Instituto Nacional de Antropología 2e Historia -NAH-
Buena parte del éxito de México radicaba en el conocimiento práctico de cerca de 100.000 campesinos mexicanos que recolectaban el barbasco. Por su parte, las compañías farmacéuticas transnacionales también se aprovecharon de la económica mano de obra del país latinoamericano.

Control de la industria

El Gobierno mexicano intentó "controlar la industria del barbasco", explica Soto Laveaga. Por ello, anunció la creación de la Comisión de Estudios sobre la Ecología de las Dioscoreas, un organismo que sería financiado por las compañías transnacionales.

"Hubo una generación de biólogos, botánicos y químicos que se entrenaron utilizando el dinero que se salía del barbasco. Pagaban las compañías farmacéuticas una cuota al Gobierno mexicano y de este dinero había investigación", cuenta Soto Laveaga.

En el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976) se anunció la creación de Proquivemex, que tendría como principal encargo fabricar hormonas esteroides nacionales y producir medicamentos de patente con la misión de otorgar independencia farmacéutica a México.

Pero cuando Echeverría intentó proteger el barbasco y la producción masiva de hormonas esteroides, ya era muy tarde.

"Las grandes industrias farmacéuticas europeas y de EE.UU. ya han encontrado otros sintéticos, no dependen del barbasco, pero lo siguen usando porque es muy barata la mano de obra mexicana", apunta la historiadora de Harvard.

Aunque las miradas usualmente se centran en algunos científicos o laboratorios, Soto Laveaga reflexiona que, sin los campesinos mexicanos, posiblemente no hubiese existido el auge por el barbasco y el posterior desarrollo de una industria de hormonas esteroides.

"Sin campesinos, no hubiera habido este auge. (Creo) 100 % que sin los campesinos, la píldora anticonceptiva, la cortisona, se hubieran descubierto, pero hubiera sido mucho después", concluye la historiadora.

Las mujeres y la tierra son oprimidas de la misma forma

   "La crisis climática es una crisis de derechos humanos y es 

 una crisis  de desigualdad" 

 La feminista y activista climática mexicana María Reyes a bordo del barco de Greenpeace Rainbow Warrior, en camino a la COP26 en Glasgow, Escocia.
© Greenpeace/Suzanne Plunkett.-

“La tierra y las mujeres son oprimidas de la misma forma. Son tratadas como territorios de conquista y son utilizadas como recursos”, afirma María Reyes una joven de 19 años de la ciudad mexicana de Puebla, estudiante de una licenciatura en biología y activista ambiental, que no duda en autodefinirse como feminista.

“Completamente. De hecho, llegué al movimiento climático a través del movimiento feminista. Por ahí bien dicen que una se hace feminista con su propia historia. Yo empecé en el feminismo desde que tenía doce años sin saber que estaba incursionando en el feminismo, sino más bien por una cuestión de supervivencia”.

El feminismo condujo a María a conocer el ecofeminismo. Fue así como entendió la explotación histórica de las mujeres y la tierra.

María forma parte de la iniciativa MAPA del movimiento Fridays for future, fundado por la activista sueca Greta Thumberg y que trabaja en favor de las personas y las áreas más afectadas por el cambio climático.

¿Por qué te interesaste por estas causas? ¿Cómo empezaste tu trabajo como activista?

“Siempre he tenido cierto interés por las cuestiones ambientales. En la escuela primaria nos enseñaban sobre el cambio climático, diciéndonos que era responsabilidad de todos y que teníamos que enfrentarlo cerrando la llave del agua, viajando menos en auto. Pero cuando empezó el movimiento de Fridays for future, en 2019, tenían una narrativa muy interesante que decía que nos habían hecho creer que es responsabilidad de todes, lo cierto es que hay sectores, empresas y gobiernos, ciertas industrias que tienen mucha más responsabilidad que un individuo promedio. Eso me hizo muchísimo clic y me uní al movimiento en mi ciudad, Puebla. Me di cuenta de que la crisis climática iba más allá de los impactos ambientales, también tenía impactos sociales que se interceptaban con las distintas identidades de las personas. Eso me movió mucho y me hizo darme cuenta de que la crisis climática es una crisis de derechos humanos y es una crisis de desigualdad.

Además de Fridays for future, a principios de 2021, María encontró otros espacios internacionales para realizar su labor.

“Encontré específicamente MAPA, un espacio seguro para personas del Sur global y reforzó la idea de que la etnia, la raza, el género, las desigualdades socioeconómicas, las discapacidades nos hacen ser muchos más vulnerables a ciertos impactos de la crisis climática. Empezamos a empujar esta narrativa en el movimiento internacional para que hubiera un mayor reconocimiento de que la crisis climática es una crisis de desigualdad y no impacta a todas las comunidades de la misma forma”.

También el año pasado, María se involucró con ONU Mujeres, en el foro Generación Igualdad.

“Específicamente en la coalición de acción feminista por la justicia climática. Lo que hacemos es crear espacios para que mujeres y disidencias más afectadas por la crisis climática puedan compartir sus historias y que se conozca de qué forma les impacta esa crisis y cómo se relaciona con la desigualdad de género”.

 Protesta de Viernes por el Futuro del grupo MAPA, personas y zonas más afectadas, ante la sala
de plenos de la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas (COP26) en Glasgow.
© Greenpeace/Marie Jacquemin.

Justicia social

Le has dado un enfoque de género a tu activismo por la acción climática…

“Siento que más bien ha sido un enfoque de justicia social, le llamamos justicia climática, y especialmente en torno a las territorialidades en el Sur global, y además el género, sí”.

María cita algunos ejemplos de los atropellos y desventajas que encaran las mujeres, especialmente las rurales e indígenas, en su vida cotidiana.

“En países como México y en toda América Latina, donde la violencia de género es el pan de cada día, cuando una mujer defiende su territorio o incluso cuando vamos a las calles a manifestarnos, no solamente enfrentamos un choque con la sociedad por estarnos manifestando, sino también por el hecho de ser mujeres y porque nos tachan de revoltosas. Somos muchos más propensas a que en una manifestación o después de ella nos pueda ocurrir algo. Y más allá de México, en ciertas comunidades, como en Asia, donde se sufren más continuamente impactos como tifones o tsunamis y los lugares se inundan, la mujer, por haber estado sistemáticamente excluida de espacios donde pueda desarrollar habilidades de supervivencia o más fuerza física, tiene menores probabilidades de sobrevivir cuando hay este tipo de desastres naturales”.

Movimientos de base

María está convencida de que para acabar con estas injusticias se precisan movimientos de base.

“Las personas y comunidades tienen su propia voz, lo que necesitan es que seamos aliades y apoyemos para que esa voz resuene más alto. Primero, se deben conocer esas historias para tener una perspectiva más amplia de cómo esta crisis es una crisis de desigualdad. Segundo, en lugares como Naciones Unidas y foros internacionales, es muy importante su presencia porque es una oportunidad de incidencia, de influir en las negociaciones o en quienes llevan a cabo las negociaciones. El foro Generación Igualdad provee estos espacios para juventudes. Además, nos ayuda a tejer redes. De nada sirve que cada quien luche por su propia causa en distintos frentes, tenemos que darnos cuenta de que nadie es libre hasta que todos lo seamos”.

¿Cuál es la manera de empoderar a las mujeres, además de hacer oír su voz?

“Es muy importante tejer redes de solidaridad, de sororidad entre mujeres, redes comunitarias. Las comunidades rurales lo hacen muchísimo, entre ellas se organizan. Esa es una forma de resistencia porque se acompañan. Creo que es algo que a las que nacimos en ciudades nos cuesta mucho más trabajo conectar con esas ideas, pero es muy importante. Tejer redes comunitarias y de acompañamiento entre mujeres y darnos valor, darnos acompañamiento, amor entre nosotras. Porque al final, es muy peligroso depender de lo que los altos mandos quieran hacer o escuchar. La resistencia viene desde el pueblo y desde las comunidades organizadas”.

Educación comunitaria y de género

¿Cuál es el papel de la educación?

“La educación comunitaria es muy importante. Hablar con las comunidades, conocer de primera mano cómo se vive, sus experiencias, porque de repente esperamos a que salgan reportes como el del IPCC en los que nos da respaldo la ciencia, pero se nos olvida que no hay que descalificar el conocimiento que tienen las comunidades por experiencia propia. Y seguir demandando la forma en que se enseña sobre el cambio climático en las escuelas, en la educación formal, esté mucho más actualizada y se deje de culpar a los individuos por una crisis que es sistémica. No podemos poner en el mismo lugar a una persona que viaja en auto todos los días que al dueño de una compañía petrolera, no tienen la misma responsabilidad”.

¿Te parece que la educación debe tener una perspectiva de género en cuanto a la emergencia climática?

“Sí, definitivamente. Cuando hablamos de la crisis climática como una crisis de desigualdad, tenemos que hablar de género sí o sí. Sobre todo en México y Latinoamérica. En México específicamente porque somos uno de los países más peligrosos para las mujeres. Me parece vital que haya una educación, una instrucción en cuanto a cómo estas diferentes circunstancias se interceptan. Porque, al final, para nosotros a nivel individual, el conocimiento es poder, un poder de acción y organización”.

Un lancha transporta a los jóvenes activistas climáticos de Viernes por el Futuro Jakapita Faith Kandanga, de 24 años, de Namibia, Edwin Moses Namakanga, de 27 años, de Uganda, María Reyes,
de 19 años, de México, y Farzana Faruk, de 22 años, de Bangladesh, al barco de Greenpeace
Rainbow Warrior.
© Greenpeace/Suzanne Plunkett

Llamado a la acción desde el amor por las comunidades

Vas a participar en el panel de alto nivel que organiza ONU Mujeres el 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer. ¿Qué vas a plantear ahí?

“Es muy bonito hablar y hacer promesas, pero necesitamos accionarlos. Lo que quiero llevar a los espacios de incidencia internacionales, especialmente Naciones Unidas, es una llamada a la acción. No desde la desesperanza, no decir hay una crisis, tenemos que actuar porque si no, quién sabe que va a pasar, nos estamos quedando sin agua, hay más incendios forestales cada día, Argentina está en llamas… Yo no quiero traer ese mensaje de desesperanza. Quiero más bien llamar a la acción desde un amor revolucionario, desde el amor que tenemos por las comunidades, por el movimiento… las ganas que tenemos de seguir teniendo un planeta que podamos habitar. Nos corresponde usar esas plataformas para hacer llamados a la acción y motivar a las personas que no estén involucradas en la lucha y a las juventudes a que se accionen, que en sus comunidades se involucren en la lucha climática”.

Movimiento climático, feminismo y círculos de poder

Esta acción, ¿podrían ser las redes que mencionabas antes?

“Sí, el movimiento climático tiene mucho que aprenderle al feminismo en cuanto a la fuerza, organización y resiliencia que se tiene. Hay muchísimo potencial con respecto a las redes de mujeres luchando no sólo por la justicia de género sino por la justicia climática”.

Llama la atención que hablas mucho de los movimientos de base, pero en ningún momento has tratado el tema del poder. ¿No te parece que las mujeres deben llegar a los altos círculos de toma de decisiones?

“Sí, pero es muy importante hacer una crítica de qué mujeres están llegando a esos círculos. Porque de repente hay distintos privilegios que ciertas personas pueden tener. Incluso el feminismo, no siempre vela por la diversidad de todas las mujeres, no siempre es un feminismo incluyente para todas las mujeres. No es suficiente decir, sí, hay que poner cuotas de género y hay que empoderar a las mujeres para estar en estos espacios, también hay que poner énfasis en qué mujeres estamos presentes ahí ¿somos mujeres de color, mujeres rurales, mujeres indígenas, mujeres cisgénero? Una cuota de género tiene que ir mucho más allá de decir si eres mujer o no, tiene que haber un énfasis en las distintas identidades étnicas, raciales, socioeconómicas porque de nada sirve poner en lugares de poder a alguien que va a seguir reforzando las mismas lógicas patriarcales, clasistas o capitalistas. Es importante que se ponga énfasis en las mujeres de base y empoderarlas para llegar a espacios de incidencia de alto nivel porque son ellas las que viven el día a día la realidad de la desigualdad de género y la crisis climática”.

Entrevista: Carla García

Empezar desde cero: cómo es la vida en la República Popular de Donetsk

Los incesantes combates dejaron sin infraestructura a la aldea de Bugas, que se encuentra casi al borde de una catástrofe humanitaria.
Un integrante del Ministerio de Situaciones de Emergencia de la República Popular de Donetsk entrega botellas con agua a una residente de la aldea de Bugas, el 6 de marzo de 2022Foto- Viktor Antonuk /- Sputnik

Cada día desde la República Popular de Donetsk anuncian la toma de control sobre nuevas aldeas. Así, Bugas, un pueblo a 40 km de Donetsk, hace tan solo dos semanas también estaba bajo el control del Ejército ucraniano, que, sin embargo, salió huyendo bajo la presión de las milicias de la república popular.

Sin embargo, los ataques en la región no cesan y el fuego viene tanto desde el lado ucraniano como desde el territorio controlado por las milicias de Donetsk.

Durante su retirada, los militares ucranianos se llevaron prácticamente todo, incluidos los productos.

Mientras, los incesantes combates dejaron sin infraestructura a esta aldea, que se encuentra casi al borde de una catástrofe humanitaria. "Hace frío, no tenemos electricidad, y lo peor de todo es que no tenemos contacto con nuestros hijos. Los míos están en Járkov, solo quiero saber si están vivos. Tenemos miedo, han destruido la mitad de las casas, miren, incluso hay muertos", afirmó una residente.

Los habitantes de esta zona no han visto la paz durante ocho años y, pese a que siguen escuchando disparos, confían en que pronto podrán reanudar sus vidas, aunque tengan que empezar desde cero.

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