Los incesantes combates dejaron sin infraestructura a la aldea de Bugas, que se encuentra casi al borde de una catástrofe humanitaria.
Cada día desde la República Popular de Donetsk anuncian la toma de control sobre nuevas aldeas. Así, Bugas, un pueblo a 40 km de Donetsk, hace tan solo dos semanas también estaba bajo el control del Ejército ucraniano, que, sin embargo, salió huyendo bajo la presión de las milicias de la república popular.
Sin embargo, los ataques en la región no cesan y el fuego viene tanto desde el lado ucraniano como desde el territorio controlado por las milicias de Donetsk.
Durante su retirada, los militares ucranianos se llevaron prácticamente todo, incluidos los productos.
Mientras, los incesantes combates dejaron sin infraestructura a esta aldea, que se encuentra casi al borde de una catástrofe humanitaria. "Hace frío, no tenemos electricidad, y lo peor de todo es que no tenemos contacto con nuestros hijos. Los míos están en Járkov, solo quiero saber si están vivos. Tenemos miedo, han destruido la mitad de las casas, miren, incluso hay muertos", afirmó una residente.
Los habitantes de esta zona no han visto la paz durante ocho años y, pese a que siguen escuchando disparos, confían en que pronto podrán reanudar sus vidas, aunque tengan que empezar desde cero.