OIT-R. Lord. – Mujeres indígenas en una calle de La Paz, Bolivia |
En América Latina y el Caribe los pueblos
originarios constituyen más del 8,5% de la población, la proporción
más elevada de todas las regiones del mundo, pero también son los que tienen a
la mayor proporción de personas en situación de pobreza extrema, revela un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El documento publicado sobre la Aplicación
del Convenio sobre pueblos
indígenas y tribales 169 de la OIT afirma que los datos de nueve países
latinoamericanos indican que los pueblos indígenas comprenden a cerca del 30%
de las personas viven en pobreza extrema. El promedio mundial de
poblaciones indígenas en esa situación es de 19%.
Comparativamente, esa cifra significa que los pueblos
autóctonos de América Latina son tres veces más proclives a
padecer ese flagelo que otros grupos de población.
Las mujeres indígenas padecen más
El estudio señala también que en la región, la
pobreza extrema está asociada al género y a la población originaria y que, como
resultado, el 7% de las mujeres indígenas vive con menos de 1,90
dólares diarios ($6.420 Pesos Col). De acuerdo con la OIT, las mujeres
indígenas dependen desproporcionadamente de un empleo informal y que más del
85% de ellas sólo consigue trabajo en la economía informal.
Además, los pueblos indígenas tienen pocas
oportunidades de conseguir un empleo de calidad y tienen un 31,5% más
de probabilidades de trabajar en la economía informal que los trabajadores no
indígenas, lo que supone la mayor brecha de informalidad en todas las regiones.
El documento destaca que el salario de las personas
indígenas con empleo remunerado está un 31% por debajo del de
otros trabajadores, la mayor brecha salarial de las personas indígenas en el
mundo.
El informe sostiene que uno de los principales
problemas de los pueblos indígenas es la desigualdad que enfrentan en materia
de educación, con casi el 32% de los adultos que trabajan sin ningún
tipo de estudios, un número que contrasta con el 13% de adultos no
indígenas que no tienen formación alguna.
Pocos avances en 30 años
La OIT deplora que 30 años después de adoptado el
Convenio Internacional sobre los derechos de los pueblos indígenas, éstos sigan
siendo más proclives a la pobreza y a afrontar obstáculos en la esfera laboral,
y advierte de la imperiosa necesidad de solucionar el gran flagelo que
sufren esos colectivos. Sin embargo aclara que sólo el 15% de esas poblaciones
vive en países cubiertos por ese pacto.
“Muy poco se ha avanzado en la mejora de la vida de
los pueblos indígenas”, dijo Martin Oelz, especialista de la Organización y
coautor del informe. “Sería conveniente lograr más ratificaciones del
Convenio número 169, y adoptar medidas de cara a su aplicación efectiva.
Para que las políticas públicas atiendan a las necesidades de los pueblos
indígenas y reflejen sus aspiraciones, es imprescindible resolver la ausencia
generalizada de marcos institucionales y jurídicos que propicien su
participación en la adopción de decisiones.”
Contradicciones
La población indígena mundial es de más de 476
millones de personas y, al contrario de lo que sus condiciones harían pensar,
el 80% de ellas vive en países de renta media.
El estudio subraya que en la actualidad la
subsistencia y actividades económicas de muchos pueblos indígenas se han
transformado y que alrededor del 45% de los trabajadores indígenas están fuera
del sector agrícola.
Otra conclusión es que, pese a su predominancia
entre los pobres, a nivel mundial, los pueblos indígenas tienen una tasa
de participación laboral superior a la de sus contrapartes no
indígenas (el 63,3%, frente al 59,1%). Sin embargo, estos números muestran
diferencias sustanciales en cuanto a la calidad del trabajo. A menudo, los
pueblos indígenas sufren malas condiciones de empleo y discriminación.
En comparación con el 66% de los pueblos no
indígenas, más del 86% de los pueblos originarios trabaja en la economía
informal, lo cual suele asociarse con malas condiciones y falta de
protección social.
Para avanzar y revertir esta realidad es fundamental
que se ratifique y aplique el Convenio de la OIT 169, sobre todo para
establecer y mejorar las instituciones y los marcos jurídicos de
manera que favorezcan tanto la celebración de consultas como la participación
de los pueblos indígenas, concluye el informe.