Tulcán, Andes.- El mayor cargamento de armas que pretendía ser traficado entre Ecuador y Colombia -del que hasta ahora se tenga conocimiento- fue incautado el pasado 23 de enero en el sector fronterizo, informó el Ejército ecuatoriano.
El coronel Mauricio Silva, comandante del Ejército en Tulcán, frontera norte, divulgó la presunción de que las armas tendrían como destino los grupos armados irregulares de Colombia, sin embargo aclaró que aquello deberá ser determinado por las autoridades policiales.
El cargamento incautado viajaba escondido en un camión de papas; consistía en estructuras de fabricación artesanal para granadas, 98 de ellas de 112 milímetros, 98 de 126 milímetros, 97 de 176 milímetros, 500 estructuras pequeñas y 20 morteros procedentes de la provincia de Esmeraldas, fronteriza con una zona colombiana de presencia paramilitar.
Estas estructuras pueden ser rellenadas con material explosivo y esquirlas cuyo poder de destrucción puede alcanzar hasta los 600 metros a la redonda, explicó el coronel Jorge Merino del Batallón de Infantería apostado en la frontera.
Este intento de tráfico de armas coincide con el fin de la tregua de un mes, anunciado el pasado 15 de enero por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde la Habana, Cuba, sitio en que se llevan a cabo las negociaciones de paz entre el grupo guerrillero y el gobierno colombiano.
El cordón fronterizo entre Ecuador y Colombia cuenta con la presencia de cerca de 8.000 militares ecuatorianos, de los cuales 1.500 operan en el sector donde fue realizada la incautación en la que se apresaron dos ciudadanos ecuatorianos.
El coronel Mauricio Silva, comandante del Ejército en Tulcán, frontera norte, divulgó la presunción de que las armas tendrían como destino los grupos armados irregulares de Colombia, sin embargo aclaró que aquello deberá ser determinado por las autoridades policiales.
El cargamento incautado viajaba escondido en un camión de papas; consistía en estructuras de fabricación artesanal para granadas, 98 de ellas de 112 milímetros, 98 de 126 milímetros, 97 de 176 milímetros, 500 estructuras pequeñas y 20 morteros procedentes de la provincia de Esmeraldas, fronteriza con una zona colombiana de presencia paramilitar.
Estas estructuras pueden ser rellenadas con material explosivo y esquirlas cuyo poder de destrucción puede alcanzar hasta los 600 metros a la redonda, explicó el coronel Jorge Merino del Batallón de Infantería apostado en la frontera.
Este intento de tráfico de armas coincide con el fin de la tregua de un mes, anunciado el pasado 15 de enero por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde la Habana, Cuba, sitio en que se llevan a cabo las negociaciones de paz entre el grupo guerrillero y el gobierno colombiano.
El cordón fronterizo entre Ecuador y Colombia cuenta con la presencia de cerca de 8.000 militares ecuatorianos, de los cuales 1.500 operan en el sector donde fue realizada la incautación en la que se apresaron dos ciudadanos ecuatorianos.
eg/lp
