El decreto, además de declarar como patrimonio las variaciones autóctonas de maíz, protege las prácticas de cultivo y las tradiciones asociadas a este grano.
"La herencia de nuestros ancestros, que por años forjaron lo que hoy en día es una tradición, motivó el compromiso estatal que procura el fortalecimiento de estas tradiciones", afirmó en su intervención el presidente de la República de Costa Rica, Luis Guillermo Solís.