El fenómeno hípster continúa su
expansión por las calles de las grandes ciudades del mundo: hombres barbudos,
camisas de cuadros, gafas de pasta, gorros tejidos a mano y bicicletas de
engranaje fijo.
La ciencia, a través de una fórmula matemática, ha logrado dar
una posible explicación a esta reciente paradoja cultural.
actualidad.rt - En un estudio
publicado en la revista 'Royal Society Open Science', Paul Smaldino, matemático
de la Universidad de California en Devis, EE.UU., revela que el intento de los
hípsters por diferenciarse es tan predecible que terminan siendo uniformes.
Smaldino ha creado un modelo conductual que explica cómo el comportamiento
humano siempre tiende hacia una "conformidad colectiva", informa el
diario 'The Daily Mail'.
Como base de su estudio, Smaldino
ha lanzado cuatro variables para traducir a las matemáticas esta moda hípster
que persigue la originalidad: postura (el gusto expresado), información (la
conciencia que tiene un individuo sobre las reacciones que generará su
postura), postura ideal (dónde desea ser ubicado el individuo en relación al
gusto promedio) y la regla de ajuste posicional (los cambios que un individuo
realiza de acuerdo a su ubicación actual y a la ubicación deseada).
El 'mapa de estilo personal'
resultante muestra que, al desear distanciarse continuamente de la norma, los
hípsters tienden inevitablemente a confluir en torno a un nuevo patrón de
conducta que termina por converger en una conformidad colectiva. Asimismo, el
trabajo destaca que existen dos casos en los que podría primar la diversidad de
estilo: los radicalmente convencionales y los radicalmente rebeldes.
A finales del año pasado,
Jonathan Touboul, neurocientífico matemático del Collège de France en París,
desarrolló una ecuación similar para explicar la 'paradoja hípster'. Touboul
afirmaba que un verdadero hípster –cuya identidad se basa en la idea de ser un
inventor o ser el primero en adoptar una determinada moda– tendría que estar en
constante movimiento para mantener su autenticidad: una situación muy difícil
de mantener.