A
pesar de estar declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco,
Palmira no se ha librado de la guerra en Siria. Desde hace meses,
esta ciudad y sus alrededores viven los enfrentamientos entre
el Estado
Islámico y
el Ejército sirio.
actualidad.rt
- Las
fuerzas de Bashar
Al Assad reconocen
que no están solas en la lucha. "Desde el frente de
batalla se pueden apreciar los resultados de los bombardeos rusos:
cómo arden los objetivos que han destruido, cómo huyen en mitad de
los ataques los terroristas armados… También escuchamos sus gritos
a través de nuestros sistemas de comunicación. No paran de pedir
ayuda y refuerzos. Su moral está decayendo", cuenta el general
Fuad, del Ejército sirio.
Tras medio año
en manos de los yihadistas, las fuerzas oficiales sirias quieren
recuperar las zonas perdidas en Palmira. No es una batalla
cualquiera: también está en juego preservar monumentos de altísimo
valor histórico. "Las maneras para prevenir la destrucción de
este patrimonio cultural forman parte de un plan militar secreto que
aún no se puede desvelar", apunta el general Fuad.
En
los primeros años de la guerra, la situación geográfica de Palmira
—en medio del desierto— provocó que quedará relativamente al
margen del conflicto. Sin embargo, durante los últimos meses el
Estado Islámico cambió su rumbo y ha destrozado varios de sus
templos. Incluso, su famoso Arco del Triunfo fue
destruido hace
unas semanas.
Este
martes, los yihadistas volvieron a mostrar su desprecio hacia las
ruinas sirias. Según fuentes del Ejército oficial, los
terroristas asesinaron
con explosivos a
tres soldados prisioneros que estaban amarrados a unas columnas
de la histórica ciudad.
Por momentos,
los combates a las afueras del lugar se recrudecen. En la línea de
fuego, los morteros siguen cayendo y, antes de conocer al ganador de
esta batalla, ya se sabe quién ha perdido: la humanidad, por el
patrimonio destruido y, sobre todo, por las más de 250.000 personas
que han muerto en el conflicto.