Cuando la investigadora, de nombre Lida Xing, descubrió que en realidad se trataba de un fósil de este animal extinto, sugirió al Instituto Dexu de Paleontología la compra de la pieza para su estudio.
Tras la investigación realizada por Xing, se reveló que las piezas de ámbar conservaban pequeñas instantáneas de los ecosistemas antiguos, así como tejidos lábiles difíciles de estudiar en otros lugares.
La pieza encontrada consta de unos 99 millones de años de antigüedad y por el estado en el que se encontraba había sido pulida para ser usada como joyería tras pensar que se trataba de material vegetal. Sin embargo, se trata de una cola de un dinosaurio con plumas y de un tamaño muy reducido.
Según los científicos, el hallazgo ayuda a completar detalles de la estructura de las plumas y la evolución de los dinosaurios.