Declaración
del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, con motivo del 8 de marzo, Día
Internacional de la Mujer
GINEBRA
(7 de marzo de 2017) – Hoy
honramos la lucha en pro de los derechos humanos de millones de
mujeres que han exigido el respeto de sus derechos y los de los
demás.
El movimiento feminista ha generado enormes transformaciones,
pero debemos reconocer también que su avance ha sido lento y
sumamente desigual.
Asimismo, el progreso ha traído consigo sus propios desafíos. En demasiados países asistimos ahora a un contraataque contra los derechos de la mujer, una reacción que nos perjudica a todos. Debemos permanecer en alerta –el avance de los últimos decenios es frágil y en modo alguno debería darse por sentado.
Resulta en extremo
desconcertante comprobar los retrocesos recientes en las principales
leyes de muchas regiones del mundo, basadas en una renovada obsesión
de controlar y limitar las decisiones de la mujer sobre su cuerpo y
su vida, y en la idea de que su función social debería limitarse
fundamentalmente a la reproducción y la familia. Un programa de este
tipo pone en peligro los progresos alcanzados anteriormente. Aunque
las acometidas suelen llevarse a cabo en nombre de la tradición, a
menudo son una reacción a los esfuerzos que amplios sectores de la
misma sociedad realizan con miras a promover cambios.Asimismo, el progreso ha traído consigo sus propios desafíos. En demasiados países asistimos ahora a un contraataque contra los derechos de la mujer, una reacción que nos perjudica a todos. Debemos permanecer en alerta –el avance de los últimos decenios es frágil y en modo alguno debería darse por sentado.
En
Burundi,
existe una ley sobre la violencia contra las mujeres que, en muchos
aspectos, es progresiva, en el sentido de que penaliza la violación
en el matrimonio y prohíbe las prácticas nocivas. Pero, al mismo
tiempo, culpabiliza a la mujer que padece la violencia de género por
su “atuendo indecente” o su “conducta inmoral”.
Una
ley
sobre el matrimonio precoz que se aprobó la semana pasada en
Bangladesh
es, al parecer, más laxa que la normativa a la que sustituye, ya que
contiene una cláusula que permite que las muchachas menores de 18
años contraigan matrimonio en “circunstancias especiales” que no
aparecen definidas en el texto de la propia ley.
En
la Federación de Rusia,
los activistas no lograron detener la despenalización de
determinadas modalidades de violencia doméstica.
Los
esfuerzos de dirigentes políticos y de la sociedad civil encaminados
a permitir el acceso a los derechos sexuales y reproductivos bajo
determinadas circunstancias en
El Salvador, la República Dominicana, Honduras y Nicaragua
se enfrentan a una enérgica resistencia y han generado
contrapropuestas legislativas y políticas.
Los debates en torno a esas políticas se han caracterizado por los ataques o el desdén hacia las pruebas que demuestran las consecuencias nocivas de tales medidas sobre las vidas de las niñas y las mujeres, y sobre la sociedad en su conjunto. Como siempre, quienes pagan el precio más oneroso por esas políticas son las niñas y las mujeres que más marginación padecen.
Habida cuenta de que la mayor parte de la población joven se concentra en países en desarrollo, las medidas regresivas que niegan a las niñas y las mujeres el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva tendrán efectos devastadores: mayor mortalidad materna, más embarazos no deseados, menos muchachas que concluyan los estudios y la repercusión económica derivada de la falta de integración de las mujeres en la fuerza laboral.
En resumen: una generación sin opciones y el fracaso
colectivo de incumplir las promesas de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible.
De modo que ha llegado el momento de unirnos para proteger las importantes conquistas del pasado y mantener el impulso positivo.
De modo que ha llegado el momento de unirnos para proteger las importantes conquistas del pasado y mantener el impulso positivo.
Resulta
alentador ver que las mujeres se movilizan actualmente en gran número
para exigir el respeto de sus derechos.
En
Argentina, Uruguay, Chile, México y Perú, el movimiento “Ni Una
Menos” combate el feminicidio y la violencia contra la mujer.
Algunos
países del continente americano siguen registrando los más altos
índices de feminicidio del mundo, así como de ataques contra las
mujeres lesbianas, bisexuales y, en particular, transexuales.
En
la India, hemos visto cómo las mujeres protestan contra la violencia
sexual y se producen movimientos para reclamar su derecho al espacio
público.
En
Polonia, miles de mujeres y hombres fueron a la huelga y se
manifestaron contra un proyecto de ley que proponía penalizar el
ejercicio de algunos derechos sexuales y reproductivos.
Los movimientos feministas en Arabia Saudita han pedido la abolición de la norma jurídica en virtud de la cual todas las decisiones importantes requieren la aprobación de un “tutor” masculino.
Los movimientos feministas en Arabia Saudita han pedido la abolición de la norma jurídica en virtud de la cual todas las decisiones importantes requieren la aprobación de un “tutor” masculino.
En
enero de 2017, hombres y mujeres del mundo entero se manifestaron en
pro de la igualdad. Y apenas la semana pasada, en la Conferencia
#SheDecides celebrada en Bruselas, un grupo considerable de
Estados y organismos donantes se pronunció en favor de defender los
derechos de las niñas y las mujeres, y asignó a esta tarea un
volumen de financiación aún mayor.
Hoy, mi Oficina presenta un informe elaborado conjuntamente con la Unión Africana y ONU Mujeres, que muestra los progresos y las limitaciones en la consecución de los derechos de la mujer en África. Quiero encomiar aquí el trabajo absolutamente fundamental que realizan las activistas de los derechos humanos de las mujeres, una labor que a menudo no recibe ni la publicidad ni los recursos que necesita. Estas personas son víctimas de agresiones frecuentes, algunas mortales, debido a los esfuerzos que llevan a cabo para promover la igualdad de género. Mi Oficina ha recibido información de numerosos países acerca de amenazas, actos violentos y obstáculos jurídicos, incluso de la penalización de las tareas que estas activistas deben afrontar.
Pese a esos múltiples obstáculos, estas valientes mujeres defienden los derechos de los demás, dinamizan los movimientos desde la base social y podrían tener la mayor y más duradera repercusión sobre los derechos de la mujer y la igualdad de género.
Hoy, mi Oficina presenta un informe elaborado conjuntamente con la Unión Africana y ONU Mujeres, que muestra los progresos y las limitaciones en la consecución de los derechos de la mujer en África. Quiero encomiar aquí el trabajo absolutamente fundamental que realizan las activistas de los derechos humanos de las mujeres, una labor que a menudo no recibe ni la publicidad ni los recursos que necesita. Estas personas son víctimas de agresiones frecuentes, algunas mortales, debido a los esfuerzos que llevan a cabo para promover la igualdad de género. Mi Oficina ha recibido información de numerosos países acerca de amenazas, actos violentos y obstáculos jurídicos, incluso de la penalización de las tareas que estas activistas deben afrontar.
Pese a esos múltiples obstáculos, estas valientes mujeres defienden los derechos de los demás, dinamizan los movimientos desde la base social y podrían tener la mayor y más duradera repercusión sobre los derechos de la mujer y la igualdad de género.
Es preciso que las apoyemos y las
defendamos, porque al hacerlo estaremos defendiendo también los
derechos de todos nosotros.
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El
ACNUDH coordina la campaña internacional denominada “Defiende hoy
los derechos de los demás”. Esta campaña se propone movilizar a
todos –sector privado, gobiernos, particulares y miembros de la
sociedad civil- para que desempeñen una función dinámica en la
defensa de los derechos humanos de todos, en un momento en que estos
derechos y estas libertades, tan duramente alcanzados, son objeto de
presiones cada vez mayores en el mundo entero.
Si desea información
adicional al respecto, pulse
aquí: http://www.standup4humanrights.org/en/