El informe encontró que:
·
El fondo de
dotación de Harvard ha gastado unos mil millones de dólares en la adquisición
de más de 850 mil hectáreas de tierras agrícolas en todo el mundo, convirtiendo
a la Universidad en uno de los mayores y más diversos inversionistas agrarios a
nivel geográfico.
·
Las
adquisiciones de tierras agrícolas por parte de Harvard fueron hechas sin las
auditorías previas adecuadas y han contribuido al desplazamiento y el acoso a
comunidades tradicionales, a la destrucción ambiental y a conflictos por el
agua. En particular, las consecuencias de estas adquisiciones son perjudiciales
en Brasil, donde el fondo de dotación de Harvard adquirió casi 300 mil
hectáreas de tierras en el Cerrado, la sabana más biodiversa del mundo.
·
Las poco claras
inversiones en tierras de Harvard tuvieron como resultado ganancias inesperadas
para los administradores de los fondos y sus socios comerciales, pero
fracasaron como estrategia de inversión para la universidad.
Este informe exhorta a los estudiantes, docentes y
ex alumnos de Harvard a exigir que el fondo de dotación de la Universidad
termine con todas las inversiones en tierras agrícolas, tome medidas inmediatas
para resolver todos los conflictos de tierras asociados a sus propiedades
actuales y asegure que las comunidades afectadas sean compensadas adecuadamente
por los daños.
Palmerina Ferreira Lima, frente a su casa en el pueblo de Melancías, Piauí, Brasil. Foto- Rosilene Miliotti - FASE |
Palmerina Ferreira Lima es una mujer de 77 años, de
la aldea de Melancias, ubicada en la ribera del Río Uruçuí Preto, en el estado
brasileño de Piauí. Por más de cien años, su comunidad vivió de las tierras
fértiles, de la exhuberante sabana y sus aguas abundantes, en la norteña región
del Cerrado, de gran biodiversidad. Pero aquellos días de bienestar son
recuerdos lejanos.2
Hace algunos años, poderosos hombres de negocios
cercaron las tierras que rodeaban el poblado y erigieron grandes plantaciones
de soja industrial. La comunidad de Palmerina ya no tuvo acceso a la tierra de
la cual dependieron para alimentar a sus familias por generaciones. Comenzaron
a sufrir problemas de salud que antes no existían, producto de las fumigaciones
aéreas de pesticidas, que son arrastradas por el viento desde los cultivos
hacia sus casas. Los pesticidas también destruyeron sus cultivos y contaminaron
sus fuentes locales de agua. Y esos ríos y vertientes, que alguna vez fueron
abundantes y llenos de peces, ahora se están secando debido a la deforestación
y al riego de las plantaciones.
“El agua: se terminó. Lo que queda es muy poco.
Tenemos miedo a morir de sed. Bastaría con detener estos proyectos y el agua
volvería. Pero no los detienen. No. Seguramente los detendrán cuando el río
esté totalmente seco”, señala
Palmerina.
Aunque la gente de Melancias no lo sabe, uno de los
predios que les está ocasionando este daño es propiedad de la Universidad de
Harvard. El involucramiento de Harvard no es obvio porque siendo una
universidad de elite su propiedad está oculta tras una compañía administrada
por socios brasileños locales. Harvard contrató a estos empresarios para que
adquirieran la tierra y explotaran la tierra a nombre de ellos. Pocas personas
saben que este mismo grupo brasileño de negocios adquirió por lo menos otras 5
propiedades para Harvard en esta área de Brasil, con iguales consecuencias para
las personas que ahí viven. Y este es solamente uno de los tres grupos
brasileños con los cuales trabajó Harvard para adquirir cerca de 300 mil
hectáreas de tierras de cultivo en el nordeste de Brasil, en el Cerrado, entre
2008 y 2016, convirtiendo a Harvard en uno de los principales propietarios
extranjeros de tierras agrícolas en el país.
Las tierras de cultivo de Harvard en Brasil son
sólo una parte de un rompecabezas mucho mayor, oculto tras una oscura red de
compañías que compran tierras agrícolas a nombre de la Universidad en todo el
mundo. Nuestras investigaciones revelan que, a lo largo de la última década,
Harvard hizo uso de múltiples estructuras empresariales para adquirir extensas
tierras de cultivo en Brasil, Sudáfrica, Rusia, Ucrania, Nueva Zelanda,
Australia y Estados Unidos. Protegidos del escrutinio público, el fondo de
dotación de la universidad acumuló en menos de diez años una de las mayores
carteras de tierras de cultivo, más que cualquiera de las compañías financieras
del mundo.
El despilfarro de Harvard en tierras agrícolas en
el mundo
Harvard comenzó a comprar tierras agrícolas
inmediatamente después de la crisis financiera y de los precios de los
alimentos, de 2007-2008. Fue uno de los numerosos fondos de dotación, de
pensiones y otras instituciones de inversión que comenzaron a adquirir tierras
agrícolas en los inicios de la crisis e las inversiones de alto riesgo y del
colapso del mercado inmobiliario en Estados Unidos y Europa. Mientras que la
Asociación de Seguros y Anualidades Magisteriales (TIAA, por sus siglas en
inglés) de Nueva York tomó el liderazgo en la compra de tierras agrícolas entre
los fondos de pensión, Harvard, con su fondo de dotación de 37 mil cien
millones de dólares, rápidamente se convirtió en el principal comprador de
tierras agrícolas entre las universidades (ver Tabla 1.)3
Tabla 1.
Fondos de dotación de las principales universidades estadounidenses en cuyos
portafolios de inversiones existen transacciones con tierras agrícolas.
|
|||
Fondo de
dotación
|
Activos
gestionados (en miles de millones de dólares estadounidenses)
|
Asignación
para recursos naturales (en millones de dólares estadounidenses)
|
Ubicación
de las tierras agrícolas
|
University of Texas Investment Management
Company
|
40,3
|
4 978
|
Australia, América Latina
|
Harvard Management Company
|
36,0
|
4 644
|
África, Oceania, América Latina, EUA
|
Princeton University Investment Company
|
21,7
|
3 625
|
Desconocido
|
Stanford Management Company
|
29,1
|
2 301
|
Desconocido
|
Yale University Endowment
|
25,4
|
2 007
|
Desconocido
|
University of Michigan Endowment
|
9,7
|
700
|
Desconocido
|
Emory University Endowment
|
4,6
|
642
|
Desconocido
|
University of Pennsylvania Endowment
|
10,7
|
642
|
Desconocido
|
Fuente: Perqin, agosto 2017, http://docs.preqin.com/reports/Preqin-Special-Report-Natural-Resources-Top-100-August-2017.pdf
Harvard ya había realizado importantes gestiones
destinadas a la adquisición de plantaciones forestales maderables.4 Así que la inversión de fondos
de dotación en tierras agrícolas no era algo totalmente nuevo para y se
ajustarían fácilmente a su cartera de recursos naturales. Las inversiones en
madera proporcionaron también contactos en todo el mundo y un modelo replicable
de inversión en tierras en el mundo, a través de empresas ficticias en el
extranjero y oscuras subsidiarias.
En 2008, la universidad comenzó a comprar tierras
en Brasil, Sudáfrica y Nueva Zelanda. Luego vino una importante inversión en
Rusia y Ucrania, seguida por varias compras de estancias en Australia y en
Estados Unidos. Para junio de 2017, Harvard había inyectado más de 930 millones
de dólares en varias de sus subsidiarias de tierras agrícolas y había adquirido
más de 850 mil hectáreas en todo el mundo.5
Las adquisiciones de tierras de cultivo de Harvard
son canalizadas a través de complejas estructuras empresariales, haciendo
difícil comprobar la propiedad de las tierras agrícolas. Incluso la propia
junta de supervisores no tiene una clara visión de las tierras que el fondo
posee y administra.6
Una estructura corporativa poco transparente
Una estructura corporativa poco transparente
Por sobre cada una de las estructuras de
inversiones en tierras agrícolas hay una subsidiaria en Boston, exenta de
impuestos, que administra diferentes partes de las inversiones del fondo de
dotación. Estas subsidiarias, que participan en la adquisición de tierras
agrícolas, son Blue Marble Holdings, Phemus, Demeter y Harvard Private Capital
Realty.
La información que aparece en la declaración de
impuestos de estas subsidiarias de Boston, muestra que Harvard canalizó dinero
para la inversión en tierras agrícolas a través de estas compañías hacia otras
subsidiarias, registradas en paraísos fiscales, tales como el estado de
Delaware en Estados Unidos o las Islas Caimán. Las subsidiarias tienen nombres
como Guara LLC o Granary Investments.
Desde estas compañías en los paraísos fiscales, el
dinero fluyó hacia las subsidiarias en los países objetivos, las cuales son
administradas por varios operadores locales, con actividad en los agronegocios
y en la adquisición de tierras. Estos grupos locales de negocios identificaron
las tierras, hicieron la compra y administraron las fincas. Harvard les pagó
millones de dólares en honorarios por sus servicios (ver Recuadro 1).
Conflicto y controversia
Harvard siguió el camino de otros inversionistas
institucionales que han adquirido tierras de cultivo – concentrarse en países
que se consideran menos riesgosos, pero con el potencial de grandes retornos.
Esto, sin embargo, no mantiene a las inversiones de la universidad libres de
conflictos y riesgos.
En Australia,
un informe realizado por la Office of Environment and Heritage señala que, en
el año 2015, la subsidiaria de Harvard destruyó sitios de cementerios
aborígenes y removió en forma ilegal la vegetación nativa en las tierras que
adquirió en Nueva Gales del Sur. Existen
antecedentes que indican que la compañía agrícola de Harvard no realizó un
estudio sobre las culturas aborígenes antes de arar los campos, a pesar de eran
evidentes muchos sitios importantes.18
En Sudáfrica,
Harvard adquirió campos donde los ex trabajadores negros y sus familias tenían
derechos de ocupación concedidos bajo la reforma agraria pos-apartheid. Los conflictos con las comunidades locales se
describen en un informe de un investigador que trabajó con el administrador de
los campos de Harvard en Sudáfrica, RussellStone.19 Según este informe, una vez
que Harvard tomó el control de estas finca, alrededor de 2011, los
administradores tomaron medidas para impedir el derecho de estas familias al
uso de estas tierras, incluyendo el pastoreo de sus vacas y el acceso a los
cementerios familiares. Se dice que el administrador de los campos de Harvard
presionó a las familias a firmar un código de conducta y de imponer un sistema
de reglas y penalidades que podrían llevar a la expulsión de una familia si no
adhería a este código. Hay informes que indican que, después de esto, la tensión
en la finca escaló a tal punto que Harvard temía que esto pudiera causar una
atención internacional no deseada.
De acuerdo al mismo informe, Harvard insistió que
RusellStone encontrara una solución mediada, a pesar de que RussellStone les
aseguraba que estas tensiones con las familias ocupantes era algo normal en la
agricultura a gran escala en Sudáfrica. La Universidad envió un mediador para
ofrecer reubicar a las familias en otras tierras, pero las familias rechazaron
la oferta, indicando que las tierras eran de mala calidad y lejos de servicios
esenciales. Hay antecedentes que indican que, decepcionados con la situación y
preocupados por las repercusiones para su imagen internacional, representantes
de la universidad ordenaron a RussellStone, en 2014, vender todas sus
propiedades de tierras de cultivo en las cuales hubiera familias “ocupantes”.
Harvard también ha enfrentado conflictos con sus
adquisiciones de tierras agrícolas en Estados Unidos. Desde 2012, la
Universidad ha puesto más de 115 millones de dólares para adquirir tierras en
California y establecer viñas, según lo indicado en las declaraciones de
impuestos. Estos campos, en la región de Paso Robles y el Valle de Cuyama,
están ubicados en áreas donde la escasez de agua está amenazando la viabilidad
de la agricultura.20 Los residentes locales y los agricultores están preocupados de que el
proyecto de viñas de Harvard pondrá en peligro su acceso al agua y acusan a
Harvard de usar tácticas tramposas para realizar un juego financiero para
controlar los recursos hídricos restantes.
En marzo de 2016, un agricultor cuya familia ha
cultivado uva de vino por décadas en el área y que está realizando un esfuerzo
junto a varios cientos de otros propietarios de tierras para asegurar el acceso
al agua subterránea, escribió una carta al CEO de Harvard Management Company:
La percepción local, bien o mal, es que Harvard ha
estado haciendo lo siguiente: comprar utilizando varias capas de entidades
desconocidas, de manera tal que sería difícil para un fiscalizador hacer el
seguimiento de la compra hasta llegar a Harvard; usar agentes para presionar
por la formación de distritos de agua locales, que permitirían a las
propiedades de Harvard, finalmente, beneficiarse de concesiones del gobierno y
fondos de contribuyentes; inducir a algunos dueños de propiedades a vender, con
ofertas que son varias veces el precio de mercado y usar este método para
adquirir propiedades que contienen infraestructuras hídricas públicas; y,
generalmente, no estar disponibles para explicar a la población local acerca de
cómo estas inversiones podrían afectar al más vital de los recursos —todo en nombre
del retorno de la inversión.21
Acaparamientos de tierra en el Cerrado, Brasil
Las adquisiciones de tierras más conflictivas
realizadas por Harvard ocurrieron en Brasil. La universidad es una de las
muchas compañías financieras extranjeras, provenientes de Norteamérica, Europa
y Japón que han adquirido tierras en la región del Cerrado en el nordeste
brasileño a lo largo de las últimas décadas. Este bioma de sabana, que contiene
5 por ciento de la diversidad del planeta, es crítico para la conservación del
Amazonas y una de las principales fuentes de agua para la cuenca hídrica más
importante de Brasil. También es la tierra de más de 80 pueblos indígenas, así
como una variedad de pueblos “tradicionales” cuyo estatus es reconocido por la
ley brasileña, tales como las comunidades afro-brasileñas quilombolas.
Pero durante el último par de décadas, esta parte
del Cerrado ha sido intensamente deforestado y arado para una de las mayores
expansiones de la producción de cultivos de materias primas en la historia
reciente. La expansión comenzó en el sur y luego, hace diez años, comenzó a
avanzar agresivamente hacia el noreste, hacia los estados de Tocantins,
Maranhão, Bahía, and Piauí.
Esta “nueva frontera” para la producción de soja,
caña de azúcar y otras materias primas agrícolas es hacia donde Harvard y otras
compañías financieras extranjeras están orientando sus inversiones. Se sienten
atraídos a esta área por los precios de las tierras relativamente bajos y el
potencial aumento en el valor de mercado. Además de Harvard, algunas de las
principales compañías financieras que están adquiriendo tierras en esta área
incluyen a TIAA de Estados Unidos, ABP de Holanda, Sojitz de Japón y Valiance
Asset Management del Reino Unido. Todas estas compañías operan a través de
sociedades con compañías locales que se hacen cargo de la adquisición de
tierras y de las operaciones agrícolas.22
La oleada de especulación en tierras agrícolas por
parte de compañías extranjeras, ha agravado los conflictos locales por la
tierra en el área. El Banco Mundial señala que, con la rápida expansión de las
plantaciones agrícolas en esta parte del Cerrado, “la ocupación ilegal y
desordenada de la tierra rural (grilagem) es común.”23 El grilagem es una forma
particular de acaparamiento de tierras que se ha expandido en la parte nordeste
del Cerrado en el cual se falsifican títulos de tierra para legitimar la
ocupación ilegal de tierras públicas.24 Las tierras son cercadas para
dar la apariencia de una finca y los títulos fraudulentos son vendidos con
ganancias inmensas a otras compañías, las cuales a menudo están conectadas con
inversionistas extranjeros.
Estas tierras públicas no están desocupadas, como
generalmente lo señalan los acaparadores de tierras (grileiros). Por
generaciones, han sido el hogar de las comunidades locales, en el caso de las
áreas de tierras bajas, o son usadas en forma colectiva por estas comunidades
para cazar, pastorear, recolectar leña y cosechar frutos y plantas medicinales.
Por esto los grileiros recurren muy a menudo a la violencia y a la intimidación
para desplazar a los habitantes locales e impedirles que accedan a las tierras.25
Harvard ha canalizado sus fondos para la
adquisición de tierras agrícolas en el nordeste del Cerrado a través de tres
diferentes grupos de negocio locales (ver Recuadro 1). Bajo el paraguas de
estos operadores, la universidad adquirió silenciosamente, unas 300 mil
hectáreas de tierras, un área mayor que Luxemburgo, en partes de los estados de
Piauí and Bahía donde los conflictos por tierras son comunes.
Informes recientes han dado a conocer cómo uno de
los socios de negocios de Harvard en Brasil, el grupo Granflor, hizo las
gestiones para que una subsidiaria de propiedad de Harvard adquiriera más de
120 mil hectáreas de tierras en el estado de Bahía a un empresario, conocido
grileiro en el estado.26 Granflor insistió en estas
tierras, a pesar de haber sido advertido por los residentes locales, de que se
meterían en serios conflictos.27 Según un informe de 2014
elaborado por una comisión estatal de Bahía, los títulos sobre las tierras se
lograron a través de un “un festival de procedimientos irregulares e ilegales
que terminaron en la usurpación de las tierras públicas” e implicó el
desplazamiento violento de numerosas familias locales que tradicionalmente
habían ocupado y usado estas tierras públicas. También parece que las
adquisiciones de tierras de Harvard violan las restricciones brasileñas sobre
propiedad extranjera que limitan la cantidad de tierra que una compañía
extranjera puede adquirir en un municipio.28 La oficina del fiscal en el
estado de Bahía ahora está considerando si demanda a la subsidiaria de Harvard
y anula los títulos.29
Hay evidencia similar sobre la realización de
grilagem por parte de otra compañía de negocios brasileña, socia de Harvard, en
el estado vecino de Piauí. El grupo Insolo facilitó la adquisición a Harvard de
al menos seis fincas que cubren más de 116 mil hectáreas en el estado de Piaui,
a través de varias subsidiarias brasileñas de Harvard administradas por el
grupo Insolo.
Fazenda Ipê es una inmensa finca de 58 mil
hectáreas que Harvard compró a través del grupo Insolo mediante diferentes
subsidiarias de Harvard con sede en Brasil. En un dictamen del 16 de mayo de
2018, el Juez de la Corte Agraria de Piauí, dictaminó que una de estas
subsidiarias, Sorotivo Agroindustrial Ltda, usó la práctica ilegal del
“grilagem” para adquirir alrededor de 27 mil hectáreas de tierras dentro de la
Fazenda de Ipê, las que anteriormente eran tierras públicas.30
Fumigación aérea de pesticidas a una plantación de soja en Piauí, Brasil. Foto: José Cícero Silva/Agência Pública |
De acuerdo al juicio:
“En Piauí, el acaparamiento de tierras (grilagem)
es uno de los principales vectores de deforestación y conflictos agrarios, en
la medida que las transacciones inmobiliarias en el mercado rural suceden en
desacuerdo con las reglas que resguardan la legislación civil, ambiental y
agraria, haciendo imposible responsabilizar a los involucrados. Esta
desacreditada práctica del grilagem es lo que fue realizado por [Sorotivo
Agroindustrial Ltda] al adquirir sus títulos de tierras.”31
Cerca de la Fazenda Ipê, las personas de la
comunidad de Baixão Fechado señalan que ellos fueron desalojados de las de las
tierras que tradicionalmente han usado para criar ganado, cazar y pastorear y
los llevaron a otra finca de propiedad de Harvard, administrada por el mismo
grupo Insolo.32 La Fazenda Fortaleza, que
cubre una superficie de 11 mil hectáreas, está ubicada junto a una gran finca
de propiedad del administrador de fondos de pensiones de Estados Unidos, TIAA,
llamada Fazenda Ludmilla.33 Los residentes de Baixão
Fechado señalan que la deforestación causada por ambas fincas y la gran
cantidad de agua que las fincas usan para riego, han afectado gravemente su
acceso al agua, la que antes era abundante y de buena calidad. La situación ha
llegado a ser tan mala que las comunidades han tenido que comenzar a traer agua
en camiones. Las personas del lugar también señalan que la contaminación por la
fumigación de pesticidas en las fincas es una causa del aumento en los síntomas
como la tos, mareos, dolores de estómago y baja presión sanguínea que han sido
observados en la comunidad, así como también un aumento en los casos de cáncer.
Los pesticidas usados en estas fincas también han diezmado sus sitios de pesca
y ha causado la destrucción de sus cultivos.34
“Ellos usan pesticidas como el Roundup. Destruyen
todos nuestros cultivos, incluyendo el cultivo del haba. Solíamos ser los principales
productores de haba en la región. Ahora estamos perdiendo todas nuestras habas.
Fumigan el tóxico desde aviones y esto contamina todo. Aparecen pestes, como la
mosca blanca que no podemos eliminar, y destruyen todo”, señala José Branco, un
residente de la comunidad Baixão Fechado.35
A través de su tercer socio de negocios en Brasil,
el grupo Gordian Bioenergy (GBE), Harvard financió la adquisición de varias
otras áreas de tierras agrícolas en Piauí, las que eran parte de un gran
proyecto de agronegocios que GBE ha estado intentando realizar en el distrito
de Guadalupe desde el año 2012. El proyecto de GBE aún lucha por conseguir los
fondos que necesita para entrar a la fase de implementación, y, de acuerdo a
Bloomberg News, Harvard ahora está intentando salirse del proyecto.36
Pero esto no son las únicas adquisiciones de
tierras agrícolas que GBE ha montado para Harvard. En el distrito de Barra, en
el estado de Bahía, Harvard adquirió una finca llamada Fazenda Boqueirao a
través de la subsidiaria de Harvard manejada por GBE. Las tierras fueron
compradas a la compañía brasileña Pro-Flora Agroforestal Ltda, la cual es de
propiedad de una acaudalada familia empresaria del estado de Minas Gerais.37
Fazenda Boqueirao está en el centro del conflicto
por tierras entre los propietarios de Pro-Flora y unas 400 familias que viven
en el área. Después que los propietarios de Pro-Flora adquirieron Fazenda
Boqueirao en 2004, hicieron las gestiones para reclamar los derechos sobre una
gran extensión de tierras de 70 mil hectáreas, que incluían tierras que las
familias campesinas habían usado para pastoreo colectivo de su ganado desde, al
menos, 1935.38 Las familias rehusaron a
renunciar a sus tierras y la tensión entre las dos partes se agudizó.39 Finalmente, en el año 2011,
la autoridad estatal de Bahía intervino. Estuvo de acuerdo con las familias en
que las reivindicaciones de la compañía por las tierras no eran válidas, pero
en un consentimiento a la compañía, decidió entregar a Pro-Flora el título
privado por un predio de 27 mil 800 hectáreas que las comunidades señalaron que
no usaban.40 Este título privado fue
formalizado en el año 2014, época por la cual Pro-Flora ya había vendido
Fazenda Boqueirao a la subsidiaria local de Harvard, GBE, por 3 millones de
dólares.41
Mientras tanto, Cloves dos Santos Araujo, un
abogado de la Asociación de Abogados de Trabajadores Rurales (AATR) de Bahía,
señala que el estado aún no ha formalizado los títulos para las familias de las
42 mil hectáreas restantes, dejándolas en un estado vulnerable y susceptible a
una nueva ronda de acaparamiento de tierras por parte de los propietarios de
Fazenda Boqueirao.42 En efecto, en junio de 2017,
los abogados representantes de Pro-Flora iniciaron una petición al estado por
el reconocimiento de los derechos de la compañía por el total del área de 70
mil hectáreas.43
La Comissão Pastoral da Terra (CPT) está siguiendo
de cerca el caso y apoyando a las comunidades en la defensa de sus tierras
tradicionales. Señala que el acuerdo que entregó a Pro-Flora, y en consecuencia
a Harvard, un título privado sobre 27 mil 800 hectáreas de tierra es
inconstitucional y viola las políticas de la reforma agraria de Brasil. Para la
CPT, es otra desafortunada intervención del gobierno donde se sobreponen los
derechos de un gran agronegocio sobre los derechos de las personas locales.44
Una cosecha miserable
La década de adquisiciones de tierras agrícolas de
Harvard ha tenido muchos afectados, desde campesinos brasileños, pasando por
trabajadores agrícolas de Sudáfrica hasta pobladores rurales de California. Los
estudiantes y la facultad de Harvard también podrían ser vistos como víctimas
de estas inversiones. Las inversiones del fondo de dotación están destinadas a
apoyar los objetivos educacionales y de investigación de la universidad, pero
sus negocios por mil millones de dólares para la adquisición de tierras han
tenido malos resultados. El año pasado, el nuevo jefe del fondo de dotación, NP
“Narv” Narvekar, reevaluó las inversiones en plantaciones madereras del fondo y
decidió rebajar el total de la cartera de recursos naturales en mil cien
millones de dólares, de 4 mil millones a 2 mil novecientos millones.
En Brasil, donde Harvard realizó sus inversiones en
tierras agrícolas más costosas y ambiciosas, la mayoría de las 300 mil
hectáreas que el fondo adquirió, tienen una producción parcial o no producen
nada. El proyecto GBE en Piauí está al borde del colapso, sin haber realizado
un solo cultivo; las 124 mil hectáreas de tierras en Campo Largo de propiedad
de Caracol, en su mayoría son tierras ociosas, y escasamente hay algo plantado
en varias de las grandes fincas que adquirieron a través del grupo Insolo en
Piauí, como la Fazenda Nazaré, Fazenda Galileia y Fazenda Fortaleza.45
Recientemente, los administradores de los fondos
(con sede en Boston) que organizaron la polémica estrategia de acaparamiento de
tierras agrícolas globales por parte de Harvard, se retiraron del fondo de
dotación. En el tiempo que estuvieron a cargo del fondo, los principales
administradores amasaron fortunas de cientos de millones de dólares en pagos
por compensación —242 millones de dólares entre el año 2010 y 2014.46 Como lo destaca el analista
de inversiones Charles Skorina, las compensaciones a los administradores de las
carteras de recursos naturales se basan sobre todo en los avalúos de aquellas
tierras agrícolas y plantaciones madereras controladas por los mismos
administradores.
Harvard no puede alegar ignorancia. Llevó a cabo estas inversiones en tierras agrícolas a pesar de los años de crítica pública y demandas por una auditoría previa más estricta.49 Algunas de estas críticas eran internas. El 22 de mayo de 2018, una de las supervisoras del fondo de dotación de Harvard, Kat Taylor, renunció en protesta por las inversiones “poco transparentes” en actividades no éticas, incluyendo “la compra de tierras que puede no estar respetando los derechos indígenas [y] las fuentes de agua que amenazan el derecho humano del acceso al agua”.50
“Después de seis años de inacción de Harvard
durante mi mandato, y de muchos otros que precedieron a mi participación como
Supervisora, hoy hablo públicamente acerca de nuestra incapacidad de actuar. No
tenemos excusa moral ni financiera que nos dé la razón” escribió ella. “A lo
largo de la última década, el fondo de dotación de Harvard tuvo un rendimiento
financiero muy inferior comparado con otros semejantes, pese a que continuamos
invirtiendo en actividades y productos que dañaban el bienestar de nuestras
comunidades, naciones y el planeta.”
Taylor señala que, aun siendo partícipe de la Junta
de Supervisores, le fue imposible conocer en forma clara qué donación fue
invertida en qué, y solamente tuvo “algunos indicios” de que el fondo tenía
“tierras en África, propiedades en el delta del Río Amazonas y, potencialmente,
activos en recursos hídricos”.
“Estos tres puntos sugieren que deberíamos haber
estado al tanto de si estas propiedades respetaban los derechos indígenas, de
la posibilidad de que la propiedad de la tierra no estuviera documentada, como
ocurre tradicionalmente, de que hubiera activos particularmente sensibles desde
un punto de vista climático y de la posibilidad de que los derechos de agua
fueran vendidos por fuera del mercado, en detrimento de las ecologías y
economías locales”, señaló en una entrevista con Agri Investor.51
Nuestras investigaciones sobre las adquisiciones de
tierras de Harvard en Brasil sugieren que la universidad no procedió, ni
siquiera, con un nivel mínimo de auditorías previas para asegurar que las
tierras que compraba estuvieran libres de conflictos por tierras y se basaran
en títulos claramente legales. Dado que se estaban invirtiendo cientos de
millones de dólares para adquirir tierras agrícolas en un área reconocida por
los conflictos agrarios y el acaparamiento de tierras, se debería haber
ejercido una mayor vigilancia.
Las correcciones necesarias
Las adquisiciones de tierras de Harvard debieran
servir de advertencia para los inversionistas institucionales que hoy
consideran participar en este sector. Los riesgos que tomaron los
administradores de los fondos de Harvard no han retribuido financieramente a la
universidad y, en cambio, la han dejado con una herencia de tierras y aguas en
conflicto. Y tendrán que lidiar con ello. Mientras Harvard repiensa su
estrategia de inversiones en tierras agrícolas, la universidad aún no anuncia
ninguna medida para restringir futuros negocios en tierras agrícolas o para
introducir nuevas reglas internas, lineamientos o sistemas de vigilancia para
estas inversiones.52 Como un signo de la prioridad
que le sigue dando a sus controvertidas inversiones en tierras agrícolas en
Brasil, el fondo contrató en agosto de 2016 al arquitecto de las inversiones en
tierras agrícolas de TIAA en Brasil, para dirigir su cartera de recursos
naturales.53
Los estudiantes de Harvard, los docentes y los
ex-alumnos deben exigir una evaluación completa e independiente de las
adquisiciones de tierras agrícolas de la universidad. Esto debe incluir la
contabilización de cuánto se gastó en adquirir la tierra, incluyendo los pagos
a los administradores del fondo y a los socios de negocios y cuánto ha
retornado al fondo a través de la producción en los campos y las ventas de los
campos. También debe incluir un inventario de los daños causados a las
comunidades locales por el desplazamiento, conflicto, contaminación química y
destrucción ambiental, así como recomendaciones claras de cómo puede mejor
compensar Harvard a las comunidades. No se le debería permitir a Universidad
renunciar a sus responsabilidades simplemente vendiendo sus tierras agrícolas a
otra compañía o externalizando la adquisición de tierras con administradores
ajenos.
Harvard fue una de las pocas instituciones que
comenzaron a invertir globalmente en tierras agrícolas tras el desastre
financiero del 2008. Estas corporaciones, más que cualquier otra, son
responsables de convertir las tierras agrícolas en una nueva “clase” de activos
para los inversionistas financieros, ansiosos por encontrar activos reales o
las llamadas “alternativas”, que pueden comprar para cubrirse ante la
volatilidad en los mercados de acciones. Con los mercados inmobiliarios y
bursátiles nuevamente a niveles muy sobrevalorados, podríamos ver la
reaparición de las mismas tendencias que vimos después del 2008, generando una
nueva carrera en pos de inversiones riesgosas en tierras agrícolas por parte de
fondos institucionales y otro repunte de conflictos por tierras. La Universidad
de Harvard puede ayudar a corregir todo esto declarando el fin de sus
adquisiciones globales de tierras agrícolas.
En el caso de Sudáfrica, las adquisiciones de
fincas de Harvard fueron administradas por RussellStone Group —una firma de
inversiones de propiedad privada, con sede en Pretoria, que en 2008 entró al
negocio de adquirir fincas en el sur de África para inversionistas extranjeros.
Además de sus negocios con Harvard, RussellStone también administra las
polémicas adquisiciones de tierras agrícolas de la Vanderbilt University en
Mozambique.7 Entre junio de 2008 y junio de
2016, Harvard transfirió 73 millones 500 mil dólares por intermedio de una
subsidiaria con sede en Mauricio a una subsidiaria sudafricana administrada por
RussellStone. Con estos fondos, RussellStone compró varias propiedades
agrícolas en KwaZulu-Natal, Mpumalanga, Limpopo, Free State y Guanteng. A lo
largo de esos años, RussellStone recibió, al menos, 5 millones 100 mil dólares
de parte de Harvard por los servicios de administración de las inversiones.
Harvard recurrió a una firma de inversiones similar
para sus compras de tierras agrícolas en Australia (una compañía llamada
Wealthcheck “que proporciona oportunidades para invertir en el Sector de
Propiedades Agrícolas de Australia”).8 En Europa Oriental, Harvard
formó sociedad con NCH Capital, una compañía neoyorquina, especializada en la
privatización de activos en el ex-bloque soviético. La estrategia de NCH es
adquirir los derechos de miles de pequeños lotes de tierra, principalmente en
Rusia y Ucrania y fusionarlos en propiedades a gran escala.9 Por intermedio de una
subsidiaria en las Islas Caimán, Harvard gastó más de 150 millones de dólares
entre junio de 2009 y junio de 2016 para adquirir 59% de participación en el
primer fondo de NCH para tierras agrícolas, que NCH utilizó para establecer 58
fincas a gran escala, cubriendo unas 490 mil hectáreas en Rusia y Ucrania.10 Harvard pagó a NCH 12 millones
900 mil dólares por los servicios de inversión durante este periodo.
En Brasil las adquisiciones de tierras agrícolas de
Harvard fueron dirigidas a través de tres diferentes estructuras en las que
participaron tres operadores locales.
1. Los Ioschpes
Ivoncy Ioschpes es un magnate de refacciones para
automóviles del cual se dice que aprendió sobre el potencial para lucrar de la
agricultura en el Cerrado, en 2000. Muy pronto empezó a adquirir tierras
agrícolas en el norte del estado de Piauí y contrató a un grupo de agrónomos
locales, quienes formaron una compañía llamada Insolo, para convertir estas
tierras en extensas plantaciones de soja y algodón. En 2008, Ioschpe tomó el
control de Insolo, puso a su hijo Salomão a cargo y reconvirtió la compañía en
un vehículo para canalizar el dinero proveniente del fondo de dotación de
Harvard hacia la adquisición de grandes áreas de tierras agrícolas en Piauí.11 Harvard es dueña de 95% de
esta compañía, Insolo Agroindustrial S/A, a través de su compañía
administradora de fondos Phemus Corp y varias subsidiarias en Delaware y
Brasil. Entre junio de 2008 y junio de 2016, Harvard inyectó, al menos, 137
millones 700 mil dólares en Insolo Agroindustrial S/A, que después adquirió al
menos seis fincas, cubriendo más de 115 mil hectáreas en Piauí. Harvard también
le pagó a una compañía conectada con el grupo de Ioschpe, la suma de 3 millones
de dólares anuales, en concepto de honorarios de consultoría, por “servicios de
inversión”, desde junio de 2009 a junio de 2017.12
2. Gordian Bioenergy
Gordian Bioenergy, conocida como GBE, es una
empresa privada administrada por el empresario greco-brasileño, Diomedes
Christodoulou, el ex director ejecutivo de las operaciones de Enron en América
del Sur junto a varios de sus ex-colegas de Enron —Roberto Hukai, John Novak y
Steven Madrid.13 En 2007, Christodoulou y su
equipo estuvieron buscando inversionistas estadounidenses y europeos para
respaldar un proyecto de 150 millones para una plantación de caña de azúcar y
una refinería de etanol que tenían planes de construir en Brasil.14
Se contactaron con el fondo de dotación de Harvard
y las dos partes crearon una estructura corporativa, puesta en marcha a través
de una compañía de las Islas Caimán para canalizar los fondos desde Harvard
hacia la empresa de inversión conjunta. GBE luego se dispuso a adquirir tierras
en el pueblo de Guadalupe y en sus alrededores en Piauí, donde propuso
desarrollar sus operaciones de caña de azúcar, así como una finca para producir
tomates a gran escala.15 También se adquirieron
tierras en los estados vecinos por razones que no son claras. Una de las
compañías que trabajó con GBE en la adquisición de tierras para Harvard fue
Pro-Flora Agroforestal Ltda, una compañía de propiedad de un empresario
brasileño, Antônio Pontes da Fonseca, uno de los propietarios de tierras
agrícolas más grande en el estado de Minas Gerais.16Entre junio de 2008 y junio de
2015, Harvard transfirió más de 246 millones de dólares a GBE para las
adquisiciones de tierras agrícolas.17 No está claro cuánto de esto
se le entregó a GBE por la administración de la inversión y otros servicios.
3. Granflor
La entrada de Harvard a la agricultura brasileña
estuvo precedida por la inversión en plantaciones madereras. Algunos de estos
negocios fueron coordinados por dos empresarios brasileños del sector forestal,
Romualdo Maestri y Victor Hugo Silveira Boff, que son los cofundadores de la
compañía Granflor Agroforestal. En 2008, Harvard y estos dos empresarios
crearon una compañía en la ciudad brasileña de Porto Alegre llamada Caracol
Agropecuaria. Esta compañía, 100% de propiedad de Harvard a través de un grupo
de subsidiarias registradas en Delaware, recibió más de 60 millones de dólares
de parte de la compañía administradora de fondos de Harvard, Blue Marbles
Holdings, entre junio de 2008 y junio de 2016 para adquirir tierras agrícolas,
sobre todo en Bahía. Durante este mismo periodo, Harvard aparece pagando a
Maestri y Silveira Boff más de 10 millones de dólares por los servicios de
inversión a través de su compañía Mb-Gestao e Projetos.
Referencias
2 Basado en
el testimonio entregado a una misión internacional investigadora en septiembre
de 2017 coordinada por FIAN International, Rede Social de Justiça e Direitos
Humanos, Comissão Pastoral da Terra (CPT/PI) y FIAN Brasil. Para mayor
información ver Rede Social de Justiça e Direitos Humanos, “Transnational
corporations and land speculation in Brazil”, abril de 2018: https://www.social.org.br/images/MATOPIBA_EN.pdf
3 Para más
información sobre las inversiones en tierras de TIAA ver: Rede Social de
Justiça e Direitos Humanos, GRAIN, Inter Pares, and Solidarity Sweden – Latin
America, “Foreign pension funds and land grabbing in Brazil”, 16 noviembre de
2015: https://www.grain.org/article/entries/5336
4 Mucho ya
se ha escrito sobre el acaparamiento de tierras, tala ilegal y finanzas oscuras
conectada a las inversiones de Harvard en producción de madera. Para más
información ver: https://www.huffingtonpost.com/entry/harvard-ikea-corruption-romania_us_56d86cbbe4b0000de4039509; http://www.thecrimson.com/column/the-red-line/article/2014/4/7/harvards-timber-empire/; http://ciperchile.cl/2013/07/18/empresa-agricola-de-la-u-de-harvard-que-talo-bosque-nativo-en-chiloe-es-sentenciada-a-pagar-42-millones/; https://www.oaklandinstitute.org/harvard%E2%80%99s-timber-plantation-causing-environmental-and-social-havoc-argentina
5 La
información sobre las propiedades agrícolas de Harvard en todo el mundo se
derivó a partir de los formularios de impuestos de la Harvard Management
Corporation y sus subsidiarias entre el cierre del años financiero en junio de
2007 y junio de 2017, así como varios informes académicos y de medios de
comunicación.
6 Esto se
señala en la carta de renuncia de una de las supervisoras del fondo. Kat
Taylor, “Un mensaje a mis compañeros supervisores de Harvard — 22 de mayo,
2018”: https://medium.com/@Kat_Taylor/a-message-to-my-fellow-overseers-of-harvard-may-22-2018-12ea17d5d9ec
7 Ver los
informes de Oakland Institute: https://www.oaklandinstitute.org/company/emergent-asset-management
9 Ver el
sitio electrónico de la compañía: http://www.nchcapital.com/index.php?option=com_content&task=view&id=82&Itemid=82
10 La
información sobre las adquisiciones del fondo NCH son de una presentación del
Director General de NCH Joseph Bond en la conferencia The Shifiting Nexus of
Global Agriculture en Kansas City, julio 16-17, 2013: https://www.kansascityfed.org/publicat/rscp/2013/bond-agsymposium2013.pdf
11 Lorena
Izá Pereira y Lucas Pauli, “The process of land grabbing and expansion of
agribussiness in Matopiba, Campo-Território: Revista de geografia Agrária.
Edición especial, p. 196-224, julio de 2016: http://www.seer.ufu.br/index.php/campoterritorio/article/download/30684/18932
12 Estos
honorarios fueron pagados a Im Gestao Agroindustrial Ltda. por Phemus Corp de
acuerdo a la declaración de impuestos de Phemus Corps.
14 Tim Webb,
“Ex-Enron boss taps investors in $150m ethanol push”, The Independent, 16 septiembre
de 2007: https://www.independent.co.uk/news/business/news/ex-enron-boss-taps-investors-in-150m-ethanol-push-402465.html
15 El
Proyecto se describe en el sitio web de la compañía: http://www.terracal.com.br/en/piaui-agro-industrial
16 La
relación entre la subsidiaria de Harvard administrada por GBE y Pro-Flora
Agroflorestal Ltda se puede ver en los documentos que obtuvimos y que tán
incluidos en una petición legal presentada en Barra, Bahía, por abogados de
Pro-Flora Agroflorestal Ltda en marzo de 2015. Un video promocional de una de
las fincas de propiedad del grupo de Antônio Pontes Da Fonseca se puede ver
en: https://www.youtube.com/watch?v=wKkyR_jH-Zk
17 Estos
fondos fueron transferidos a GBE Investments LP por Blue Marble Holdings según
la declaración de impuestos de Blue Marble Holdings.
18 Peter
Hemphill, “Harvard University puts Newmarket Station property on market”, The
Weekly Times, abril 4 de 2017: https://www.weeklytimesnow.com.au/property/harvard-university-puts-newmarket-station-property-on-market/news-story/3ef606bcced9d4329965aae291e0d93e; Peter Hemphill, “Harvard University lacked due
diligence on protecting aboriginal sites”, The Weekly Times, 1 de abril de
2017: https://www.weeklytimesnow.com.au/news/national/harvard-university-lacked-due-diligence-on-protecting-aboriginal-sites/news-story/39b69ea81c610324d2d617fe4890f202
19 Antoine
du Castel, “Cultiver le capital: Une analyse de la financiarisation de l’agriculture
en Afrique du Sud par les « filières agro-financières » du private equity”,
Tesis, Universite Paris-Saclay, 28 junio de 2016: https://agritrop.cirad.fr/582997/3/582997.pdf
20 Eli Burns
y William Wang, “In Drought-Stricken Central California, Harvard Hopes to Turn
Water Into Wine”, The Crimson, abril de 2018: http://www.thecrimson.com/article/2018/4/13/water-harvard-vineyards/
21 Daniel
Blackburn, “Who win$ if state controls Paso Robles water basin?” Cal Coast
News, marzo de 2016: https://calcoastnews.com/2016/03/who-win-if-state-controls-paso-robles-water-basin/
22 Rede
Social de Justiça e Direitos Humanos, “Transnational corporations and land
speculation in Brazil”, abril de 2018: https://www.social.org.br/images/MATOPIBA_EN.pdf
23 Ver Banco
Mundial, Documento de Proyecto, Piaui: Pillars of Growth and Social Inclusion
Project (P129342), diciembre de 2015: http://documents.worldbank.org/curated/en/423181468213891806/pdf/PID-Print-P129342-12-01-2015-1448983947229.pdf
24 El
término grilagem se refiere a una vieja práctica de guardar documentos
falsificados con grillos, de manera que los insectos harían que los documentos
falsos parecieran viejos y aparentemente más reales.
25 Para más
información sobre acaparamiento de tierras en el area, ver Rede Social de
Justiça e Direitos Humanos, “Transnational corporations and land speculation in
Brazil”, abril de 2018: https://www.social.org.br/images/MATOPIBA_EN.pdf
26 Alicia
Prager y Flávia Milhorance, “Cerrado: U.S. investment spurs land theft, deforestation
in Brazil, say experts,” Mongabay, 28 marzo 2018: https://news.mongabay.com/2018/03/cerrado-u-s-investment-spurs-land-theft-deforestation-in-brazil-say-experts/; Ciro Barros, “Empresa que integra fundo de
Harvard comprou terras griladas na Bahia,” Publica, 1
Fuente original: GRAIN y Rede Social de Justiça e Direitos Humanos