GlobalVoices.- Moro es una figura polémica, aclamado por la población brasileña que lo ve como símbolo de la lucha contra la corrupción y mientras otros lo rechazan pues ven indicios de persecución partidaria en las decisiones del juez federal.
Un discípulo de “Manos Limpias”
Se conoce con el nombre
de Operación Lava Jato al conjunto de investigaciones de lucha contra la corrupción
iniciadas en 2014. Inicialmente, tenía como objeto investigar indícios de
lavado de dinero en una estación de gasolina en la ciudad de Curitiba, capital
de Paraná, donde se realizaba lavados de auto [N. del T. de ahí el origen del
nombre, pues “lava jato” significa “lavado a chorro” en portugués] y llevó a un
descubrir un amplio sistema de pago de sobornos de grandes empresas brasileñas
a políticos de diversos partidos.
Como titular del Décimo Tercer Distrito de Curitiba, Sérgio Moro estuvo
al frente de algunos de los procesos judiciales más mediáticos de la operación.
Moro es un admirador declarado de la Operación
Manos Limpas, que investigó sistemas de corrupción entre miembros de la élite
política italiana en la década de 1990, y aplicó en Lava Jato estrategias
inspiradas en las utilizadas por el procurador Antonio Di
Pietro, coordinador de la investigación italiana.
Con el objetivo de
movilizar a la opinión pública en defensa de la operación, el equipo de
investigación de Lava Jato trabajó en contacto directo con los medios, como
reveló un reportaje reciente de The Intercept Brasil, tanto con colectivos
de prensa y divulgación de documentación de las investigaciones como por medio
de filtraciones estratégicas de informaciones reservadas.
Manifestación en favor de la operación Lava Jato, en la playa de Copacabana,
Río de Janeiro, la mañana del 4 de diciembre de 2016
Imagen- Tomaz Silva – Agência Brasil-CC.
|
Las polemicas de Lava Jato
La estrategia de
mediatización de los procesos judiciales de Lava Jato le valieron al equipo de
investigación el apoyo de una parte significativa de la población brasileña.
Pero algunos acontecimientos alimentaron la desconfianza y las acusaciones de
las investigaciones eran dirigidas por intereses políticos con el objetivo de
atacar al Gobierno y a políticos del Partido de los Trabajadores (PT).
Una polémica que involucra
a Sérgio Moro se refiere a la divulgación de audios de una escucha realizada en el teléfono de la
entonces presidenta de la República, Dilma Roussef, de una conversación con
el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. La intervención telefónica sería
ilegal. En primer lugar, por involucrar a la presidenta de la República, la
investigación debió derivarse al Supremo Tribunal Federal, que podría decidir
sobre la reserva de las informaciones recopiladas. En segundo lugar, la propia
interceptación de la conversación se habría hecho de manera irregular, pues la
realizó la Policía Federal después de una orden del juez Sérgio Moro de
interrumpir las interceptaciones.
En otra situación
controvertida, Rogério Favreto, juez del Tribunal Regional Federal de la
Cuarta Región de Brasil, tribunal de segunda instancia donde se ventila el
proceso en el que se ordenó la prisión de Lula, determinó la libertad del exoresidente. En esa ocasión, Moro, que
ya no estaba a cargo del caso de Lula y estaba de vacaciones, se manifestó por medio de su despacho, e instó a la Policía Federal a
no cumplir con el mandato.
En el caso más reciente,
menos de una semana antes de la primera vuelta, Moro permitió la divulgación de parte de la delación premiada de Antonio
Palocci, realizada en abril, que implicaba a Lula en el esquema de corrupción
de Petrobrás. La información brindada por el exministro de Hacienda de Lula no
tenía elementos nuevos para la investigación ni venía acompañadas de pruebas.
Por esa razón, el primer intento de acuerdo de delación premiada del exministro
Palocci no fue aceptada por el grupo especial de procuradores de la Operación
Lava Jato en Paraná.
El superministerio de Moro
Desde la elección de Jair
Bolsonaro, partidarios del presidente electo especularon que Sérgio Moro
debería tener un puesto en el nuevo gobierno. Al día siguiente de la segunda
vuelta electoral, Gustavo Bebianno, presidente del Partido Social Liberal
(PSL), el partido de Bolsonaro, declaró a los medios la disposición del
presidente electo de designar a Moro como ministro de Justicia o para ocupar un futuro puesto
de ministro en el Supremo Tribunal Federal. La información fue
confirmada por el propio presidente en entrevista en una cadena nacional de televisión.
Por medio de una nota divulgada a la prensa, Sérgio Moro confirmó la invitación. El juez
federal deberá dejar su función en la magistratura y en la Operación Lava Jato
para asumir a partir de enero de 2019.
Fui convocado por el señor
presidente electo para ser nombrado ministro de Justicia y Seguridad Pública en
la próxima gestión. Después de la reunión personal en la que se discutieron
políticas para el sector, acepté esta honrosa convocatoria. Quedo con algo de
pesar pues tendré que abandonar 22 años de magistratura. Aunque la perspectiva
de implementar una fuerte agenda anticorrupción y contra el crimen organizado,
con respeto a la Constitución, la ley y los derechos me llevaron a tomar esta
decisión. En la práctica, significa consolidar los avances contra el crimen y
la corrupción de los últimos años y alejar el riesgo de retroceso por un bien
mayor. La Operación Lava Jato seguirá en Curitiba con los valerosos jueces
locales. De todos modos, para evitar controversias innecesarias, desde luego,
debo apartarme de nuevas audiencias. La próxima semana concederé una entrevista
colectiva con mayores detalles.
Curitiba, 01 de noviembre
de 2018.
Sergio Fernando Moro
Sergio Fernando Moro
Según Jair Bolsonaro, el sector Justicia deberá sumar atribuciones de otros órganos, como el Consejo de
Control de Actividades Financieras, actualmente vinculado al Ministerio de
Hacienda, y toda la estructura del Ministerio de Seguridad Pública, creado por
el actual presidente Michel Temer. Sérgio Moro debe tener autonomía para
sugerir nombres para cargos al interior del Ministerio de Justicia, como el
director general de la Policía Federal. Se especula que las atribuciones del
Ministerio de Transparencia, Fiscalización y Contraloría General de la
República también se deben incorporar a este sector, con lo que se formará lo
que se ha llamado “superministerio”.
Juiz Sérgio Moro, durante la declaración
en la comisión de reforma del Código
Procesal Penal
Imagen- Lula Marques-Agência PT-CC.
|
Polémicas alrededor de la designación
Así como su desempeño como
juez federal en las investigaciones de Lava Jato, la designación de Moro ha
generado opiniones divididas. Los partidarios del presidente electo la
consideran una señal de fortalecimiento e institucionalización de la lucha
contra la corrupción en el país. De otro lado, los críticos señalan que esta
designación sería una confirmación del sesgo político-partidario de las
acciones de Sérgio Moro en la Operación Lava Jato.
El juez fue responsable
directo de la condena y prisión del expresidente Lula, favorito en la contienda
presidencial, en un proceso judicial marcado por controversias. Además, las filtraciones
de informaciones reservadas en momentos críticos causaron daño político al
Partido de los Trabajadores que beneficiaron la campaña de Bolsonaro.
Sobre la designación, Ciro Gomes, exgobernador del Ceará y candidato derrotado a la presidencia,
criticó al juez:
Me parece que Moro es un
juez político, politiquero. Entonces, es mucho mejor que se quede en el
ministerio y no en el [Tribunal] Supremo [Federal]. Después, debería asumir la
política. Su aptitud para la política es completa. Solamente que con una toga
se vuelve una aberración.
Después de la designación,
el vicepresidente electo, Hamilton Mourão, declaró a la prensa que habian
considerado a Moro durante la campaña electoral. La información sugiere que cuando se dieron
a conocer informaciones que perjudicaban la candidatura del Partido de los
Trabajadores la última semana antes de las elecciones, Moro ya sabía de su
posible participación en un gobierno de Bolsonaro.
Escrito por John Razen
Traducido por Gabriela Garcia Calderon Orbe