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Los bombardeos israelíes dejan más de 356 muertos en el sur de Líbano.

Bombardeos israelíes contra pueblos del distrito de Nabatiyeh, en Líbano,
este lunes 23 de septiembre. AP/Hussein Malla

El conflicto entre Israel y Hezbolá tendrá la fecha de este lunes marcada para siempre. La última oleada de bombardeos israelíes contra el sur y el este del Líbano ha dejado 356 muertos y más de 1.200 heridos, según han indicado las autoridades del país, en la jornada más negra del último año. Poco después de que se produjeran los primeros bombardeos, el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, pidió a los civiles libaneses del sur que abandonaran los edificios y las zonas usadas por Hezbolá "para almacenar armas" porque iban a seguir atacando la región. El Ejército de Israel asegura que el ataque tenía como objetivo a miembros de la milicia del partido chií libanés, aunque el Ministerio de Sanidad del país asegura que hay 21 niños entre los muertos, además de trabajadores sanitarios.

Este ministerio ha ordenado a los hospitales situados en el sur y el este del país que suspendan todas las intervenciones quirúrgicas que no sean de urgencia para atender a las víctimas de los ataques. Además, el Ministerio de Educación ha suspendido clases en estas zonas. Por su parte, el primer ministro interino del Líbano, Nayib Mikati, ha denunciado la existencia de "un plan de destrucción" de Israel contra su país y ha añadido que estos ataques "son parte de una guerra de exterminio".

"miles de familias" han tenido que huir.
Como consecuencia de los ataques, el ministro de Salud Pública, Firas Abiad, ha lamentado que "miles de familias" han tenido que huir de las zonas que son objetivos, lo que ha llevado a abrir colegios para que puedan ser usados como albergues. También se han producido salidas de grupos numerosos de personas de los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, un bastión de Hizbulá.

En respuesta a los bombardeos, Hezbolá ha lanzado 165 proyectiles contra territorio israelí. El grupo ha explicado en un comunicado que los objetivos eran la sede de reserva del Mando Norte, la de la División de Galilea y sus "almacenes logísticos" y un complejo de la industria militar al norte de Haifa. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han confirmado los impactos, pero han evitado pronunciarse sobre posibles víctimas o daños materiales.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha reconocido en un mensaje en vídeo compartido por redes sociales horas después de los primeros ataques que su país está alterando el "equilibrio de poder" en la frontera norte. "Nos enfrentamos a días complejos. Prometí que cambiaríamos el equilibrio de poder en el norte y eso es exactamente lo que estamos haciendo", dijo tras reunirse con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzl Halevi.

"Quiero aclarar la política de Israel: no esperamos una amenaza, la anticipamos. En todas partes, en cada escenario, en cualquier momento. Eliminamos a los altos funcionarios, eliminamos a los terroristas, eliminamos los misiles", sentenció el líder israelí.

En la última semana, la región ha vivido un repunte de las hostilidades, especialmente tras la oleada de explosiones coordinadas en dispositivos de miembros de Hezbolá, que dejó alrededor de 40 muertos y unos 3.000 heridos y que se atribuye al Mossad (el servicio de inteligencia israelí). El pasado viernes, más de 50 personas murieron en el bombardeo ejecutado por Israel contra el sur de Beirut, entre ellos Ibrahim Akil, un alto cargo del grupo libanés y mas de una decena de comandantes.

"Alejarse de edificios usados por Hezbolá"

Los ataques de la mañana no han sido los únicos de este lunes. Hagari alertó al mediodía de que su país se estaba preparando "para atacar objetivos en el Valle de la Bekaa (en el este) en un futuro cercano". 

El Ejército de Israel había alcanzado a media tarde unos 800 "objetivos" de Hezbolá. "Docenas de aviones de combate de la Fuerza Aérea han atacado, bajo la dirección del Comando Norte y el ala de inteligencia, unos 800 objetivos de Hezbolá en el sur de Líbano y la región de Bekaa, en lo profundo del Líbano, en varias oleadas de ataques a lo largo del día", detallaron las fuerzas israelíes en un comunicado. A estos objetivos se suma un nuevo "ataque selectivo" en Beirut en el que podría haber muerto Ali Karaki, un importante comandante de Hezbolá que según el organigrama que maneja Israel sería el último cabecilla del grupo con vida después del ataque del pasado viernes en la capital.

Por el momento la guerra se está produciendo a través de bombardeos cruzados y todavía no hay señales de grandes movimientos de tropas en la frontera libanesa que puedan anticipar una operación terrestre inmediata, aunque ya en los últimos meses se ha reforzado la zona. El ministro de Defensa de Israel ya había afirmado que la guerra entraba en "una nueva fase". Este domingo reiteró que Hezbolá estaba "empezando a sentir" las capacidades ofensivas israelíes y que su objetivo es que volvieran los 60.000 residentes del norte de Israel que huyeron del lugar para evitar estar en medio de fuego cruzado.

La comunidad internacional pide el cese de los ataques

Mientras todo esto ocurre, al otro lado del mundo, en Estados Unidos, está reunida buena parte de la comunidad internacional para la Desde la sede de la ONU su secretario general, António Guterres, ha expresado su "gran preocupación por la seguridad de los civiles, tanto en el sur del Líbano como en el norte de Israel" y ha pedido que se dediquen "todos los esfuerzos" a una resolución por la vía diplomática ante la "alarmante" situación.

En el mismo sentido se ha expresado el presidente estadounidense, Joe Biden, que ha reconocido estar "en permanente contacto con sus homólogos" y estar "trabajando para desescalar la situación de forma que la gente pueda volver a casa sana y salva", dijo durante una reunión este lunes con el el presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahayan. Poco antes el Pentágono había confirmado que había reforzado sus tropas en Oriente Próximo con el despliegue adicional de un "pequeño número" de militares.

En España el Gobierno de España ha manifestado "su profunda consternación y condena por los bombardeos israelíes hoy contra el sur y este del Líbano". Además, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha asegurado que los más de 650 soldados españoles desplegados en la frontera entre ambos países en la misión de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) están con "la moral alta".

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