Nuevo estándar de Internet promueve el encerramiento de la información
Coalición Just Net
Tod@s
usamos Internet y la teleraña mundial (WWW), y lo celebramos por
haber nivelado el campo de juego de la información.
Ha facilitado la comunicación no mediada entre pares (p2p), y colocado a todos los contenidos en un nivel de igualdad. Quienes inventaron la Internet y la web lo ofrendaron al mundo para promover el bien común. Las entidades clave encargadas de establecer los estándares de Internet, como la Internet Engineering Task Force y la World Wide Web Consortium (W3C), estaban igualmente preocupadas por salvaguardar los valores fundamentales de Internet de igualdad y apertura.
Pero Internet ha evolucionado y, para quienes detentan el poder económico, se ha convertido también en una oportunidad clave para la dominación y el superenriquecimiento. Las distintas entidades que ahora desarrollan los estándares de Internet se encuentran hoy dominadas por corporaciones digitales transnacionales. No es de sorprenderse, entonces, que los nuevos estándares de la Internet/ Web respondan cada vez más a las necesidades de estas corporaciones, en lugar de las del público en general.
Motivadas por las demandas de los grandes proveedores de contenidos, como las empresas tradicionales de cine y televisión, los nuevos gigantes tecnológicos como Apple, Google, Microsoft y Netflix se ha coligado para desarrollar, a través del W3C, un nuevo estándar web que les permitirá acumular cada vez más poder sobre la vida cultural y económica de la humanidad.
En el meollo de este asunto se encuentran las “extensiones multimedia cifradas” (EME), una especificación técnica que fue desarrollada en la W3C y está a punto de ser publicada como Recomendación oficial de la W3C. El objetivo de las EME es permitir la implementación de los sistemas de Gestión de (restricciones de) los Derechos Digitales (DRM por sus siglas en inglés), a través de los cuales las casas editoriales podrán controlar lo que los usuarios finales pueden o no hacer con los contenidos que reciban a través de Internet.
Las consecuencias del apoyo de la W3C a los DRM constituye una nueva forma de “colonialismo digital”, en el que una “caja negra” de código informático será instalado en todos los navegadores a nivel mundial para hacer cumplir las leyes de derechos de autor estadounidenses, como la Digital Millennium Copyright Act, sin el consentimiento de los usuarios y sin respetar legislaciones locales. A diferencia de los estándares web anteriores, éste implica socavar principios fundamentales de justicia social e igualdad de acceso a la información, así como principios fundamentales de la seguridad informática.