Desde el pasado mes de julio, la
región de África occidental y el Sahel ha experimentado un aumento devastador
de ataques terroristas contra objetivos civiles y militares que han provocado
una serie de consecuencias humanitarias alarmantes.
Esta fue la desoladora
descripción que hizo ante el Consejo de Seguridad sobre la situación en esa zona del mundo, Mohamed Ibn
Chambas, el máximo responsable de la Oficina de las Naciones Unidas para África
Occidental y el Sahel.
"En Burkina Faso, Mali y
Níger las víctimas de los ataques terroristas se han
quintuplicado desde 2016, con más de 4000 muertes
registradas sólo en 2019, en comparación con las 770 muertes estimadas en 2016.
(…) El foco geográfico de los ataques terroristas se ha desplazado hacia el
este, de Mali a Burkina Faso, y amenaza cada vez más a los Estados costeros de
África occidental", destacó.
Añadió que el número de personas
asesinadas en Burkina Faso aumentó de unas 80 en 2016 a más de 1800 en 2019, y
que el número de desplazados en la región se ha multiplicado por diez,
llegando a cerca de medio millón, además de 25.000 personas que han buscado
refugio en otros países.
Interconexiones de la violencia
Chambas señaló que el terrorismo,
el crimen organizado y la violencia entre comunidades a menudo se encuentran
interconectadas, y que esa realidad se hace patente especialmente en áreas
periféricas donde la presencia estatal es escasa.
"En esos lugares, los
integristas proporcionan seguridad y protección a sus habitantes, además de
servicios sociales, a cambio de su lealtad", detalló.
El diplomático indicó que por esa
razón el Secretario
General hizo hincapié en que las respuestas
antiterroristas deben centrarse en ganar la confianza y el
apoyo de las poblaciones locales, cuando participó en la
Conferencia de Alto Nivel sobre prevención de la violencia extremista el año
pasado en Nairobi.
Entre las respuestas regionales a
la amenaza terrorista mencionó que durante la Cumbre de Jefes de Estado y de
Gobierno de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (UNOWAS),
celebrada en diciembre pasado, se adoptó el Plan de Acción 2020-2024 para la
erradicación del terrorismo en la subregión, tras la cumbre extraordinaria de
la Comunidad en septiembre, durante la cual se comprometió a movilizar mil
millones de dólares a nivel interno.
"Ahora, señor presidente,
distinguidos miembros, es el momento de actuar. Los
líderes regionales y subregionales deben cumplir con sus promesas y los socios
internacionales deben prestar todo su apoyo a la implementación de los
mecanismos existentes", apuntó.
Avances políticos
Pese a este cúmulo de noticias
negativas en África occidental y el Sahel, subrayó la existencia de brotes
esperanzadores a nivel político, como la conclusión de la segunda ronda de
consultas públicas sobre una nueva Constitución en Gambia y al establecimiento
pacífico de un proceso de verdad, reconciliación y reparación.
Igualmente, resaltó que en Sierra
Leona, Mauritania y Senegal, entre otros países, se llevan a cabo diálogos
alentadores con el fin de promover la unidad nacional.
Procesos electorales en el
horizonte
Chambas también recordó que
durante los próximos meses los electores de seis países del África occidental
están llamados a elegir a sus líderes en las urnas.
Del mismo modo, felicitó a la
población de Guinea-Bissau y a su Comisión Electoral por su "conducta
ejemplar" durante los comicios presidenciales celebrados el año pasado.
En relación con las próximas
elecciones presidenciales en Togo, el 22 de febrero, dijo que "tras las
recientes reformas electorales y constitucionales, es urgente que cualquier
reclamación pendiente antes y después de las elecciones se
resuelva por la vía legal".
Finalmente, con respecto a los
comicios previstos para fin de año en Burkina Faso, Cote d’Ivoire, Ghana,
Guinea y Níger advirtió que "los agravios no resueltos, los procesos de
reconciliación nacional incompletos y los sentimientos de manipulación de las
instituciones y los procesos conllevan riesgos de tensiones y manifestaciones
de violencia política".