DW-Autor Gabriel González Zorrilla.- Colombia podría prohibir pronto las peleas de gallos. Dos parlamentarias del Pacto Histórico radicaron ante el Congreso un proyecto de ley que busca prohibir las peleas de gallos. La decisión busca revertir el contenido de la ley 84 de 1989, que no cataloga a las peleas de gallos como "conducta cruel”.
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Pelea de gallos en Haití |
Los defensores de las peleas de gallos sostienen, no solo en Colombia, que se trata de una tradición valiosa, un modo de vida, una fuente de trabajo y que es parte integral de la identidad cultural del país respectivo.
¿Es la crueldad parte de la identidad cultural?
Los diseñadores canadienses de la empresa de videojuegos Ubisoft tomaron esa argumentación al pie de la letra. Su última entrega de la exitosa serie "Far Cry", publicada en octubre del 2021, se desarrolla en Yara, una isla ficticia del Caribe, bajo un régimen fascista aparentemente inspirado en el gobierno de Fulgencio Batista en Cuba. El videojuego incluye la posibilidad de acudir y apostar en peleas de gallos. El jugador en Far Cry 6 puede encontrar un gallo y hacerlo competir contra otros gallos.
PETA, la organización de derechos de los animales más grande del mundo, protestó y declaró que la crueldad no forma parte de la "cultura latinoamericana". En vano. Far Cry, una de las series de videojuegos más exitosas del mundo, presenta con su última entrega de Far Cry el sufrimiento de estos animales como elemento inherente de la cultura latinoamericana.
Gran parte del mundo ya se despidió de la pelea de gallos
Cierto es que la pelea de gallo tiene una larga historia en las tradiciones culturales de muchos países del mundo. Las peleas de gallos ya existían en la antigüedad europea, en Grecia y en la antigua Roma. También hubo peleas de gallos en Oriente Medio y la India. En Inglaterra, las peleas de gallos, que fueron muy populares durante siglos, no se prohibieron hasta 1835. Hoy en día, las peleas de gallos -a veces menos sangrientas- se siguen practicando en Centroamérica, el Caribe, partes de Sudamérica, Tailandia, Indonesia y Filipinas.
Sin embargo, en casi todos los países del mundo occidental, las peleas de gallos están prohibidas por razones de bienestar animal o por la prohibición de juegos de apuestas. Alemania ya tuvo leyes para la protección de animales en los años 30 del siglo pasado, pero no fue hasta 1972 que se prohibieron las peleas de animales de todo tipo y sin excepción.
Según Lea Schmitz, portavoz de la Asociación Alemana para el Bienestar Animal, que representa a unas 740 organizaciones y 550 refugios de animales, las razones son obvias: "En las peleas de gallos, se enfrenta a dos animales deliberadamente con el objetivo de que se lesionen o incluso se maten. Esto está prohibido en base a la Ley de Protección de los Animales. La sección 1 dice: ninguna persona podrá causar dolor, sufrimiento o daño a un animal sin una causa razonable. Las peleas de animales no pueden llamarse ciertamente causa razonable, eso está claro", afirma la bióloga consultada por DW.
Lea Schmitz recalca el sufrimiento de los animales en estos eventos: "El encuentro repentino de los gallos, que por su naturaleza y sexo se vuelven muy agresivos en esa situación, conduce un estrés extremo. En la naturaleza, los animales rara vez se enzarzan en peleas serias dentro de una misma especie, que entonces giran sobre todo en torno a la comida o una posible pareja sexual. En estos casos, sin embargo, el inferior puede abandonar en cualquier momento y huir. Esto no es posible en una pelea organizada".
Un deporte de hombres
En Filipinas existe el dicho: "Cuando la casa de un filipino se incendia, primero rescata a su gallo, luego a su mujer y después a sus hijos". La frase también deja claro que las peleas de gallos son un ámbito masculino. Muchos sociólogos y psicólogos han tratado de explicar la afinidad de los hombres con ese "deporte". Las explicaciones no sorprenden: "El gallo se considera la personificación de la virtud masculina, como el valor de la lucha y la temeridad. El gallo despierta todas las asociaciones de vanidad masculina y corresponde a una actitud machista generalizada", escribió el experto en países asiáticos, Rüdiger Siebert ya hace más de 30 años.
A pesar de su larga historia cultural en todos los continentes y en todas las civilizaciones, cada vez son más los países que prohíben las peleas de gallos alegando que ningún folclore o tradición cultural justifica el maltrato y el sufrimiento de los animales. Tal vez pronto Colombia también.