Para sorpresa de los que sólo entienden a Windows
en el ordenador, este sistema es muy diferente a sus antecesores. Al consorcio
le gusta decir que Windows 10 es “una visión”, sin dar demasiadas explicaciones
sobre el hecho de haberse saltado el número nueve en la denominación de la
última versión.


Para los usuarios de
Windows 7 y 8, el sistema estará disponible para su descarga a lo largo del
año. Una oferta necesaria para captar clientes y poder distribuir el nuevo
sistema lo más rápido posible, puesto que sin una amplia base de usuarios, para
Microsoft sería difícil generar la demanda necesaria para vender otros
productos y servicios de Windows 10.
Apple como modelo
Antes de saber si la
visión será rentable, Windows aun necesitará unos dos años para llegar a
implantarse en un amplio segmento de dispositivos como smartphones o tabletas.
Será entonces cuando el sistema desplegará su poder como lo hizo Apple en su
momento, al permitir compartir datos entre distintos aparatos como el iPad o el
iPhone. Apple también abrió su propia tienda de software, donde otras empresas
distribuyen sus programas. Y con cada compra, también gana Apple.
Clientes de empresa
La gran fuerza de
Microsoft continúa siendo el computador de trabajo clásico como lo conocemos en
la empresa. El 90 por ciento de los ordenadores en todo el mundo funciona con
Windows. Pero en el sector de móviles y tabletas, Microsoft perdió el tren. Las
terminales con Windows Phone tienen un segmento muy reducido en un mercado
dominado principalmente por Android, de Google, y el iOS de Apple.
Ahora queda por
determinar si Microsoft conseguirá salir del entorno de trabajo y oficina, para
poder ampliar las ganancias. Y también se verá si el jefe de Microsoft, Satya
Nadella, acertó con su visión sobre el futuro del consorcio.