La tecnología de estas baterías resulta interesante no solo para la industria automovilística, sino también para la electrónica y la aeronáutica, ya que permitirá mejorar las prestaciones y prolongar la autonomía de dispositivos móviles, pilas caseras e incluso drones. Este tipo de batería ya ha sido probada en el superdeportivo español GTA Spano.
La batería, compuesta de polímero de grafeno, tiene la facultad de almacenar mayor energía en un espacio más reducido que las baterías corrientes, con una densidad de 1.000 vatios-hora por kilogramo (Wh/kg) y un voltaje de 2,3 v.
También puede recargarse en mucho menos tiempo, pues su velocidad de carga es de 100 culombios (C) frente a las de iones de litio de 3 C. Además, es más ligera y no tiene el inconveniente de las baterías de litio conocido como 'efecto memoria'.
El 'efecto memoria' es un fenómeno muy común en ciertos tipos de baterías que impide que éstas se recarguen por completo, de tal forma que van perdiendo capacidad de carga progresivamente. La compañía espera construir 20 líneas de producción progresivamente a partir de marzo, con la capacidad de producir cerca de 80 millones de celdas de polímero de grafeno al año que se adaptarán a diferentes tipos de baterías.