El virus del zika, del que tanto se habla en estas últimas semanas, se descubrió por primera vez en 1947 en África, concretamente en Uganda. El responsable de su transmisión es el mosquito Aedes aegypti, también transmisor de otras enfermedades como el dengue o el chikungunya. En la actualidad, 24 países de América se hallan afectados por este virus que no reviste mayor gravedad para la mayoría de los infectados pero que, en embarazadas, puede acabar provocando microcefalia a los bebés.
El responsable de la transmisión del virus zika es el mosquito Aedes aegypti, también transmisor de otras enfermedades como el dengue o el chikungunya
¿Cuáles son los síntomas del virus zika?
Los síntomas más comunes del zika son fiebre leve y exantema (erupción en la piel o sarpullido). Suele acompañarse de conjuntivitis, dolor muscular o en las articulaciones, con un malestar general que comienza entre 2 y 7 días después de la picadura de un mosquito infectado.
Una de cada cuatro personas infectadas desarrolla los síntomas de la enfermedad y en quienes los desarrollan, la enfermedad es usualmente leve y puede durar de entre 2 y 7 días. Los síntomas son similares a los del dengue o del chikungunya, que también son transmitidas por el mismo tipo de mosquito. Las complicaciones (neurológicas, autoinmunes) son poco frecuentes, pero se han descrito en los brotes de la Polinesia y más recientemente en Brasil. La diseminación del virus en el continente de las Américas permitirá caracterizar mejor esta enfermedad, al tener más experiencia sobre sus síntomas y complicaciones.
¿Cuál es el tratamiento del virus zika?
El tratamiento consiste en aliviar el dolor y la fiebre o cualquier otro síntoma que cause molestias al paciente. Para evitar la deshidratación producto de la fiebre, se recomienda controlarla, guardar reposo y tomar abundante agua. No hay una vacuna o medicamento específico contra este virus.