Y no, no son las famosas urbes nórdicas, ni San Francisco, ni Berlín, ni Ámsterdam, aunque también.
____ ¿Qué descubrirás en este post?
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Ciudades sostenibles, pero ¿cómo?
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Las 10 ciudades que nos sorprenden intentando ser más
sostenibles para todos y todas
o
1.
Auckland (Nueva Zelanda)
o
2.
Austin (EE.UU.)
o
3.
Barcelona (España)
o
4.
Bruselas (Bélgica)
o
5.
Buenos Aires (Argentina)
o
6.
Christchurch (Nueva Zelanda)
o
7.
Friburgo (Alemania)
o
8.
Kigali (Ruanda)
o
9.
Liubliana (Eslovenia)
o
10.
Peterborough (Reino Unido)
Ciudades sostenibles, pero ¿cómo?
Hoy queremos hablaros de la otra cara de la sustentabilidad, de aquellas
ciudades que luchan día a día por ser más ecológicas y más sostenibles para
mejorar la vida de su población. Estas ciudades trabajan para convertirse en
sistemas circulares en los que se recicle, se utilicen energías verdes y el
tejido social y la forma de consumir se transformen.
Las 10 ciudades que nos sorprenden intentando ser más
sostenibles para todos y todas
1. Auckland (Nueva Zelanda)
8.4000 personas de esta ciudad neozelandesa se han puesto manos a la
obra para reducir su huella ecológica. La clave: alejar de
los vertederos aquellos productos que aún puedan utilizarse.
En una ciudad de casi millón y medio de habitantes, más de 200
comunidades se han involucrado en el reciclaje de residuos y en la reutilización. Su política de centros de
recuperación comunitaria no solo trata deshechos sanitarios, facilita la
reutilización de materiales o vende bienes a precios asequibles, sino que es
una fuente de creación de empleo a nivel local.
2. Austin (EE.UU.)
La capital texana está buscando algo revolucionario: quieren alargar la vida útil de todo para
reducir los residuos. Con alrededor de 950.000 habitantes, en Austin
quieren elevar la tasa de reciclaje del actual 42% al 90%
antes de 2040. Para ello, cuentan con programas de
intercambio de productos que ya no se necesitan, jornadas de reparación de
objetos, talleres para aprender a arreglar aparatos electrónicos o ropa, y
programas un directorio de locales de compra-venta de productos de segunda
mano.
3. Barcelona (España)
Con 1,6 millones de habitantes, la capital catalana tiene un secreto
guardado en la manga: la creación de islas peatonales dentro de la propia
ciudad que estén completamente libres de coches. Tan
ambiciosos son que tienen en mente aumentar las zonas peatonales del 15% al
62%. Como ya han demostrado otras muchas ciudades, reduciendo el tráfico rodado se mejorará la calidad del aire y para hacerlo posible,
Barcelona está ampliando la red de autobuses y el carril bici.
4. Bruselas (Bélgica)
Bienestar social y cuidado del entorno son los dos pilares en los que
descansa la sostenibilidad en Bruselas. Con 180.000
habitantes, la capital belga lucha contra la pobreza de su población recuperando
todos los excedentes que los mayoristas no consiguen colocar y
dándoselo a asociaciones que alimentan al 30% menos favorecido de la ciudad.
Además, la ciudad está diseñando un nuevo ecovecindario con bosques verticales que recogerán el agua de lluvia para reutilizarla para
satisfacer parte de la demanda hídrica de la población.
5. Buenos Aires (Argentina)
Los cartoneros son clave en el futuro ecológico de la capital argentina.
Tras la crisis de los noventa, estas personas que se dedican a recoger
el cartón tirado por la ciudad y venderlo ocupan una parte
central del entramado del reciclado, hasta tal punto que su figura ya se
reconoce legalmente.
Más allá de los cartoneros, Buenos Aires, con 2,9 millones de
habitantes, busca regenerar los asentamientos insalubres situados
en las zonas metropolitanas del río Reconquista.
6. Christchurch (Nueva Zelanda)
Bombillas de bajo consumo en las calles, recogida de vegetales y fruta
en zonas públicas, huertos urbanos… esta ciudad neozelandesa tiene muy
claro cómo conseguir ser sostenible. La tercera urbe del país, con 360.000
habitantes, promueve el uso de energías renovables (alrededor de 12.000 hogares se
caliente con energía verde en invierno) y la reducción de la huella ecológica
de su población. Incluso tienen una iglesia que, después de un terremoto en
2011, fue reconstruida con la vidriera original y cartón.
7. Friburgo (Alemania)
Esta ciudad alemana tiene claro que el sol es un recurso que no tiene
precio y, por eso, cuenta con más de 500 instalaciones fotovoltáicas.
Ya hemos hablado con anterioridad del icónico barrio de Schlierberg, en Friburgo, que se alimenta exclusivamente del sol.
Con alrededor de 200.000 habitantes, Friburgo apunta a
reducir el uso de energías fósiles, fomentar el uso de la bicicleta y ampliar
su red de tranvías. Además, como ocurre en otras ciudades
europeas, el casco antiguo está blindado
de coches para minimizar el
impacto medioambiental. Es más, esta ciudad alemana también fomenta el uso
de productos de segunda mano y pretenden abaratar los
alquileres con la construcción de un nuevo distrito con 12000 apartamentos.
8. Kigali (Ruanda)
La capital ruandesa intenta levantar cabeza con un macroplan
de educación, sanidad, urbanización y equidad que pretende
cambiar la ciudad de aquí a 2030. Con 1,1 millones de habitantes, Kigali se
debate entre el predominio de los asentamientos chabolistas que ocupan el 60%
de la urbe y un plan de limpieza de calles en el que, una vez al mes, participa
hasta el presidente del país.
9. Liubliana (Eslovenia)
La capital eslovena tiene la clave para ser sostenible, y se basa en la
reutilización: con briks elaboran papel higiénico o utilizan las especies
invasoras para fabricar folios. Hasta el asfalto o señales de tráfico son
aprovechables. ¡El plan de residuos cero de Liubliana es envidiable!
Además, el ayuntamiento es muy ambicioso: en 2020, dos tercios de la
población se desplazará andando, en bicicleta o en transporte público.
10. Peterborough (Reino Unido)
La clave está en reutilizar, repensar, rediseñar, remanufacturar,
reciclar, recuperar y reparar. Esa es la filosofía que sigue esta ciudad
británica de alrededor de 185.000 habitantes. En ella, 16.000
hogares se abastecen de energía gracias a una maravillosa central que procesa
el 90% de la basura que no se puede reciclar.
Además, en Peterborough no dejan de surgir proyectos como jardines
públicos donde se celebran talleres y actividades ecológicas, neveras callejeras para dejar los excedentes y que las personas con menos
recursos puedan utilizar o una iniciativa que pide a los negocios que permitan
a la gente rellenar gratis sus botellas de agua.
La idea detrás del Ayuntamiento de esta ciudad es cambiar la forma de
hacer las cosas y dejar atrás la cultura de “usar y tirar”.
¡A seguir el ejemplo! ¡Viva la sostenibilidad! Ningún paso que acerque a
una ciudad a ser sostenible es pequeño.